UNA HISTORIA JAMÀS CONTADA DEL VRAEM EXORDIO Públicamente, - TopicsExpress



          

UNA HISTORIA JAMÀS CONTADA DEL VRAEM EXORDIO Públicamente, representantes de este gobierno, ante la impotencia de lavarle la cara a la famosísima y fracasada “Operación Libertad” (si es que existió), argumentaron desesperadamente que la extensa zona de los valles de los ríos Apurímac, Ene y Mantaro (VRAEM) es “inaccesible”. Falso de toda falsedad. Tamaña barbaridad sólo puede caber en cerebros que almacenan gravísimos problemas de conciencia y de cobardía. Además, estas afirmaciones nos hacen recordar a los sicosociales que embadurnaban los farsantes reportajes televisivos bien aceitados por el fujimontesinismo que, como ahora, trataban de mentirle al país justificando que el gravísimo hecho de no poder desalojar del territorio peruano a las tropas internacionales ecuatorianas infiltradas en el Alto Cenepa en aquel desastre militar de la “Cordillera del Cóndor” en el año 1995 con su “general victorioso” bajo la cama, se debió a la misma cantaleta de los ineptos de ahora: que la zona era “inaccesible”. Falso de toda falsedad, nuevamente. En la historia de la humanidad está demostrado, desde hace cinco mil años, que las guerras convencionales, no convencionales y civiles se libraron en extensos desiertos y sabanas inhóspitas sobre los cincuenta grados de calor, en extensas y heladas estepas, en zonas glaciales bajo cero, en montañas escarpadas sobre los cuatro mil metros de altitud, en interminables áreas selváticas con cualquier cantidad de alimañas alrededor y en condiciones meteorológicas adversas: intensas lluvias, tempestades eléctricas, tormentas de arena, ventiscas, nevadas, truenos y relámpagos. Entonces, pues, los que califican estúpidamente al VRAEM como una “zona inaccesible” para justificar su ineptitud en el comando, haciendo meter la pata a los ministros de Defensa y del Interior, abusando de su ignorancia en asuntos de Defensa Nacional, peor todavía, vulnerando uno de los indicativos del Don de Mando Militar y Policial como es la MORAL de los hombres empeñados en el combate, deben de ser destituidos ipso facto; porque a estos individuos, se nota a la legua, que jamás les rozó un balazo, dado que a lo largo de sus años de servicios se amontonaron de galones detrás de un escritorio sin haberse jugado nunca por nada. Estamos obligados también de rebatir a un señor de la Marina de Guerra en situación de retiro, excongresista y exvicepresidente de la República del gobierno aprista, cuando declaró, muy suelto de huesos en el mismísimo palacio legislativo, que el VRAEM debería ser convertido en “Zona de Combate”. Lamentablemente este señor no tiene ni idea de lo que es una Zona de Combate, porque para que exista ésta tiene que haber una “Zona Administrativa”. Tampoco este señor ha especificado a cuál de los cuatro “vraes” se refería: ¿al Vrae-Junín?, ¿al Vrae-Ayacucho?, ¿al Vrae-Apurímac? o ¿al Vrae-Cusco? Deduciéndose que para este señor -como otros señoritos que están en la luna de Paita (con perdón de los paiteños)- sólo existe un solo VRAE, radicando en esto, precisamente, el error gravísimo en la concepción estratégica de una auténtica campaña militar antisubversiva. Además, el referido señor de la Marina en situación de retiro, tampoco sabe que normalmente un Teatro de Operaciones se divide en Zona de Combate y Zona Administrativa. La primera de las nombradas es necesaria para la conducción de las operaciones tácticas de combate y de apoyo inmediato; su profundidad es variable, dependiendo de la magnitud de las fuerzas participantes, la naturaleza de las operaciones, las condiciones tácticas del terreno y las posibilidades del enemigo. Generalmente los límites de la Zona de Combate se confunden con los del Teatro de Operaciones, y su límite posterior debe ser fijado por el jefe del Teatro. Contrario sensu, la Zona Administrativa se encuentra en la parte posterior del Teatro de Operaciones pero contigua a la Zona de Combate, y en las que se ubican las instalaciones y las unidades de servicios u otros medios necesarios para el apoyo administrativo inmediato a las unidades de la Zona de Combate. Sentada la doctrina, nosotros nos permitimos hacerle las siguientes preguntas al inteligentísimo y susodicho exvicepresidente del