¿SON DIGNAS DE CONFIANZA LAS BIOGRAFÍAS DE JESÚS? Por: Lee - TopicsExpress



          

¿SON DIGNAS DE CONFIANZA LAS BIOGRAFÍAS DE JESÚS? Por: Lee Strobel Hubo un tiempo en que pensaba que los Evangelios eran mera propaganda religiosa, absolutamente condicionados por la fértil imaginación de sus autores y su celo evangelizador. Pero Craig Blomberg, profesor del Denver Seminary y una de las autoridades más importantes del país acerca de las biografías de Jesús, desarrolló una serie de convincentes argumentos en el sentido de que tales documentos reflejan el testimonio de los testigos oculares y presentan los inconfundibles signos del rigor histórico. Tan antiguos son estos relatos de la vida de Jesús que es imposible catalogarlos como invenciones legendarias. “Durante los dos años que siguieron a la muerte de Jesús —afirmaba Blomberg—, un importante número de sus seguidores ya había probablemente formulado una doctrina de la Expiación, estaba convencido de que había resucitado corporalmente de los muertos, le identificaba con Dios, y creía encontrar apoyo para todas estas creencias en el Antiguo Testamento.” Un estudio de esta cuestión indica que, en ningún lugar transcurrió un periodo suficiente de tiempo como para que se desarrollaran leyendas capaces de desbancar un sólido núcleo de verdad histórica. ¿SOPORTAN LAS BIOGRAFÍAS DE JESÚS UN EXAMEN METICULOSO? Blomberg presentó persuasivos argumentos para demostrar que los autores de los Evangelios pretendían preservar la historia exacta de lo que sucedió, tuvieron éxito en su empresa, eran honestos, estaban dispuestos a incluir el material difícil de explicar, y no permitieron que sus propias tendencias colorearan en exceso la presentación de su información. Tanto la armonía existente entre los Evangelios acerca de los hechos esenciales, como las divergencias acerca de ciertos detalles incidentales, prestan credibilidad histórica a los relatos. Es más, la iglesia primitiva no hubiera podido echar raíces y florecer precisamente en Jerusalén, si hubiera intentado enseñar hechos acerca de Jesús que sus coetáneos estuvieran en condiciones de denunciar como exagerados o falsos. En pocas palabras, los Evangelios superaron con éxito ocho indagaciones probatorias, demostrando su esencial veracidad como registros históricos. ¿HAN SIDO PRESERVADAS LAS BIOGRAFÍAS DE JESÚS HASTA NUESTROS DÍAS DE MANERA CONFIABLE? Bruce Metzger, erudito de renombre mundial, profesor emérito en el Princeton Theological Seminary, afirmó que, en comparación con otros documentos antiguos, existe un número sin precedente de manuscritos del Nuevo Testamento y que estos pueden fecharse en un periodo extraordinariamente cercano a los escritos originales. El moderno Nuevo Testamento está libre en un 99 por ciento de discrepancias textuales significativas, y no hay dudas respecto a ninguna doctrina cristiana fundamental. Los criterios utilizados por la iglesia primitiva para determinar los libros que debían considerarse autoritativos nos proporcionan una gran certeza de que poseemos los mejores registros acerca de Jesús. ¿EXISTEN DATOS DIGNOS DE CONFIANZA SOBRE JESÚS FUERA DE SUS BIOGRAFÍAS? “La documentación histórica que tenemos para estudiar a Jesús es mejor que para el fundador de cualquier otra religión de la Antigüedad,” declaró Edwin Yamauchi, destacado experto en Historia Antigua y profesor de la Universidad de Miami. Las fuentes extra bíblicas corroboran que un gran número de personas creía que Jesús había llevado a cabo sanidades, que era el Mesías, que había sido crucificado, y que a pesar de esta muerte vergonzosa, sus seguidores, que le creían vivo, le adoraban como Dios. Un experto documentó treinta y nueve fuentes antiguas que corroboran más de cien hechos de la vida, enseñanzas, crucifixión y resurrección de