Todo es mentira Cientos de miles de ciudadanos sirios se hacinan en los campos de refugiados abiertos en Jordania y en Irán donde esperan solamente que mañana el hambre sea más soportable que hoy. Cientos de ciudadanos sirios que permanecían en su país han sido gaseados con armas químicas y los cadáveres de los niños esperan en la morgue de la Damasco. La comunidad internacional no tiene nada que decir; acaso una regañina a ese criminal que viste trajes de chaqueta caros y se peina al revés; esa alimaña capaz de gasear a sus conciudadanos de los que se dice presidente y que se llama Bashar Al Asad, extravagante personajillo acogido a amigos tan poco recomendables como Rusia o China. En Egipto, un golpe militar destituye al presidente electo. El nuevo gobierno tirotea a los manifestantes que protestan por esa agresión antidemocrática, con el resultado de más de 200 muertos, persigue y suspende al partido opositor, encierra a sus dirigentes y arrastra al país a un enfrentamiento armado. No conviene al vecino judío ni al occidente cristiano una administración en manos de una Hermandad Musulmana. El estado de Israel, lejos de negociar y establecer las bases del entendimiento definitivo con Palestina, avanza en su desalmada política de extensión y ocupación de los territorios que no le pertenecen, con la construcción de cientos de viviendas para los fervorosos y violentos colonos judíos. Las provocaciones del sionismo no cesan ni organización alguna consigue detener estos asentamientos ilegales, ilícitos y belicosos. En Yemen, Afganistán y Pakistán, unas máquinas mortales capaces de volar sin pilotaje, dejan caer con frecuencia cargas de bombas y metrallas sobre pueblos, ciudades y desiertos. Las bombas no distinguen y hoy matan niños y mañana destruyen hospitales. Todo ello con un sigilo y un esmero muy estudiado por la inteligencia militar de los Estados Unidos, verdaderos pilotos de estos infames artefactos. La estrategia del capitalismo internacional y su enrevesado juego de piezas, el infantil compadreo entre gobiernos, la calavera del poder y del dominio, permiten y sustentan episodios de este calibre; nada dice la ONU ni la UNIFEC ni ningún otro organismo internacional sobre tan fragante violación y daño de los derechos humanos, ningún remedio, ninguna solución …-¿ qué más prueban van a darnos de ineptitud, vagancia, conformismo y sometimiento a los intereses de las potentes economía mundiales?- ¿ para qué, entonces sirve la ONU y sus muchas agencias instaladas por el mundo?- ¿ a que se espera para una intervención que lleve a los ciudadanos de esos países la paz y la seguridad que sus gobiernos no son capaces de darles?. Las tragedias del mundo no son cuestiones del azar; tienen responsables, nombre y apellido y no son del todo inevitables. Pero estas son las reglas internacionales establecidas en la más cobarde, soberbia y absoluta mentira,
Posted on: Mon, 26 Aug 2013 00:49:47 +0000
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