Seguimos amigos II. La respuesta llegó casi instantánea, - TopicsExpress



          

Seguimos amigos II. La respuesta llegó casi instantánea, escrita en un rígido inglés combinado con un coloquial español: -What hapend? Se equivocó de persona señor. - Oh! lo siento de verdad, es que tengo varias conversaciones abiertas y cuando me dí cuenta ya había enviado el mensaje, disculpe usted por favor, perdone mi imprudencia se lo suplico, no quería molestar, buenas noches! -No problem Mr. Monteverde. -Gracias amiga, es usted muy amable - Pienso que la persona que saludó usted con frase romantic sentirse very happy por bonito saludo. -Es sólo una amiga que vive lejos. -No se disculpe usted por ser romantic. Eso sonar lindo -Gracias eres muy agradable. Esa primera conversación había alterado el rumbo y destino de dos seres lejanos, desconocidos y diferentes. al terminar la charla ninguno imaginó, siquiera en sueños, lo que la vida les deparaba. La vida? o quizá la muerte en una jugada macabra del destino. Esa noche Luciano se sintió inquieto, pensaba en esa muchacha sin rostro, sin identidad y, por su escritura, a lo mejor hasta sin nacionalidad. Otra vez le ganaba ese sarcasmo inercial! sin embargo, no parecía una chica superficial, sino al contrario, centrada y asertiva. Pero había notado algo singular en su expresión, algo indescifrable por la brevedad de la charla. Sirvió su segunda copa de vino, tinto por supuesto, y sonrió al darse cuenta de que estaba de buen humor, que se sentía contento, quizá porque hacía mucho tiempo que no le decía alguien que era romántico. Meditó un buen rato en la conversación reciente y, de pronto, la introspección personal terminó al aparecer en su memoria la figura de su ex-esposa; joven, rica, bella, alta, blanca, de cabello rizado y largo color de tarde de verano. Sí, aquella que había abandonado familia y mundo por causa de las drogas que empequeñecieron cuerpo y alma al punto de la muerte en vida. Había sufrido y hecho sufrir lo indecible antes de partir y con ella se llevó sonrisas y ganas de amar al género. Monteverde se había prometido, desde entonces, no involucrar algo más que el cuerpo en relaciones futuras. Así, pasaba de primaveras de placer hasta desengaños otoñales que se quedaban en la epidermis solamente. Pero, ahora qué pasaba? por qué siguió tanto tiempo esa chica en su mente?. Se miró al espejo y sonrió de nuevo sólo por reir o por reirse de sí mismo. Los últimos 15 minutos le habían compuesto el día. Espectador de deportes, asumía el base ball como religión, hablaba de él como un experto cronista y lo describía como parábola de azar y precisión, recitaba datos y estadísticas inútiles para la ciencia y recreaba jugadas para la memoria colectiva. Creía que los umpires (árbitros) del Rey de los deportes deberían de haber sido jueces por la menor frecuencia de sus errores y la autoridad moral que representan esos hombres, incólumes, de azul. El día trajo las ocupaciones de rutina. Derrotado en su última lid política por la arrogancia de su candidato, había decidido alejarse un poco de cuestiones políticas pero sólo para tomar un respiro y poner en orden proyectos personales y notas en desorden que estaban por ahí, dispersas en su estudio y reclamaban el orden acostumbrado en el archivo nuevo que les esperaba. Llegó la noche y con ella la exigencia del can a su paseo nocturno, que sabía de antemano inconstante, pero insistía y conseguía con esa manera especial de mirar y de pedir que a veces es muy superior a las formas humanas. Caminó sin prisa, pensando y deseando encontrar a esa chica al volver a casa. La rutina física la terminó en su recámara, una extensión de su estudio; libros, pequeña mesa de trabajo y televisión, previamente programada, que transitaba de las series CSI a la anarquía brillante del Dr. House. Pero esa noche eran prescindibles. Esa noche era preferible la escritura rara de la joven lejana que, por cierto, no presentaba mayores datos que una brevísima biografía y un austero perfil que hubiese sido la frustración del agente Hotch y su equipo de Criminal Minds. Prendió Monteverde su pc. y a los pocos minutos apareció IRIS Mattelsen, la chica de la noche anterior. Llevado por una extraña ansiedad, Luciano inició la conversación con las preguntas que la urbanidad impone y la cortesía exige. Era el segundo diálogo que los llevaría a completar seis mil ochocientos noventa y ocho mensajes. La suerte estaba echada y el azar había cumplido su encomienda, dejaba el juego ahora en manos del destino. Cero a cero el marcador, jugaría el veterano con astucia, paciencia y estrategia. Ella sólo jugaría a ser feliz, no importaba quién ganara el juego porque este se acabaría en el tiempo predeterminado, ni un minuto más! Nos vemos mañana amigos!
Posted on: Thu, 19 Sep 2013 02:20:32 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015