Un recuerdo de la escritura del Cholo Alfredo Armando Aguirre. - TopicsExpress



          

Un recuerdo de la escritura del Cholo Alfredo Armando Aguirre. "RÉQUIEM PARA EL AMERICAN WAY OF LIFE"* *Por Alfredo Armando Aguirre. choloar@rocketmail choloar.tripod/choloar.html Existen personas que desde principios de la década del setenta, están sensibilizadas por los contenidos de la Conferencia de Estocolmo sobre Medio Ambiente y la liberación de la cotización de la onza de oro, ambas acaecidas en 1972, y de la cotización del precio del petróleo, acaecida al año siguiente; síntomas de la triple crisis energética, ecológica y alimentaria que reconociera la Carta de Machu Picchu de 1977; dichas personas cargamos con la responsabilidad social de agotar nuestras posibilidades comunicativas en nuestros respectivos entornos, para que el grueso de las personas tomen conciencia que estamos entrando en una situación, en la que nuestras cotidianeidades, no podrán seguir siendo resueltas como lo vienen siendo hasta ahora, y como en algún modo, al menos lo hicieron las tres o cuatro generaciones que nos precedieron. No es menester ensayar una definición especifica del significado del eslogan "american way of life". Descontamos que haya matices interpretativos. A los efectos de la presente comunicación(obviamente limitada por el carácter monográfico de la misma implicado en nuestras propias limitaciones), dicho "american way of life" alude al conjunto de utensilios y pautas de comportamiento que fue adaptando la clase media de los Estados Unidos de Norteamérica, luego de la gran depresión del 29 y que la industria cinematográfica de ese país difundió por el planeta, ayudaba por los avances de ese "séptimo arte", y apoyado por la expansión de la radiodifusión, la industria discográfica, las revistas de novedades y los periódicos. Tal vez se pueda argumentar que esta difusión estuvo precedida por la difusión de las pautas de vida ingleses y las costumbres parisinas. O buscar una solución interpretativa ecléctica que haga converger las influencias comentadas. Mas como nuestro "lugar en el mundo " es la Argentina, puntualmente, el área metropolitana de Buenos Aires, sita en a banda occidental del Río de la Plata, intentaremos escalar en nuestro desarrollo, a partir de nuestra peculiar "geocultura". Se dice que Napoleón pensaba que un ejemplo suele aclararlo todo. Asumamos esa aseveración como cierta y remontémonos a un filme argentino, de principios de la década del 50 o tal vez fines de los 40. Ese filme se titulaba "Los Pérez García". El filme aprovechaba el éxito obtenido, por una audición radiofónica, de muchísima audiencia de la misma denominación, que de lunes a viernes al anochecer, reflejaba las tribulaciones de una familia tipo de clase media de la ciudad. Dicha audición permaneció en el aire por décadas y su popularidad fue tal, que en las conversaciones cotidianas, cuando una persona contaba a otro sus problemas, o cuando otras personas hablaban de otra personas con problemas personales o familiares, se había acuñado la frase: "Este o esta tiene más problemas que los Pérez García". Había un personaje muy pillo él, a tal punto, que cuando en alguna familia aparecía un aprovechador al estilo del personaje, se lo apodaba de "Castilla". Bueno, lo concreto es que en el filme -de escasa calidad digámoslo al paso- aparece un vendedor de una aspiradora de polvo, protagonizada por un conocido actor - periodista de la época, Carlitos Ginés. Mas allá de los méritos artísticos de ese filme, reflejaba de la entrada a pleno en Argentina, del "american way of life" como paradigma. Y si decimos paradigma y no realidad, es porque en realidad, y como no podía ser de otra manera ese "american way" sólo penetró en ciertos sectores. Aunque fue tomado como marco de referencia para amplios y crecientes sectores de la población. A ello contribuyó el período de bonanza que transcurrió en la Argentina entre las décadas del 40 hasta mediados de los setenta, por encima de las tribulaciones institucionales padecidas y cuyas consecuencias aun se hacen sentir. Algunos de los componentes más emblemáticos -pero no los únicos- de ese "american way" eran el automóvil particular, los materiales plásticos y los electrodomésticos. Los electrodomésticos