Un corte en la semana: Me gustan los estudiantes por NOANOTICIAS.COM • 26 SEPTIEMBRE, 2013 Por Julio Aiub Morales para Nueva Rioja …que marchan sobre las ruinas/con las banderas en alto. Violeta Parra – cantautora chilena -circa 1960… El de la Unlar es un movimiento revolucionario, aunque para algunos oídos suene dura dicha palabra. Busca refundar un nuevo orden, haciendo migajas el anterior. Y como todo nuevo parto, genera dolores, “efectos colaterales” como se dice ahora. Varios miembros del Gobierno provincial se dieron cuenta rápidamente que uno de estos efectos no deseados iba a repercutir directamente en la elección de octubre. Y tal vez el tsunami fuese más amplio y profundo que lo deseado: por ejemplo, por un largo tiempo no podrá hablarse de re-re. Así que lo hablaron con el gobernador -especialmente Javier Tineo y Griselda Herrera- y Beder entendió la magnitud del problema y buscó rápidamente tratar de amortiguar el impacto. Así llegó Martín Gill, quien vio personalmente la manifestación multitudinaria, no los mil que vieron Tineo y Tello Roldán. Pero en esa manifestación hubo poquísimos bederistas, toda una señal, a pesar de que muchos bederistas -al igual que los otros sectores políticos- tienen cuentas pendientes con la conducción de la Unlar, desde hace mucho tiempo. Los operadores bederistas en alianza con Gill trabajaron para hacer renunciar a Tello y dejar sin efecto las cesantías docentes, en el convencimiento de que con esos dos puntos se iba a desinflar la protesta, porque para que la campaña electoral vuelva a encauzarse es necesario que haya relativa calma en la sociedad. Y el Gobierno nacional no quiere que la chispa se extienda a otras varias universidades donde hay un panorama similar. Por ejemplo, acá nomás en Catamarca, se habla de una “dictadura” de decanos. Es que al surgir universidades como hongos, el selecto club de rectores -muy bien remunerados, además de viajes, viáticos, etc. etc.- se volvió un apetitoso menú del que muchos quieren participar. Parte del armado oficialista era que la conducción actual diese un paso al costado y que el docente de Comunicación Social, Daniel Cohen se hiciese cargo de conducir la transición. Así fue como Cohen quiso aparecer ayer delante de la asamblea estudiantil, prácticamente hablando en nombre de Gill. Se imaginan cómo le fue. En realidad Cohen llegó tarde porque ya estaba en marcha el segundo paso: que los miembros de la conducción formal le pidiesen la renuncia a Tello y la asamblea oficialista llamase a elecciones en 60 días. Tello no quería -ni quiere- renunciar, así que hubo que meterle mucha presión. El apostaba al largo plazo, buscando el desgaste de los rebeldes. Pero su renuncia no fue exhibida públicamente y para que sea efectiva tiene que ser aceptada por la asamblea oficialista que, según dicen, se está reuniendo en el salón Marta Mera del CAP. Claro es que Tello para renunciar tiene algo a su favor: los estudiantes no hacen hincapié -todavía- en revisar los números tellistas. Aunque dicen tener videos de Cecilia Tello sacando documentación y ayer, también de Myriam Tello haciendo lo mismo desde la obra social, junto con Mariela De la Vega. Van a esperar a ver qué hace la Auditoría General de la Nación. Y Tello luego puede meter un juicio, millonario obviamente, si ve algún paso en falso. El tema es que los funcionarios universitarios por más que se declaren ex tellistas no convencen a nadie, sobre todo porque no quieren tocar el estatuto, que establece que el padrón de electores ¡lo maneja el rector!. Se dice también que fue modificado para permitir el ingreso de las hijas de Tello a cargos claves. Esta y otras “bellezas”, por ejemplo, que los docentes del colegio preuniversitario, no votan, son las que quieren modificar los asambleístas, incluyendo lógicamente la representación estudiantil, hoy reducida a sólo tres miembros. Y el estatuto sólo puede ser cambiado por los mismos que lo hicieron. Los asambleístas rebeldes están trabajando en anteproyectos de estatutos para suplir al anterior. Hay por lo menos dos o tres abogados trabajando en ello. Pero saben que hoy por hoy no pueden excluir a Tello porque conserva su cargo docente al que no renunció. Tampoco sus hijas e hijos. Ni a sus ex funcionarios. ¡Qué lejos está aquel tiempo en que Tello Roldán fue preso en la dictadura, habiendo sido miembro de la juventud comunista! En base a los efectos colaterales, el Gobierno buscará el status quo y la asamblea oficialista acude al aspecto legal del problema. Sobre todo a un estatuto que fue recreado a medida del tellismo. Todo “ancien regime” acude a su cuerpo legal para apelar su sobrevida. Y obviamente se utilizarán las nuevas armas de la comunicación. No extrañan, entonces, los mensajes de que “se termine todo y vuelvan a clases”, que están comenzando a escucharse y que seguramente se acentuarán. Es cierto que esto provoca innumerables problemas, tal vez algunos sin resolución. Es delicada la situación de los estudiantes que están terminado su carrera, de quienes iban a recibir su título, de quienes vienen de otras provincias y hasta de otros países, muchos de los cuales sus padres hacen importantes esfuerzos económicos y de vida. También están en vilo las prestaciones de la obra social y muchas cuestiones de la Funlar, que es el soporte económico de distintas actividades universitarias. Y ni hablar de las clases. Todos ellos son problemas a resolver. El oficialismo sostiene que no hay otra salida que hacer lo que ellos dicen. Sin embargo hay otra: que la asamblea oficialista acepte el nuevo estatuto que proponen los rebeldes, llamar a elecciones en base a ese nuevo estatuto e irse a la casa por la puerta grande. Pero esto es parte de un proceso revolucionario, como decíamos al principio. Es una cuestión antes que nada política, de ideas, de actitudes, de estrategias a favor y en contra. Pero si logran doblegarle el lomo a los estudiantes y triunfa el antiguo régimen, la serpiente habrá puesto otro huevo más contra el progreso y la democracia.
Posted on: Fri, 27 Sep 2013 13:49:05 +0000
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