Todo comenzó cuando iba en tercer grado en la ESCUELA SECUNDARIA TÉCNIDA INDUSTRIAL NÚMERO 4, como ya les he dicho antes, estudiaba INDUSTRIA DEL VESTIDO y los harapos que diseñaba eran mejor que las porquerías de Sara Bustani, obviamente era alta costura, tal vez Karl Lagerfeld me hubiese contratado para trabajar a su lado en Fendi. En fin amigos, mi vida era fabulosa. Bueno, no mucho pero me gusta imaginar que llegaba a bordo de mi limusina, manejada por mi chofer, cuando en realidad se trataba del microbús, manejado por don Panchito. Mi escuela de gobierno, que más bien parecía perrera municipal, era lo más fashion de ese entonces. Ya les dije que la hija del presidente municipal era una críada más a mi servicio después de que le dí aquella lección. La verdad es que era un desmadre y sólo Dios sacrosanto sabe cómo fue que termine de estudiar ahí, sin reprobar ningún año y sin salir embarazada. En mi Unidad Habitacional, digo, zona residencial, había un vendedor de piñas que iba a una secundaria d emala muerte, lo peor amigos. Era como un reclusorio lleno de futuros talacheros y albañiles. Que horror, me escandalizo tan sólo de recordar que los estudiantes siempre olían a taco de sesos. Lamentable. Raúl era su nombre. Era perfecto amigos, PERFECTO SE LOS DIGO, pequeñito, de cabello rizado, ojos color miel, pero sí, ERA POBRE y yo no podía darme el lujo de tener algo que ver con la servidumbre... Una señorita de mi alcurnia, era la esperanza en la familia, la heredera de una generación devastada, tenía que mejorar la raza a como diera lugar. Y Raúl no era el indicado...
Posted on: Tue, 27 Aug 2013 05:02:12 +0000
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