Jesús. Siete fuentes seculares y varios antiguos credos cristianos tratan de la deidad de Jesús, una doctrina “que sin duda está presente en la iglesia más antigua,” según el Dr. Gary Habermas, el erudito que escribió The Historical Jesus (El Jesús histórico). ¿CONFIRMA O CONTRADICE LA ARQUEOLOGÍA LAS BIOGRAFÍAS DE JESÚS? John McRay, que ha sido profesor de Arqueología durante más de quince años y autor de Archaeology and the New Testament (La Arqueología y el Nuevo Testamento), afirmó que, sin lugar a dudas, los hallazgos arqueológicos han puesto de relieve la credibilidad del Nuevo Testamento. Ningún descubrimiento ha desautorizado jamás una referencia bíblica. Por otra parte, la Arqueología ha establecido que Lucas, autor de una cuarta parte del Nuevo Testamento, fue un historiador especialmente meticuloso. En este sentido, un experto concluyó: “Si Lucas fue tan minuciosamente riguroso en su anotación histórica (de detalles menores), ¿qué lógica tendría asumir que fue crédulo o inexacto cuando consignó cuestiones mucho más importantes, no solo para él sino también para los demás?” Como, por ejemplo, la resurrección de Jesús: el acontecimiento que autenticó su afirmación de ser el único Hijo de Dios. ¿ES EL JESÚS DE LA HISTORIA EL MISMO QUE EL JESÚS DE LA FE? Gregory Boyd, un erudito formado en Yale y Princeton, autor del galardonado Cynic Sage or Son of God (Sabio Cínico o Hijo de Dios), redactó una devastadora crítica del Seminario de Jesús, un grupo que cuestiona que Jesús dijera o hiciera la mayor parte de las cosas que se le atribuyen. Boyd identificó a los integrantes del seminario como “un número extraordinariamente reducido de eruditos marginales que se sitúan en el liberalismo más extremo de los estudios del Nuevo Testamento.” El seminario descarta la posibilidad de milagros como presupuesto, se sirve de criterios cuestionables, y algunos de sus participantes recomiendan especialmente misteriosos documentos de calidad extraordinariamente dudosa. Por otra parte, la idea de que los relatos acerca de Jesús surgieron de la Mitología, no soporta un análisis meticuloso. Boyd dijo: “Las pruebas de que Jesús era quien decían ser sus discípulos … están a años luz de las razones para creer que la erudición liberal del Seminario de Jesús está en lo cierto.” En resumidas cuentas, el Jesús de la fe es el mismo que el Jesús de la Historia. ¿ESTABA JESÚS REALMENTE CONVENCIDO DE SER EL HIJO DE DIOS? Trabajando con las tradiciones más antiguas, que estaban sin lugar a dudas libres de cualquier posibilidad de desarrollo legendario, Ben Witherington III, autor de (La Cristología de Jesús), demostró que Jesús tenía una concepción suprema y trascendente de sí mismo. Basándose en las pruebas, Witherington afirmó: “¿Creía Jesús que era el Hijo de Dios, su Ungido? La respuesta es sí. ¿Se veía a sí mismo como el Hijo del Hombre? La respuesta es sí. ¿Se veía a sí mismo como el Mesías definitivo? Sí, así es como se veía a sí mismo. ¿Creía él que alguien que no fuera Dios podía salvar al mundo? No, creo que no.” Para los eruditos, la reiterada referencia de Jesús a sí mismo como el Hijo del Hombre no era simplemente una afirmación de su humanidad, sino una referencia a Daniel 7:13–14, donde al Hijo del Hombre se le ve como a alguien poseedor de autoridad universal y dominio eterno, y receptor de la adoración de todas las naciones. Un erudito afirmó: “De este modo, la afirmación de ser el Hijo del Hombre sería, de hecho, una reivindicación de divinidad.” ¿ESTABA LOCO JESÚS CUANDO AFIRMÓ SER EL HIJO DE DIOS? Gary Collins, profesor de Psicología durante veinte años y autor de cuarenta y cinco libros de temas psicológicos, dijo que Jesús no mostró emociones desequilibradas, estaba en contacto con la realidad, era intelectualmente brillante, tenía una sorprendente