Sobre el ego, la vía espiritual y las condiciones necesarias para la presencia de revelaciones divinas: Los foqara (plural de faqir) de los primeros tiempos no buscaban sino aquello que pudiera aniquilar sus almas pasionales (nufus, plural de nafs) y vivificar sus corazones, mientras que nosotros hacemos lo contrario: buscamos aquello que aniquila nuestros corazones y vivifica nuestras almas pasionales. Ellos no se esforzaban sino en deshacerse de sus pasiones y en destronar a su ego; en cuanto a nosotros, a lo que aspiramos es a la satisfacción de nuestros deseos sensoriales y a la exaltación de nuestro ego. Por eso hemos vuelto la espalda a la puerta y la cara a la pared. Y no os digo esto sino porque he visto las gracias con las que Alá colma a cualquiera que aniquila su alma pasional y vivifica su corazón. Ciertamente, nosotros con menos que eso somos felices; pero sólo el ignorante se conforma sin llegar al fin de su camino. Me he preguntado si existe, aparte de nuestras pasiones y nuestro egoísmo, algo más que nos separe de los dones divinos, y he encontrado, como tercer impedimento, la ausencia de nostalgia espiritual; pues las revelaciones no son concedidas generalmente más que a aquel cuyo corazón es traspasado por una intensa nostalgia y un gran deseo de contemplar la Esencia de su Señor; a él fluyen las revelaciones de la Esencia divina hasta que se extingue en Ella, liberándose de la ilusión de otra realidad además de Ella, porque a eso es a lo que Ella conduce a todos aquellos que en Ella están fijados de continuo. Por el contrario, quien aspira exclusivamente a la ciencia o a la acción no recibe una revelación tras otra; por lo demás, no gozaría de ellas, ya que su aspiración apunta hacia algo distinto de la esencia divina, y Alá (exaltado sea) colma a su servidor según la medida de su aspiración. Ciertamente, todo ser humano participa del Espíritu, como el océano tiene olas, pero la experiencia sensorial acapara a la mayoría de personas: se ha apoderado de sus corazones y de sus miembros y no les permite abrirse al Espíritu, puesto que la sensorialidad es lo opuesto de la espiritualidad y los opuestos no se reúnen. Vemos, por otra parte, que no se alcanza el objetivo espiritual con muchas ni con pocas obras, sino únicamente por la gracia, como dice el santo, amigo de Alá (wali), Ibn Atai-Llah (que Alá esté satisfecho de él) en sus Hikam: . Shaykh (maestro) Ad-Darqawi, en sus cartas. Sufí marroquí del siglo XIX.
Posted on: Sat, 14 Sep 2013 16:07:09 +0000
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