gobierno aprista dentro del estricto contexto de las operaciones antisubversivas: • ¿Puede determinarse a los cuatro departamentos que conforman el VRAEM como un Teatro de Operaciones? Si es así, ¿cuál sería la ubicación geográfica, la profundidad y los límites de la Zona de Combate? ¿Cuál sería la ubicación de la Zona Administrativa? • ¿Cuál sería la magnitud de las fuerzas participantes y el tipo de unidades? ¿Dónde tendría que estar ubicado el Comando del Teatro de Operaciones? • El establecimiento del Teatro de Operaciones en el VRAEM ¿cumpliría acaso con los principios de Unidad de Mando, Alcance de Control, Coordinación y flexibilidad? Estas interrogantes no podrán ser respondidas jamás por el referido señor. Porque no es lo mismo, sin el mínimo riesgo y esfuerzo, tumbarse a cañonazo limpio desde el mar un presidio (El Frontón), que enfrentar al enemigo en terreno hostil y abrupto con una esperanza de vida de 24 horas. Nada más. Finalmente, en nuestra condición de excombatiente de la zona del VRAEM-JUNÍN en la “Campaña Militar de Contrasubversión de la Sierra Central en el año 1965” y en la cual nos jugamos el pellejo sin la espera de la menor recompensa personal sino por la satisfacción del deber cumplido, estamos en la obligación moral y profesional de emitir nuestras sospechas sobre la pública narración de los hechos efectuada por un miembro del personal subalterno de la Policía Nacional en aquella y desastrosa “Operación Libertad”, con respecto a su discutidísima actuación después de haber sido abandonado cobardemente por su comando en una hipotética operación de rescate de 36 rehenes que no se planeó jamás. En consecuencia, a continuación me permito presentar al país entero y por primera vez la “OPERACIÓN PÚCUTA” que será expuesta en tres capítulos a saber: CAPÍTULO PRIMERO Exhibición documental e inédita que demostrará la participación individual de los hombres de la “Compañía Zorro del Batallón Antisubversivo de la Guardia Republicana del Perú” en las operaciones de la Campaña Militar de Contrasubversión cumplida en lo que ahora llaman VRAEM-JUNÍN a satisfacción de la nación entera, pero jamás reconocida en su verdadera magnitud por todos los gobiernos de turno, sin excepción. CAPÍTULO SEGUNDO Exposición detallada de la “OPERACIÓN PUCUTA”, cuyos hechos pertenecen a la historia de la Patria, pero cobardemente ocultados al país por el gobierno de aquella vez con el único objeto de “glorificar” a sus engreídos generales que después lo sacarían a puntapié limpio de palacio de gobierno. Por eso, llamamos con toda justicia para la posteridad a esta gesta indiscutible: “Operación Pucuta”, y que tiene a la luz de los acontecimientos verídicos y debidamente demostrados cuatro fidedignos y auténticos héroes de la nación; los mismos que ofrendaron sus vidas en el fiel cumplimiento del deber y sin importarles un carajo los chalecos antibalas, sabedores que los verdaderos hombres valientes mueren combatiendo a pecho descubierto, con las botas puestas, el uniforme puesto, el casco puesto y el fusil en la mano, así como murieron en Pucuta estos cuatro valientes muchachos de la Tercera Sección de la Compañía “ZORRO” del Batallón Antisubversivo de la Guardia Republicana del Perú, unidad élite, altamente operativa, denominada “LLAPAN ATIC” (TODO LO PUEDE) y posteriormente destruida a mansalva con la imbécil, antojadiza y fracasada unificación de las Fuerzas Policiales. CAPÍTULO TERCERO Colofón sobre los acontecimientos suscitados aquella vez en el VRAEM-JUNÍN y sus repercusiones en el tiempo, como es el asunto imprescindible sobre nuestro planteamiento de la desaparición absoluta del Ministerio de Defensa, volviéndose a la estructura anterior de los ministerios de Guerra, Marina y Aeronáutica, pero esta vez como los ministerios de Defensa Marítima, Defensa Aérea y Defensa Terrestre acorde, irrefutablemente, con los postulados de la Seguridad y la Defensa Nacional conceptuados en los artículos 163º y 164º de la Constitución Política del Perú y 137º de la misma Carta Fundamental con respecto a los estados de excepción (Emergencia y Sitio) brutalmente violentados por los gobiernos de turno. JOSÉ OSWALDO VIDAL RUCABADO CAPITAN (r) GRP-PNP
Posted on: Wed, 28 Aug 2013 00:01:09 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015