SIN CAPACIDAD DE “DAR VUELTA LA PÁGINA”. Durante largos cuatro años, apenas a través de la observación, pretendí llegar a Ud. gracias a la confianza que me dispensara ésta prestigiosa página. Solo me animó la idea de aproximarle un poco más a la realidad. He recibido a través de éstos años, muchas muestras de afecto por parte de la gente. Con mucha de esa gente mantengo una fluida relación a través de la web. A otra, he tenido el privilegio de conocerle personalmente. Sí le puedo asegurar que siempre actué bien inspirado… mi vocabulario a veces procaz, tuvo que ver con el haber sido abordado por un personaje que paulatinamente se fue apoderando de mi modo de decir. La página de la incapacidad, tiene nombre y apellido; Ángeles Rawson. Entiendo innecesario cualquiera otra referencia. En Ángeles Rawson me he quedado, al extremo que transcurrida más de una semana del incalificable hecho, todavía no he conseguido dispensar la más elemental atención y consideración a las personas que me rodean y forman parte de mis mayores afectos. Me he mantenido expectante, seguramente como Ud., aferrado a la pantalla del televisor, siguiendo paso a paso las informaciones y las vistas que pretendieron aproximarnos al esclarecimiento del incalificable crimen. He escuchado la opinión de médicos forenses, criminólogos, periodistas entendidos en la materia, sumadas a la de otros y otras que debieron llamarse a silencio… como si todo sumara en lugar de restar. Un conductor o animador de un programa de entretenimientos; un periodista que trata temas que tienen que ver con la farándula, u otro a quien solo le anima el montar un show mediático a través del que se ventilan todas las miserias humanas, dueño de una trayectoria plagada de escándalos, mal pueden arrojar luz sobre el curso de tamaña y delicada investigación. Y entonces, como no estoy en capacidad de hacer la lectura correcta, mal puedo estarlo en tanto se trate de llegar a Ud., en el único afán que siempre me animó. Sí permita le confiese que me embarga un profundo dolor…un dolor que me dice que todo está demasiado mal, al punto de exceder hasta la lectura correcta que pretenden hacer los idóneos. Todo está demasiado contaminado, distorsionado, ¡podrido! en éste país. Sobran garantías para algunos y faltan para otros. La impericia, la imprudencia, la negligencia, y por sobre la intención de injerencia de un poder sobre el otro, protagonizado en éste caso por la viceministro de Seguridad – hecho gravísimo y que debería ser cuidadosamente investigado – procurando emponzoñar una realidad que se nos impone y no siempre va de la mano de la verdad. Un hecho tan conmocionante que aparecía como de fácil e inmediata resolución, se ha ido contaminando con una basura que no es la del CEAMSE, justamente. Las evidencias que aparecían como concluyentes e incontrastables, aparecen como divorciadas de la lógica más pura. ¡Claro; y que valga la aclaración. Solo me he guiado por lo que pude ver y escuchar!. Y por lo que pude ver y escuchar, concluí en que Ángeles, sí había regresado a su casa. Nada en cambio, me hacía suponer que había vuelto a salir de la misma, con vida. El hecho amerita que en su momento se brinde una conferencia de prensa a cargo de la fiscal y/o juez intervinientes, donde se ofrezca un relato pormenorizado del resultado de la investigación, incluido el aporte de las pericias realizadas que permitan ofrecer la plena prueba que el caso impone y sindican como único autor al portero del edificio. Lo cierto, y hasta ahora incontrastable, es que quien en vida fuera Ángeles Rawson, se ha convertido en una hija más de cualquiera argentino bien nacido. Lo cierto es que Ángeles Rawson está muerta, y a mi juicio, semejante aberrante crimen capaz de reconocer como único protagonista al hombre, impone se abra un nuevo debate respecto a la aplicación de la pena de muerte, para los autores de tan brutales crímenes, mediando plena prueba de responsabilidad. Ricardo Jorge Pareja parejaricardo@hotmail hoy informadorpublico
Posted on: Wed, 19 Jun 2013 13:44:15 +0000
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