¿Se ha vuelto más aceptable cuestionar el 11S? Has Questioning - TopicsExpress



          

¿Se ha vuelto más aceptable cuestionar el 11S? Has Questioning 9/11 become more Acceptable? (For the english version click the link) Por Nile Bowie Global Research, 11 de septiembre de 2013 Url de este artículo (en inglés): globalresearch.ca/has-questioning-911-become-more-acceptable/5349405 Traducido por Gabriel Incertis ([email protected]) A pesar de los mejores esfuerzos de los medios para desestimar las teorías de la conspiración, uno de cada dos estadounidenses duda de la narrativa del gobierno y el escepticismo está abriéndose camino lentamente en la corriente dominante Han pasado doce años desde los acontecimientos del 11 de septiembre de 2001 y aparentemente un déjà vu de pesadilla se ha adueñado de de los EEUU y de sus ciudadanos hartos de la guerra. Una vez más, se le cuenta al público que armas destructivas en países lejanos suponen un peligro crítico y que la única respuesta significativa, a pesar de llevar las ropas del humanitarismo, es una solución militar que inevitablemente afectará a civiles. Hoy, la principal diferencia es que tras una abstracta “Guerra contra el Terror” que dura ya una década, Washington se encuentra combatiendo en Siria esta vez del lado de al-Qaeda y de aquellos que simpatizan con los supuestos culpables de los ataques del 11S. El panorama de relaciones internacionales ha cambiado dramáticamente durante los pasados doce años, y en plena escalada de otra intervención militar estadounidense en Oriente Próximo, un puñado de líderes parece preferir plantear preguntas de sentido común acerca de la linea oficial lanzada por Washington: ¿cómo puede la administración Obama afirmar que Assad usó armas químicas antes de que el equipo de expertos de la ONU en el terreno haya siquiera publicado sus hallazgos? Los líderes mundiales ya han proyectado sus dudas sobre las historias de Washington con anterioridad, pero que los líderes de países importantes hayan –suavemente- insinuado que Washington puede ser cómplice en una ‘operación de bandera falsa’ para justifica la escalada militar en Siria, resulta bastante significativo. Mientras se desenvuelve el espectáculo diplomático sobre Siria y se cierne el aniversario del 11S, estos timpos imponen la cuestión: “¿sobre qué más nos han estado mintiendo?” La reticencia que muchos estadounidenses comunes han mostrado acerca del cuestionamiento de los eventos del 11S es variada; para muchos profesionales y académicos, el ser asociado con teorías de la conspiración les pone en riesgo de suicidio profesional. Los legos y demás se sientente mas inclinados –por estabilidad emocional y otras razones- a mantener su visión del mundo de excepcionalismo americano y de un gobierno que nunca haría nada para perjudicarlos. La resistencia a versiones alternativas del 11S ha sido constantemente reforzada por los medios de comunicación dominantes, que hacen lo que pueden para retratar a aquellos que cuestionan la versión del gobierno como chiflados con sombreros de papel de aluminio o violentos criminales. ¿Eres tú uno de esos ‘teóricos de la conspiración’? Al contrario de cómo los medios estadounidenses nos los han presentado, los movimientos que cuestionan el 11S siguen ganando inercia y a menudo están liderados por científicos y académicos cada vez más francos que reclaman la imposibilidad de la explicación presentada en el Informe Oficial de la Comisión del. Toman, por ejemplo, la rapidez anómala del inicio de la destrucción exhibida por las Torres Gemelas y el WTC7, que colapsaron a una velocidad próxima a la caída libre, indicando que la integridad estructural de esos edificios tuvo que haber sido comprometida y que los fuegos de oficina no pudieron haber sido la única causa del colapso. Resulta inevitable rememorar las masivas secciones de acero eyectadas fuera del edificio mientras colapsaba, indicando explosiones interiores; numerosos testimonios corroboran esta afirmación. Téngase en cuenta que el Departamento de Policía de Nueva York descubrió varias toneladas de metal fundido en los escombros, cosa que los fuegos de oficina nunca han producido. Lo que yo considero como una de las evidencias más persuasivas fue emitida en un estudio de evaluación de pares publicado por el Open Chemical Physics Journal en 2009 que confirmaba la presencia de partículas termíticas altamente explosivas en las muestras del polvo producido por la destrucción del WTC. Se encargó a la