Un discurso que hice para el interpretariado hace un tiempo, que - TopicsExpress



          

Un discurso que hice para el interpretariado hace un tiempo, que me parece genial para el día de hoy: Hoy, como lo hacemos año tras año desde 1953, celebramos el Día Internacional de la Traducción. Lo hacemos conmemorando a una figura que fijó las bases de nuestra profesión: San Jerónimo, aquel sacerdote del siglo IV que tradujo la biblia al latín. Pero sería injusto hablar solamente del San Jerónimo traductor a la hora de homenajearlo, ya que él tuvo muchas facetas que hicieron posible que la influencia de su desempeño infatigable llegue a nuestros días. Es por eso que hoy me propongo rendir un profundo homenaje al San Jerónimo aprendiente de lenguas extranjeras, al San Jerónimo escritor y al San Jerónimo teórico de la traducción. Al San Jerónimo aprendiente de lenguas, debido a que él nunca se conformó con los conocimientos lingüísticos que poseía. Se radicó en roma para estudiar con el mejor gramático de su tiempo, Donato. Leía constantemente obras en las lenguas que estudiaba y llegó a viajar miles de kilómetros para vivir en Belén y perfeccionar su hebreo. Un partidario de la inmersión total, diríamos hoy, pero sin aviones para viajar y sin medios de comunicación para estar en contacto con sus seres queridos. Al San Jerónimo escritor, porque sus epístolas son un ejemplo de un estilo pulido y una arquitectura de la argumentación muy cuidadosa, que fue sin duda producto de su estudio de la lengua y la literatura. Esto le permitió elaborar piezas retóricas contra las herejías que le valieron el título de Doctor de la Iglesia. Al San Jerónimo teórico de la traducción, porque en él encontramos uno de los primeros análisis traductológicos de los que tenemos conocimiento. En una carta a uno de sus discípulos, llamado Pammaquio San Jerónomo distingue entre la traducción “Literal”, es decir, palabra por palabra y la “Sensual” o “Liberal” que privilegia el sentido. El consideraba que era más importante traducir el sentido, aunque también pensaba que cierto tipo de textos, los sacros, que tienen importancia ritual, debían traducirse de manera más literal. Estas son las tres facetas “formales” que quiero destacar de San Jerónimo en esta oportunidad. Pero hay otras dos que son las “no oficiales” y que también están en nuestra esencia, a saber: El san Jerónimo “traidor” ya que como todos nosotros, fue acusado de tomarse excesivas libertades en particular la traducción de una carta papal, que cayó en manos de sus enemigos que tomaron su idea de la traducción sensual, como una terrible desviación de las palabras del Santo Padre. Respondió a la crítica en una carta que citaba a varios autores clásicos que optaban por su método y finalizó con estas palabras, que conforman el prefacio de la biografía de Antonio, que cito textualmente: "Una traslación literal de una lengua a otra encubre el sentido, a la manera que una grama abundante ahoga lo sembrado". Por último, está el San Jerónimo que todos los que estamos aquí presentes llevamos dentro ¿O acaso no somos todos además de traductores, aprendientes de lenguas, escritores, traductólogos y traidores? ¿No respondemos correos electrónicos de nuestros editores con citas y justificaciones como las de nuestro patrono? San Jerónimo fue el primero en señalarnos el camino, y hoy, somos los San Jerónimo de nuestro tiempo, y somos los que tenemos la responsabilidad de hacer, como él, que nuestra profesión quede inscripta en los anales de la historia. No olvidemos que la palabra patrono quiere decir protector; entonces, somos los guardianes de este maravilloso arte que es traducir. A todos los patronos de la traducción del Siglo XXI ¡Salud!
Posted on: Mon, 30 Sep 2013 15:48:48 +0000

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