Sí, podemos estar de acuerdo. El mundo, acortando descripciones, tiende a ser una mierda. Las prostitutas dominan las esquinas, los maleantes agonizan su dignidad en cada callejón donde la luz y el pudor ya no llega y los ebrios acurrucan sus pesares sobre las frías piernas del asfalto seco. Sí, podemos estar de acuerdo. El mundo, el mundo, señorita, es una dualidad. Pero yo que no soy un hombre dual, y tomo partido en todo y ejerzo con seguridad mis compulsiones, me aferro con prepotencia a un par de certezas en especial: Sí, el mundo es una mierda, de trasfondo. Pero si miro más acá, y y veo a su boca, sonriendo las bondades que no cuenta el mundo; si ignoro los silencios que grita este mundo de paciencia y asco, y escucho su voz dulce y combativa que con delicadeza y dulzura desmarca las huellas que deja esta sociedad sangrante sobre este hombre terco; si atrás de la bruma que deja esta desesperanza abyecta de sobrevivir en este mundo irreparable, encuentro a sus ojos gentiles que dominan y desarman este paisaje hostil, entonces ¿cómo no tener la certeza de que este desastre sobrevive así solo por la mera banalidad de exaltar esa etereidad escasa, como la que usted ostenta, sobre la populosa abundancia de lo simple y lo superfluo? Ahora no sé si podamos estar de acuerdo, y tal vez le parezca un desatino, pero tengo la plena convicción de que usted ostenta ese sútil poder que tiene todo lo etéreo, para enmascarar el mundo, y hacerlo un lugar bonito.
Posted on: Sun, 03 Nov 2013 07:28:21 +0000