TUS CINCO TORITOS NEGROS De Manuel Benitez Carrasco Contra mis - TopicsExpress



          

TUS CINCO TORITOS NEGROS De Manuel Benitez Carrasco Contra mis cinco sentidos tus cinco toritos negros. Torito negro tus ojos torito negro tu pelo torito negro tu boca torito negro tu beso. Y el más negro de los cinco, tu cuerpo, torito negro. Barreras puse a mis ojos, tus ojos me las rompieron. Barreras puse a mis manos, les hizo sombra tu pelo. Barreras puse a mi boca, tu boca les prendió fuego. Puse mi beso en barreras, tu beso las hizo leño. Y puse duras barreras de zarzamora al recuerdo y saltó sobre las zarzas tu cuerpo, torito negro. Deja, que no quiero verte. Déjame que no te quiero. Y luego monté mis ojos sobre un caballo de miedo. Tus ojos me perseguían Como dos toritos negros. Y luego metí mis manos bajo un embozo de fuego; tu pelo se me enredaba como un torito negro. Y luego junté mi boca contra la cal de mi encierro. Tu boca estaba acechando igual que un torito negro. Y luego mordí mi almohada ara contener mi beso, tu beso me corneaba igual que un torito negro. Y luego arañé mi carne de tentación y deseo para que no me gritara que yo te estaba queriendo. Y tu cuerpo encandilado mimbre, luna, bronce y fuego se me plantó ante los ojos igual que un torito negro. Deja, que no quiero verte. Déjame, que no te quiero El aire del cuarto estaba temblando con tu recuerdo. Cien caballos por mis venas a galope por mi cuerpo y yo jinete sin rienda luchando por contenerlos. Cien herreros en mi boca trabajando con mis besos, y yo queriendo ser fragua para poder deshacerlos. Cien voces en mi garganta gritándome que te quiero, y yo, mentira infinita, gritando que no te quiero. Salí por aire al balcón... me tropecé con el cielo. Aquel cielo quieto y hondo, verde, blanco, azul y negro, igual que el de aquella noche de nuestro primer encuentro en que me hirieron, al paso, tus cinco toritos negros. Y me acordé de aquel aire que jugaba con tu pelo como un niño a quien le gustan los caracolillos negros. Y me acordé de aquel rayo de luna, fino y torero, que puso dos banderillas de luz en tus ojos negros. Y de aquel dolor de labios que nos quedó de aquel beso, y de aquel dolor de brazos y de aquel dolor de huesos y de aquella caracola de amor, que quedó por dentro como un mar de amor dormido: ... que te quiero... que te quiero... Y se me escapó la voz; grité: te quiero, te quiero. Y ya no junté mi boca contra la cal de mi encierro y ya no mordí mi almohada para contener mi beso, y ya no metí mis manos bajo un embozo de fuego. Junté mi beso a tu boca, junté mi boca a tu beso, y otra vez aquel dolor y aquel temblor de recuerdos pensando en aquella noche de nuestro primer encuentro. Te quise siempre, te quise, te quiero siempre, te quiero. Aunque no puedo quererte, Te quiero. Aunque no debo quererte, Te quiero. Aunque en cunas de tu casa Se está meciendo un almendro, Te quiero. Aunque tú tienes dos lirios Que se te cuelgan del cuello, Te quiero, te quiero. Y aunque ponga más barreras de zarzamora al reduerdo para que nunca las salten tus cinco toritos negros, torito negro tus ojos, torito negro tu pelo, torito negro tu boca, torito negro tu beso, y el más negro de los cinco, tu cuerpo, torito negro, te quise siempre, te quise, te quiero siempre, te quiero.
Posted on: Mon, 29 Jul 2013 22:10:55 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015