Sigue orando Este testimonio lo escuché hace algunos años en los labios del Pastor Arnaldo Torres. Había en cierta ciudad una mujer que vivía en extrema pobreza a tal punto que no tenía para sus necesidades básicas. En un momento de crisis esta mujer invoca al diablo y le propone que si él le da un millón de dólares, ella a cambio le daría su alma. El diablo escucha esta petición y acepta el pacto con la condición de que al cabo de un año a las 12 de la noche ella tendría que cumplir la promesa. Ambos estuvieron de acuerdo y el diablo le proveyó del millón de dólares que había sido pactado. La mujer empezó entonces, llena de alegría a gastar el dinero que tenia, en todas las cosas que siempre había anhelado. Viajó por todos los lugares, adquirió ropas lujosas, joyas, gastó en deleites y no escatimo placer alguno para disfrutar, según ella, de todo lo que se había perdido cuando era pobre. Sin embargo, el tiempo transcurría, y en el rato menos pensado 9 meses habían transcurrido desde que recibió el dinero de parte del diablo. Conforme pasaban los días, el temor se apoderaba de ella y no disfrutaba ya de los deleites que el dinero aun le podía dar. Por la casa donde ella vivía, había una anciana que todos los días pasaba con un rostro de paz y siempre le saludaba con estas frases – “Dios te bendiga, hija” – cada vez que le escuchaba, un ambiente de paz inundaba su vida. No dudo más y en la próxima vez que la vio la llamó y le contó lo que le estaba ocurriendo. Esta anciana le presentó a Jesucristo como su Salvador y esta chica tomó la decisión de aceptarlo. Conforme pasaban los días, esta nueva hermana se sentía preocupada y temerosa por las consecuencias que estaban por ocurrirle. La iglesia entra en oración para pedir dirección a Dios y preparar una estrategia para enfrentar al diablo por el alma de la hermana. Cuando llegó el día en que el diablo iba a venir por ella, el pastor convocó a los hermanos que quisieran acompañarlos para un culto de oración a esa hora de la noche; nadie aceptó, excepto, la anciana, el resto se excusó. Cuando llegó la noche, la mujer estaba hecha un atado de nervios y le pedía al pastor y a la anciana con lagrimas en los ojos, que no le dejaran sola, pues tenía mucho miedo. El pastor le dice a la mujer: “no te preocupes que todo está en manos de Dios, sigue orando, por favor” Conforme pasaba el tiempo, el ambiente, se hacía sobrecogedor y una atmósfera pesada invadía toda la casa. La mujer presa de temor les rogaba al pastor y a la anciana que por favor no le abandonaran. El pastor nuevamente le dice: “sigue orando mujer, sigue orando”. La anciana también se había unido a la oración y la animaba abrazándola y dándole fortaleza. Cuando faltaban pocos minutos para la hora señalada, unas densas tinieblas invaden completamente la casa, Satanás hace su aparición y le dice a la mujer que había venido por ella. La mujer se pone histérica, angustiada, pero el pastor le dice:- No te detengas mujer, sigue orando, sigue orando - El pastor dirigiéndose al enemigo le dice – esa alma no te pertenece, ella aceptó el sacrificio de Cristo, su alma le pertenece a El - Mentira, dice Satanás, yo la compre por un millón de dólares y me pertenece- “No, responde el pastor, su vida fue comprada a precio de sangre” Satanás enfurecido trata de agarrar a la mujer, pero de repente, a lo lejos, se observa una pequeña luz, que conforme se va acercando va creciendo en intensidad y las tinieblas van desapareciendo hasta alcanzar una brillantez tal que era imposible para Satanás soportar la presencia de ella. Esa luz poco a poco va tomando forma y la misma presencia del Señor Jesucristo llenó la casa. Dirigiéndose a Satanás le dice: - Esa mujer ya no te pertenece, mira mis manos, allí están las marcas del precio que pague por ella” Entre maldiciones y lamentos de ira, a Satanás no le queda otra opción que huir de la presencia del Dios santísimo. Aplicación. Cuando la lucha sea más intensa, sigue orando, no desmayes, que la ayuda está en camino
Posted on: Fri, 02 Aug 2013 04:04:11 +0000
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