"Tal como nos fue revelada, en los términos de declaraciones - TopicsExpress



          

"Tal como nos fue revelada, en los términos de declaraciones oficiales que señalaban ciertos hechos pero sin alcanzar, carentes de explicaciones marxistas, a distinguirse de denuncias muy anteriores, los de la más anticomunista ideología burguesa y las de la teoría trotskista “antiestaliniana”; tal como nos fue revelada, circunscripta sólo a las “violaciones de la legalidad socialista” mientras los comunistas de la URSS y del mundo tenían de olla una experiencia infinitamente más “extendida”, la desviación “estaliniana”, en el límite, no podía provocar más que dos actitudes posibles, además de la “clásica” utilización por los anticomunistas y antisoviéticos. O bien una crítica de izquierda, que acepta hablar de desviación, incluso muy contradictoria, y que se lanza a la investigación seria de sus causas históricas fundamentales para calificarla, vale decir, que John Lewis me perdone, no ya del Hombre (o de la Personalidad), sino de la Superestructura, de las relaciones de producción, y por lo tanto del estado de las relaciones de clase y de la lucha de clases en la URSS —una crítica que entonces, pero sólo entonces, puede hablar con conocimiento de causa no solamente del Derecho violado sino de las razones de su violación—. O bien una crítica de derecha, que se aferra y se limita a ciertos aspectos de la superestructura jurídica y, claro está, puede entonces invocar al Hombre y sus Derechos y oponer el Hombre a la violación de sus Derechos (o los simples “consejos obreros” a la “burocracia”). El hecho es que no se escuchó nunca, prácticamente, más que una sola crítica: la segunda. Y la fórmula oficial de la crítica del “culto”, de las “violaciones de la legalidad socialista”, lejos de mantener a raya al anticomunismo burgués más violento, lejos de mantener a distancia el antiestalinismo trotskista, les dio un argumento histórico inesperado.: donde ambos encontraron una justificación, un nuevo aliento y una segunda vida. Es lo que explica, sea dicho al pasar, muchos fenómenos de apariencia paradojal; por ejemplo, cincuenta años después de la Revolución de Octubre y veinte años después de la Revolución china, el refortalecimiento de organizaciones que subsisten desde hace cuarenta años sin haber logrado ninguna victoria histórica (porque a diferencia de los “izquierdismos” actuales, son organizaciones y tienen una teoría): las organizaciones trotskistas. Para no hablar de la “eficacia” del antisovietismo burgués, ¡treinta años después de Stalingrado! (...) Mucho temo, en efecto, que no falte demasiado tiempo para escribir negro sobre blanco por razones en apariencia pragmáticas pero sin duda más profundas, para poner a prueba de un auténtico análisis marxista “la hipótesis” que hoy asumo el riesgo personal de adelantar, bajo la forma de proposiciones necesariamente esquemáticas: 1. El movimiento comunista internacional fue afectado, en grados y formas muy diversos, según los países y las organizaciones, a partir de los años 30, por los efectos de una misma desviación, que provisionalmente podemos denominar la “desviación estaliniana”. 2. Guardando bien todas las proporciones, vale decir, respetando las diferencias esenciales, pero más allá de los fenómenos más visibles, que son, a pesar de su extremada gravedad, históricamente secundarios, y que se agrupan en general, en los partidos comunistas, bajo los términos de “culto a la personalidad” y “dogmatismo”, la desviación estaliniana puede ser considerada bajo sus formas transformadas (relativas al estado de la lucha de clase mundial, a la existencia de un único estado socialista, y al ejercicio del poder de estado por el partido bolchevique) como una forma de la revancha póstuma de la IIª Internacional, como un resurgimiento de su tendencia principal. 3. Ahora bien, esta tendencia principal era en el fondo, como sabemos, economicista. (...) Pero también diría: claro está, existen, en las hipótesis sumarias y esquemáticas que propongo, graves encrucijadas políticas, pero ante todo hay graves posibles equívocos de los que es necesario cuidarse a todo precio. Ved cómo Lenin, que denunció con extrema intransigencia la tendencia idealista–economicista de la IIª Internacional, trató a esta organización: jamás redujo la IIª Internacional a su desviación. Reconoció períodos en su historia, distinguió lo principal de lo secundario —y por ejemplo siempre le atribuyó ante el movimiento obrero el mérito de haber desarrollado las organizaciones de la lucha de clase proletaria, los sindicatos y los partidos obreros—, nunca rehusó citar a Kautsky y defender la obra filosófica de Plejánov. Así Stalin no puede, por razones infinitamente más claras y fuertes, ser reducido a la desviación que nosotros vinculamos a su nombre, y con más razón todavía la IIIª Internacional, a la que terminó por dominar, después de los años treinta. Tuvo otros méritos ante la historia. Comprendió que era necesario renunciar al milagro inminente de la “revolución mundial” y emprender la “construcción del socialismo” en un solo país, y sacó sus consecuencias: defenderlo a cualquier precio como la base y la retaguardia de todo socialismo en el mundo, convertirlo bajo el cerco del imperialismo en una fortaleza inexpugnable y dotarlo para ello prioritariamente de una industria pesada, de la que salieron los tanques de Stalingrado, que sirvieron al heroísmo del pueblo soviético en una lucha a muerte por liberar al mundo del nazismo. Nuestra historia pasa también por allí. Y a través de deformaciones, caricaturas, y las propias tragedias de esta historia, millones de comunistas aprendieron, aun cuando Stalin los “enseñaba” como dogmas, que exis-tían los Principios del leninismo." "Para una crítica de la práctica teórica Respuesta a John Lewis". Louis Althusser (1973).
Posted on: Sun, 08 Sep 2013 08:41:45 +0000

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