percepción de la naturaleza humana, y disfrutó de relaciones personales profundas y permanentes. “No veo síntoma alguno de que Jesús padeciera ninguna enfermedad mental conocida,” concluyó. Además, Jesús apoyó su reivindicación de ser Dios por medio de milagrosas sanidades, sorprendentes demostraciones de poder sobre la Naturaleza, una enseñanza sin par, una percepción divina de las personas, y con su resurrección, que fue la prueba final de su deidad. ¿PODEMOS VER EN JESÚS LOS ATRIBUTOS DE DIOS? Si bien es cierto que la Encarnación —Dios haciéndose hombre, el Infinito haciéndose finito— sobrepasa nuestra imaginación, el prominente teólogo D. A. Carson señaló que hay muchas pruebas de que Jesús exhibiera las características de la deidad. Basándose en Filipenses 2, muchos teólogos creen que Jesús se inhibió voluntariamente de la utilización independiente de sus atributos divinos mientras llevaba a cabo su misión de redimir a la Humanidad. Sin embargo, el Nuevo Testamento confirma concretamente que, en última instancia, Jesús poseía todos los requisitos de la deidad: Omnisciencia, Omnipresencia, Omnipotencia, Eternidad e Inmutabilidad. ¿SE CORRESPONDE LA IDENTIDAD DE JESÚS (Y SOLO LA SUYA) CON LA DEL MESÍAS? Cientos de años antes de que Jesús naciera, los profetas predijeron la venida del Mesías, o Ungido, que habría de redimir al pueblo de Dios. De hecho, docenas de estas profecías del Antiguo Testamento delinearon un perfil profético en el que solo podía encajar el verdadero Mesías. Esto daba a Israel un criterio para descartar a los impostores y validar las credenciales del auténtico Mesías. En contra de posibilidades astronómicas —según un cálculo, una entre un billón de billones, de billones, de billones, de billones, de billones, de billones, de billones, de billones, de billones, de billones, de billones, de billones— en toda la Historia, Jesús y solo Él cumplió a la perfección con el perfil de este retrato profético. Esto confirma la identidad de Jesús con un increíble grado de certeza. El experto a quien entrevisté acerca de este tema, Louis Lapides, es un ejemplo de alguien educado en un hogar judío conservador que acabó creyendo en Jesús como Mesías tras un estudio sistemático de las profecías. Hoy, el Sr. Lapides es pastor de una iglesia de California y fue el presidente de una red nacional de quince congregaciones mesiánicas. ¿FUE LA MUERTE DE JESÚS UNA SIMULACIÓN, Y SU RESURRECCIÓN UN ENGAÑO? Analizando los datos históricos y médicos, el Dr. Alexander Metherell, un médico doctorado en Ingeniería, concluyó que Jesús no habría podido sobrevivir a los atroces rigores de la crucifixión, y mucho menos a la enorme herida que horadó su pulmón y corazón. De hecho, antes incluso de la crucifixión su organismo estaba ya en un estado grave o crítico por el shock hipovolémico que padecía después de su horrible flagelación. La idea de que se desvaneció en la cruz y fingió estar muerto carece completamente de pruebas que la apoyen. Los encargados de las ejecuciones romanas eran inexorablemente eficientes, conscientes de que ellos mismos estaban en peligro de muerte si alguna de sus víctimas salía con vida de la crucifixión. Aunque Jesús hubiera conseguido, de algún modo, sobrevivir a la tortura, su espantoso estado nunca hubiera conseguido inspirar un inmenso movimiento mundial basado en el hecho de que había triunfado gloriosamente sobre la muerte. ¿QUEDÓ REALMENTE VACÍO EL SEPULCRO DE JESÚS? William Lane Craig, poseedor de dos doctorados y autor de varios libros sobre la Resurrección, presentó pruebas muy sorprendentes de que el símbolo más emblemático de la Resurrección —el sepulcro vacío de Jesús— era una realidad histórica. La tumba vacía aparece de manera implícita y explícita en fuentes extraordinariamente antiguas —el Evangelio de