Todo... ¡Mío! Hay días que voy sembrando esperanzas a medida que camino, las coloca mi mirada en los ojos de los otros, quienes sin saberlo, van andando indiferentes su travesía urbana. Esos días especiales, están llenos de talento, digo “talento” porque es virtuoso retomar un sentido brillante a la vida, apreciar lo sencillo y callar lo complicado, que aunque sigue allí, por momentos, queda relegado. La misma brisa, tiene un encanto más sereno, el paisaje a los lejos, destella olas multicolores y la aurora, hasta parece que amaneció más temprano. El mundo hostil sigue intacto pero hoy, lo distingo lejos de mí, distante en mi tiempo, está bloqueado en mis sonrisas. No me es indiferente el sol que acaricia las hojas de los arbustos, ni el color de las flores o la risa de los niños. El dolor da tregua cuando se vierten sobre el tiempo, “los posibles”, se abren portales y atraviesa la intención, con un impulso decidido a romper cadenas, a soltar destinos, liberar los estorbos densos del pensamientos, inútiles ráfagas de ideas recurrentes que agobian la posibilidad de apreciar otras perspectivas que igualmente, habitan en la mente. No tropiezo, no me caigo, erguida con las manos en flor, abro espacios, respiro profundo, me atrevo a disfrutar la belleza que me es dada por un sueño diferente, en silencio, más exactamente, es la armonía del callar. Estoy aquí hoy, vestida de anhelos, buscando mimetizarme entre lo bonito que resalta, que existe, cuando el saber interior toca e invade el ser que somos, sustancia que hay que despertar sutilmente, consciente, auténtica y ojalá, permanentemente; pero, hay que trabajar, cuestionarse, dudar, buscar para encontrarse… Nada llegará por casualidad Lo increíble es que lo que habita en nuestro interior, existe para ser liberado, ya es. Mientras, camino a la orilla del acantilado...
Posted on: Fri, 04 Oct 2013 02:06:37 +0000
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