Tata Martino Año 6. Edición número 271. Domingo 28 de julio de - TopicsExpress



          

Tata Martino Año 6. Edición número 271. Domingo 28 de julio de 2013 Por Eduardo Sguiglia. Economista y escritor contacto@miradasalsur Muchos años atrás, más de veinte, fuimos con Nico, mi hijo mayor, y un amigo quemero, porteño de ley, a ver Boca y Ñuls a la Bombonera. Cuando promediaba el partido, el ocho rojinegro amortiguó con el pecho un largo pase de Sensini, se sacó a un hombre de encima, luego a otro y después, como quien no quiere la cosa, colocó la pelota en los pies de Roque Alfaro, que entraba en diagonal al área boquense, para que hiciera el cuarto de los cinco goles que metió Ñuls en aquella tarde de gloria. La segunda bandeja del estadio, de espaldas al Riachuelo, se convirtió en una fiesta. Los cánticos resonaron con fuerza, las banderas flamearon al viento, el cemento de la tribuna murmuró bajo los saltos. Mi amigo esperó a que los cientos de leprosos nos calmáramos para hacer un comentario. ¿Ese ocho es el Tata Martino, no?, me preguntó con una sonrisa blanda y expectante. Sí, es el Tata, respondí. Mi amigo José Luis, que editaba poesía y que con sus sesenta largos había visto mucho fútbol, movió la cabeza. ¡Qué jugador! Un fenómeno, dijo. Pero sus elogios sobre el Tata no concluyeron allí. Quiso la casualidad que un par de horas más tarde los tres coincidiéramos con el plantel rojinegro en una pizzería de avenida Libertador al fondo. Los jugadores estaban sentados a una larga mesa. El cuerpo técnico en otra, más pequeña y redonda. Los jugadores, que ganarían aquel campeonato haciendo otras goleadas, se veían jóvenes y alegres. El Tata se paraba cada tanto. Iba y venía de una punta a la otra de la mesa, entre bromas y risas. Mi amigo, al cabo de un rato, tomó dos o tres servilletas de papel y fue, junto a Nico, a pedirle un autógrafo. Estaban felices al volver. ¿Y, qué tal?, le pregunté. Un tipazo, humilde, un señor, dijo. El Tata Martino, flamante técnico del Barcelona, comenzó a jugar en Ñuls a los diez años de edad. A los diecisiete debutó en primera. Jugó, entre 1980 y 1994, quinientos cinco partidos como titular. Siempre de mediocampista, siempre exhibiendo un talento singular en la gambeta y en el pase preciso, inteligente. Salió campeón en cuatro oportunidades. Metió sólo treinta y cinco goles pero hizo hacer, por lo menos, el triple a quienes integraban la delantera de aquellos equipos: Ramos, Almirón, Dezzotti, Balbo y el negro Zamora, entre otros. Dicen los que saben que si hubiera corrido un poco más en la cancha o hubiese jugado algunas temporadas en un club de los grandes, su fama como jugador hubiera traspasado las fronteras. ¿Tiene importancia este tipo de especulaciones? Para la hinchada rojinegra ninguna. Me atrevo a decir que para el propio Martino tampoco. Su desempeño durante una década y media le bastó para transformarse en uno de los ídolos más queridos en el Parque Independencia. Pero su prestigio y la admiración que le profesa el pueblo rojinegro crecieron de forma vertiginosa, y merecida por cierto, cuando a principios del 2012 se hizo cargo de entrenar al equipo que corría riesgos de irse al descenso para sacarlo campeón, con un planteo ofensivo y por momentos brillante, dieciocho meses después. Su carrera como director técnico no fue fácil. Más bien avanzó de menor a mayor. Paso a paso, diría un filósofo. Lo hizo con mucho esfuerzo pero sin dobleces, sin vanidad y sin gestos ni frases rimbombantes. Comenzó, hacia 1998, en un club del Nacional B: Almirante Brown de Arrecifes. Luego dirigió a Platense y a Instituto de Córdoba. Su camino comenzó a perfilarse en el Paraguay. Sacó campeón a Libertad, después a Cerro Porteño y, más tarde, en 2006, entrenó a la selección nacional guaraní que llegó a jugar los cuartos de final, por primera vez en su historia, en el mundial disputado en Sudáfrica en 2010. El Tata Martino, en su papel de técnico, continuó demostrando sus conceptos sobre el juego y sus cualidades personales, oponiéndose, cada vez que fue necesario, a los atropellos o las iniquidades de los árbitros. “El fútbol argentino es tramposo y ventajero”, dijo al respecto hace poco. Cualquiera, a excepción de los necios, puede suscribir semejante afirmación. En el campeonato pasado, para no ir más lejos, Martino protestó un gol de River que el escurridizo Luna, zampándose al ras del piso como si fuera un meteoro, había hecho con la mano. Sus protestas y las de su fiel escudero Pautasso, enérgicas y apasionadas, le valieron la expulsión pero lograron que el árbitro, luego de consultar al juez de línea, terminara anulándolo como hubiese correspondido desde un principio. Hace treinta días fuimos con mis otros dos hijos, Fabián y Sebastián, a festejar el último título a Rosario. Martino recibió una ovación de la hinchada y también el cariño de los jugadores que lo alzaban en el aire como si fuera el jefe de una tribu. Pero ninguno de los cuarenta mil que coreamos su nombre mientras el solcito de junio nos calentaba la cara podía suponer que cuatro semanas más tarde partiría al Barcelona. Allí lo esperan grandes desafíos. También Iniesta, Xavi, Neymar, Mascherano y, sobre todo, Lionel Messi, otro leproso de alma al que lo tiene fichado desde cuando era un pibito y hacía malabares en la novena del Parque. “Esto es de una magnitud impresionante que no termino de dimensionar. Pero tengo la obligación de dejar bien parados a los entrenadores argentinos y latinoamericanos”, declaró el Tata el miércoles pasado. ¿Podrá manejar al Barcelona y enfrentar a todas las exigencias que se le demandan a un técnico de elite?, se preguntan los expertos o los que prefieren otro estilo u otro glamour, refunfuñando en voz baja. Los que lo hemos visto jugar y dirigir creemos que sí. Pero, sobre todas las cosas, estamos seguros de que seguirá siendo, como lo percibió mi amigo veintitantos años atrás, un verdadero tipazo que hace gala de humildad como sugería el gran Cervantes. “Préciate más de ser humilde virtuoso que príncipe soberbio”, decía. También confiamos en que más temprano que tarde ambos, el Tata y Lionel, regresarán a sus orígenes para volver a porfiar por Ñulsolboys.
Posted on: Mon, 19 Aug 2013 20:52:12 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015