Siempre podemos perdonar, no estar sumergidos en la amargura ni resentimiento. ¡Así que no permitas, que una actitud negativa te robe lo que Dios tiene reservado para ti hoy! Tiempo en Prisión Él entonces le dijo: “Hijo, tú siempre estás conmigo y todas mis cosas son tuyas. (Lucas 15:31). El hijo pródigo rompió el corazón de su padre cuando dejó la casa, malgastando su herencia y viviendo con prostitutas y cerdos. Después, cuando él regresó pidiendo vivir en el granero y trabajar como peón de labranza, encontró que su padre había dejado la luz de la puerta delantera encendida (En señal de bienvenida) y le tenía un lugar reservado en la mesa. ¡De hecho, el padre se alegraba tanto de verlo que le organizó una fiesta! Pero el hijo mayor no pensaba igual con respecto al retorno de su hermano menor, lo que menos quería era celebrar. Observa lo que pasó: "Entonces se enojó y no quería entrar. Salió por tanto su padre, y le rogaba que entrara. Pero él, respondiendo, dijo al padre: “Tantos años hace que te sirvo, no habiéndote desobedecido jamás, y nunca me has dado ni un cabrito para gozarme con mis amigos. Pero cuando vino este hijo tuyo, que ha consumido tus bienes con rameras, has hecho matar para él el becerro gordo” (Lucas 15: 28-30) Ambos hijos pasaron tiempo en prisión, uno en la prisión de la rebeldía, y el otro en la prisión del resentimiento. Uno recapacitó y comprendió que había pecado contra Dios y contra su padre. Decidió regresar y pedir perdón, llegó a casa y tuvo una gran bienvenida; el otro se quedó en casa enfadado, sumergido en amargura y auto-lástima. El arrepentimiento es la llave que abrirá las puertas de la prisión. ¡El orgullo y la auto-lástima lo único que harán será construir muros más altos a tu alrededor, colocándote en tu prisión personal. ¡Cuando estás celoso, te pierdes la fiesta! La amargura te aísla junto a todas esas otras "víctimas" de traición, de abuso, de incomprensión, del sistema, los cuales se han auto encadenado a las paredes de su prisión. Quita rápidamente aquello que te duele, antes que se convierta en odio. ¡Eres un hijo de Dios y eso nada ni nadie lo podrá cambiar jamás! ve a la fiesta, hay un sitio reservado para ti. Observa, tu Padre te está diciendo: "....Hijo, tú siempre estás conmigo y todas mis cosas son tuyas” (Lucas 15:31). ¡Así que no permitas, que una actitud negativa te robe lo que Dios tiene reservado para ti hoy!
Posted on: Fri, 09 Aug 2013 22:59:10 +0000
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