Ultimas horas del Presidente Francisco I. Madero y el - TopicsExpress



          

Ultimas horas del Presidente Francisco I. Madero y el Vicepresidente José María Pino Suárez Continuación: Narrativa embajador de Cuba en México: “En la mañana del 19, sin embargo, un representante de Huerta urgía a Madero que hiciese su renuncia; Madero contesto a este enviado que estaba ya resuelto a renunciar, si el que había usurpado su lugar, gobernaba conforme a la Constitución. Mientras se dilucidaba esto, el señor Lascurain fue a ver a Madero, como mediador, a quien expresó Madero las condiciones bajo las cuales renunciaría; Lascuràin, en nombre de Huerta, acepto. Estas condiciones fueron de que la renuncia fuese entregada al Ministro de Chile, quien la retendría en su poder, hasta que Madero y Pino Suarez estuvieses en salvo a bordo del “Cuba” en Veracruz, Madero estipulo también que en el viaje a Veracruz, les acompañásemos el Encargado de Negocios de Japón y yo; insistiendo principalmente Madero en que, antes de entregar la renuncia al Congreso, firmase una carta Huerta comprometiéndose a cumplirlas. Esa misma tarde firmo su renuncia Madero; mas como estuviese presente Lascuràin, cedió, a indicación suya, de que el asunto se ventilase entre mexicanos, entregándosela a él (Lascurain) la renuncia, en lugar de hacerlo al Ministro de Chile. Se estipulo entonces que a las diez de la noche, Madero y Pino Suarez saldrían para Veracruz en un tren especial, en unión de sus familias, acompañados por mí y por un oficial de la Legación Japonesa, y escoltados por una poderosa guardia. Habiéndoseme comunicado este convenio en la oficina del General Blanquet, subí al departamento del General Huerta para verlo, pero se me informo que estaba dormido. Volví luego a la oficina del General Blanquet, en donde me esperaban los ministros de Chile y España. Pedimos luego permiso para ver a Madero, permiso que se nos concedió inmediatamente, yendo a las cuatro primeras piezas en que se hallaba confinado el Presidente bajo fuerte custodia. Madero me expreso calurosamente su gratitud, suplicándome lo acompañase a Veracruz, a lo que accedí gustoso. Cuando estéis listos, nos dijo, venid a Palacio para irnos a la Estación. Si vinieseis a las ocho, que bueno seria, pero de todos modos, yo os esperaré hasta las diez de la noche. Salí entonces, e inmediatamente fui a telegrafiar al comandante del “Cuba”, que nos esperase listo a zarpar de Veracruz y que dispusiera lo necesario para recibir a bordo a los Jefes del Gobierno y a sus familias. A las ocho de la noche estuve puntual en Palacio, haciéndole presente al General Blanquet mi propósito. Ordeno él a uno de sus ayudantes que me acompañase; las cuatro piezas ocupadas por Madero y Pino Suarez estaban contiguas. La puerta de una de las piezas daba al patio y a su entrada había muchos soldados y oficiales; también había centinelas en el interior de las escasamente amuebladas piezas, centinelas que, según supe, se remudaban a cada momento. El General Ángeles, uno de los oficiales favoritos de Madero, estaba también prisionero en estas piezas. Ernesto Madero se encontraba allí de visita, a ver a su sobrino. Al recibirnos afectuosamente Madero, me pregunto si sabía algo de su hermano Gustavo; como se ve, ignoraba el que hubiese muerto. Yo evadí la pregunta de la manera mejor que pude. De repente pregunto Madero sobre la carta que debía dar Huerta; ninguno de nosotros la tenia, y entonces Ernesto Madero dijo que iría a conseguirla de Huerta. Casi inmediatamente volvió sin ella, pero con la noticia de que Lascurain había ido a presentar al Congreso la renuncia de Madero. Al saber esto Madero, se puso excitadísimo, y desde esos momentos perdió toda esperanza de salvación. He caído en una trampa por segunda vez, dijo, indicándole a su tío fuese a decir a Lascurain que viniese inmediatamente. Entonces Ernesto Madero le confesó la verdad, diciéndole que la renuncia había sido presentada ya y aceptada por el Congreso. Esto es una felonía de Lascuraìn –dijo Madero-. El compromiso fue de que la renuncia la presentase hasta que yo estuviese a bordo del “Cuba”. En esos momentos supimos, por conducto de un oficial, que acababa de ser designado Huerta, Presidente Provisional por el Congresos. Continuara… Fuente: Libro “Historia del Ejercito y de la Revolución Constitucionalista” Primera Época. Juan Barragán Rodríguez Comisión Nacional para las Celebraciones del 175 Aniversario de la Independencia y 75 Aniversario de la Revolución Mexicana
Posted on: Mon, 11 Nov 2013 01:43:49 +0000

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