SENTIDO COMÚN VERSUS TEORÍA DE LA CONSPIRACIÓN Por: Luis Fernando Ortiz Daza* Es lamentable la falta de sentido común de tantos operadores de justicia y de algunos oficialistas que no quieren admitir que hubo negligencia en el traslado de José María Bakovic a la ciudad de La Paz. Se nos informa de manera cínica que los forenses del IDIF (Instituto de Investigaciones Forenses), consideraban que era posible que esté en las alturas por cerca de doce horas. Este argumento necio, nos hace pensar que en el caso de riesgo de salud, esto era tan posible como que pudiera aguantar siquiera un minuto. Se dan muchas explicaciones y el juez que ordenó su traslado, además del fiscal que lo hizo posible, son carentes de todo sentido común, que el comportamiento empírico debe ser “usualmente inteligible sin necesidad de explicación, si lo vemos como un todo y con sus efectos”. Evans Pritchard. No ocurrió así, hubo comportamiento obsecuente y ausencia de sentido común. ¿Por qué hubo comportamiento obsecuente?, porque este está basado en la teoría de la conspiración, que considera que todo evento social es la consecuencia de la maquinación de una fuerza superior y, a menudo, secreta. Es sabido que en nuestro mundo hay gente poderosa que conspira y que a menudo logra sus propósitos a través de mecanismos que quedan poco claros para el resto de los miembros mortales. Mientras que la teoría de la conspiración implica una relación casi perfecta entre intención y consecuencia de la acción, el sentido común nos dice que esa relación no siempre es la esperada. Puede que haya gente en el mundo conspirando, pero rara vez logran sus propósitos y, si los logran, rara vez pueden mantener el secreto por mucho tiempo. El modo conspirativo sostenido desde todos los gobiernos parte del razonamiento de que hay acciones o personas buenas o malas definidas en forma referencial, a veces a priori, sin considerar otras evidencias. Son quienes no aceptan las informaciones o evidencias sobre los hechos y sólo son válidas las que corroboran las teorías propias. Dentro de este panorama hay también los negacionistas que rechazan el sentido común y siguen a rajatabla los postulados de sus gobernantes. Y la teoría de la conspiración sigue, no soporta el duelo, van a sacar huellas dactilares en su velatorio, pues están seguros de que es posible convencer a la gente de que ese no es el cadáver, que el acusado ha escapado. La teoría de la conspiración manda obedeciendo, nos manda a callar porque es posible ser los próximos, todos somos pasibles a juicios, todos quienes tenemos sentido común somos conspiradores. Hay gente de buena voluntad, gente que cree que es necesario un proceso de cambio, gente con sentido común que se da cuenta que hay inclusión, se han logrado avances económicos y sociales importantes, que es necesario ir más adelante. También por sentido común sabemos que el comportamiento de la clase política no ha cambiado, que en el poder o tras de él, no importan las personas. No importa la vida de las personas, la vida ajena no vale nada con tal de perpetuarse en el poder en base a mentiras y acusaciones falsas. Cuidado con las profecías auto cumplidoras, muchos jerarcas mundiales aferrados al poder juraron que sólo los sacarían muertos, que irían presos o pararían en el exilio por fuerzas oscuras. Lo que no saben es que esas fuerzas oscuras, esos demonios, ellos mismos los van creando. Estamos a tiempo, urge en memoria de José María Backovic, cambiar la justicia, dejar de lado las teorías de la conspiración y aplicar el más común de los sentidos: el respeto a los derechos humanos y la legítima defensa. *Psicólogo.
Posted on: Tue, 15 Oct 2013 14:03:39 +0000
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