Marcos y un credo en 1 Corintios 15— que datan de un periodo tan cercano a este acontecimiento que hay que descartar completamente que pueda ser producto de la leyenda. El hecho de que los Evangelios consignen que fueron las mujeres quienes descubrieron la tumba vacía, reafirma la autenticidad del relato ya que, en el siglo primero, el testimonio de las mujeres carecía de credibilidad. Por tanto, no habría habido motivos para señalar que fueron ellas quienes encontraron vacío el sepulcro si no hubiera sido cierto. Tanto cristianos como judíos y romanos conocían el emplazamiento de la tumba de Jesús, de modo que los escépticos tuvieron toda ocasión de inspeccionarlo. De hecho, nadie —ni siquiera las autoridades romanas o los dirigentes judíos— afirmó jamás que el cuerpo de Jesús siguiera estando en el sepulcro. Se han visto más bien forzados a inventar la absurda historia de que los discípulos, a pesar de no tener motivos ni oportunidad, habían robado el cadáver, una hipótesis que, en nuestros días, no creen ni siquiera los críticos más escépticos. ¿FUE JESÚS VISTO VIVO DESPUÉS DE SU MUERTE EN LA CRUZ? La evidencia de las apariciones tras la resurrección de Jesús no se fue desarrollando con el paso de los años como distorsionados recuerdos mitológicos de su vida. Gary Habermas, el famoso experto en la Resurrección, afirmó más bien que ésta fue “la proclamación central de la iglesia primitiva desde su mismo comienzo.” El antiguo credo de 1 Corintios 15 menciona por nombre a una serie de personas que tuvieron un encuentro personal con el Cristo resucitado, y Pablo desafió a los escépticos del primer siglo a que hablaran personalmente con tales personas a fin de determinar por sí mismos el rigor histórico de esta información. El libro de los Hechos está repleto de afirmaciones extraordinariamente antiguas de la Resurrección de Jesús, mientras que los Evangelios describen con detalle un buen número de tales encuentros posteriores a este acontecimiento. El teólogo británico Michael Green concluyó: “Las apariciones de Jesús gozan de la mejor certificación que puede ofrecer un acontecimiento de la Antigüedad … No puede haber ninguna duda racional de que tuvieron lugar.” ¿EXISTEN HECHOS QUE APUNTEN A LA RESURRECCIÓN? El profesor J. P. Moreland presentó evidencias circunstanciales que suponen una sólida documentación para la Resurrección. En primer lugar, los discípulos estaban en una posición única para saber si la Resurrección se produjo o no, y estuvieron dispuestos a morir proclamando que era verdad. Nadie muere por una mentira a sabiendas y voluntariamente. En segundo lugar, si no es por la Resurrección, no hay buenas razones para explicar la conversión de escépticos como Pablo y Santiago, ni el posterior martirio por causa de su fe. En tercer lugar, durante el transcurso de las semanas siguientes a la crucifi xión, millares de judíos se convencieron de que Jesús era el Hijo de Dios, y comenzaron a seguirle, abandonando ciertas prácticas sociales que habían tenido una importancia sociológica y religiosa crucial a lo largo de los siglos. Tales personas creían que se arriesgaban a la condenación si se equivocaban al respecto. En cuarto lugar, los antiguos sacramentos de la comunión y el bautismo afi rmaron la resurrección y la deidad de Jesús. Y quinto, el milagroso surgimiento de la iglesia en medio de la brutal persecución romana “abre un gran agujero en la Historia, un agujero que tiene el tamaño y la forma de la Resurrección,” en palabras de C.F.D. Moule. Mi conclusión es pues que, considerados en su conjunto, estos testimonios de los expertos constituyen una convincente evidencia de que Jesucristo era quien afi rmó ser: el Unigénito Hijo de Dios.
Posted on: Thu, 29 Aug 2013 23:10:50 +0000

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