Comissión del 11S proveer una completa y total explicación de las circunstancias concernientes a los ataques, pero incluso el expresidente de la comisión Lee Hamilton escribió un artículo en el New York Times en 2008 describiendo cómo la CIA obstruyó las investigaciones del 11S, destruyó evidencias y se negó a responder a los propios requerimientos de información legítimos de la comisión –además de que es ampliamente conocido que el informe de la Comisión del 11S se apoya fuertemente en testimonios obtenidos bajo tortura. Otros, como Allen M. Poteshman de la Universidad de Illinois han percibido la compra sin precedentes de opciones de venta en los días anteriores al 11S, indicando previsión y tráfico de información confidencial en American Airlines y United Airlines. Hasta donde alcanza la evidencia científica, varias organizaciones han supuesto un desafío para el NIST y la Comisión del 11S, siendo la más prominente Arquitectos e Ingenieros por la Verdad del 11S, una asociación de más de 2000 arquitectos e ingenieros que recientemente ha conseguido suficientes fondos como para hacer algo que habría sido impensable hace pocos años –colocar un cartel en Times Square animando a otros a “repensar” los eventos del 11S. Un signo de los tiempos No es fácil medir confiablemente las cifras de opinión pública sobre este asunto, pero en 2008 una exhaustiva encuesta internacional mostró que el 54% de los encuestados creía que grupos diferentes a al Qaeda eran los responsables, según informó Reuters. Una nueva encuesta llevada a cabo en septiembre de 2014 por la empresa de sondeos YouGov encontró que la mitad de los estadounidenses tiene dudas acerca de la explicación del gobierno sobre el 11S. La prensa dominante ha respondido al creciente cambio de percepciones mediante la publicación de mordaces ataques disfrazados de ‘evaluaciones de personalidad’ a activistas y más generalmente al movimiento por la verdad del 11S –algunos de los cuales contienen críticas merecidas, mientras que otros son patentes intentos de deslegitimar y censurar. La evaluación que la revista Time hizo acerca de la creciente popularidad del movimiento afirmaba que “la idea de que existe una fuerza malévola controladora orquestando eventos globales resulta, en un sentido perverso, reconfortante” para un traumatizado populacho americano. En su crítica a activistas y académicos que apoyan una nueva investigación, la prensa dominante se ha concentrado desproporcionadamente en encasillar estas cifras en un tipo de personalidad propensa a la conspiración mientras que rara vez analizan la evidencia alternativa disponible –esto simplemente no es justo. Si EEUU contínuamente fuerza a su población a intervenir en nuevos conflictos militares impopulares recurriendo a afirmaciones insostenibles y a evidencias cuestionables, es posible que la mayoría de personas se vuelva escéptica del status quo y respalde más perspectivas críticas del 11S, especialmente mientras las campañas por la verdad maduran y se vuelven más sofisticadas. Hay muchos que han considerado las evidencias y están convencidos de que Washington miente, pero la pregunta jugosa es ¿quién es exactamente el responsable? Kevin Ryan del Journal of 9/11 Studies publicó recientemente el libro “Another Nineteen”, que es quizás el análisis mas exhaustivo de la estructura de mando política y militar que falló espectacularmente en sus funciones en la mañana del 11S. La tarea que ha de ocupar a los movimientos por la verdad del 11S consiste en aferrar la totalidad de eventos tanto científicos como políticos y llevarlos a la corriente dominante, cosa que está comenzando a hacer con constancia. Siempre habrán críticas burlonas y mordaces hacia aquellos que cuestionan el 11S, pero si científicos y expertos no se ponen de acuerdo sobre los fundamentos técnicos, esto es suficiente base como para defender una nueva y exhaustiva investigación. Por el momento este transformador evento que alteró radicalmente las políticas interior y exterior estadounidenses y llevó a la muerte de más de un millón de personas, no ha sido suficientemente explicado a ojos de muchos. Nile Bowie es un analista político y columnista del Russia Today afincado en Malasia. Además colabora con PressTV, Global Research, y CounterPunch. Copyright © 2013 Global Research (N. Del T.: todas las referencias bibliográficas están disponibles en el artículo original)
Posted on: Fri, 13 Sep 2013 09:59:44 +0000

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