Todos los seres humanos estamos hechos de una cierta porción de fango, de lodo. En ocasiones parecemos ratas y devoramos carroña allí donde la encontramos, o hienas y elegimos la presa más débil para atacarla sin piedad, o avestruces y escondemos la cabeza en la tierra cuando lo vemos mal...La Historia nos enseña que lo mejor, más elevado y perfecto de nuestra personalidad va de la mano de lo más abyecto, ruin, cruel y cobarde. Hace 75 años tenía lugar la tristemente célebre Noche de los cristales rotos. En aquella auténtica orgía de sangre, fuego y destrucción que invadió las principales ciudades alemanas, muchos ciudadanos participaron no tanto influidos por la ideología nazi o por odio racial o por supuestas órdenes debidas. Digámoslo claro: participaron en aquel criminal saqueo por pura rapacidad y oportunista codicia, para apoderarse de las posesiones y de los prósperos negocios judios, y de paso, dieron rienda suelta a sus más bajos instintos. Otros muchos (lo que Martin Luther King definió acertadamente como la inacción de los justos. Hum...me pregunto si hoy tipos como Rajoy o cualquiera de nuestros politicastros lo llamarían mayoría silenciosa-notese el sarcasmo) decidieron mirar para otro lado, pues al fin y al cabo no eran judios y la cosa no iba con ellos...Esa fatídica noche de 1938 el camino hacia la solución final, hacia Auschwitz, quedó un poco más allanado.
Posted on: Sat, 09 Nov 2013 19:46:46 +0000
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