que se fueron ampliando en cantidad y perfeccionado en calidad hasta los días que corren partían del supuesto que al incorporarse la mujer al mercado de trabajo, esta debía, ocupar menos tiempo en la atención del hogar. Subyacía a ello un concepto que es posterior: el de "sociedad Industrial" y "hombre industrial", sobre el que tanto machacaban los docentes en las universidades, como si fuera, el pináculo del bienestar. Ese uso de los electrodomésticos iba acompañado, de toda una proliferación del sector servicios y su coronamiento podrían considerárselos primero los "supermercados ", y después "los shoppings". Estos últimos puntos de ventas de las mercaderías de determinadas marcas, que ya se comercializaban a nivel transnacional, a tal punto que hoy en un shopping instalado en cualquier gran o mediana ciudad del mundo, las marcas y sus respectivos "logos" son los mismos y lo único que cambia es el respectivo idioma, que convive con el idioma de donde provienen las marcas, por lo general de países del grupo de los 8. Pasamos por alto los efectos negativos que estos esquemas de consumo han generado en países como Argentina, contribuyendo a su "descapitalización", porque lo que nos interesa recalcar es que todo ello devino en la internalización de pautas a la cotidianidad de una parte significativa de sus habitantes (ello es extrapolable a muchos países), implicando una incorporación a su fluencia cultural. Y la antropología cultural o etnología nos enseña que cuando algo se incorpora al fárrago de una cultura, no es fácil cambiarlo, salvo una circunstancia por demás traumática. Todo parece indicar que la circunstancia traumática ya ha llegado y con visos de permanencia... En este tipo de desarrollos, hay muchos conceptos subyacentes, a los efectos de no alargar los mismos. No obstante se debe tener particular tino, de consignar todos aquellos conceptos que hagan comprensible los mismos. Si bien el "american way of life", tiene sus propios contornos, no debiera considerárselo como un complejo de cosas nacidas de la nada o de "base cero", sino como una actualización (upgrade) de lo que algunos denominan cultura "euro-americana" u Occidental. A trazos gruesos seria como una continuidad del estado de cosas, formalizado por pensadores como Newton, Descartes y Laplace, pasando por la innegable influencia de todo lo impuesto por las culturas inglesas y parisina, que por estas latitudes tuvo promotores como Manuel Belgrano, Bernardino Rivadavia, Juan Bautista Alberdi y Domingo Faustino Sarmiento. Mas, ¿Que es lo subyacente a nuestros propósitos del "american way of life", y sus precedentes ingleses y parisinos?: Que sus artefactos culturales, insumían hidrocarburos, para su fabricación, funcionamiento o reparación. La relativa disponibilidad de hidrocarburos, primero carbón mineral y gas de carbón; luego petróleo y gas de petróleo, lograron hacer que el público en general, soslayara su importancia, la que nunca fue subestimada por los gobiernos ni por los grandes intereses económicos. El intenso crecimiento del "american way of life", implicaba los consecuentes incrementos en la demanda de recursos energéticos. Por ello, apenas comenzaron a insinuarse, las limitaciones de producción o de abastecimiento de hidrocarburos líquidos y gaseosos, comenzaron a insinuarse sustitutos o complementos como la energía hidroeléctrica y la nuclear. Con el tiempo ambas fuentes comenzarían a ser cuestionadas por sus potenciales efectos nocivos, particularmente la nuclear. Mas englobando en un solo paquete dúctil por demás a las incorporaciones tecnológicas, al "american way of life", el mismo fue dejando de lado sea traumáticamente, sea paulatinamente, a toda la cultura preexistente de resolver la cotidianidades de la gente común. El párrafo precedente, podrá parecer una perogrullada, pero cobra relevancia ante el desafío insoslayable de comenzar a vivir casi sin hidrocarburos. En los principios del presente desarrollo, aludíamos a la denuncia de una triple crisis energética. Ecológica y alimentaria", documentada por la Carta de Macchu Pichu, allá por 1977. En los días que corren cuando la cuestión del "cambio climático global", gana los titulares de los medios masivos de comunicación y las agendas gubernamentales y académicas, resulta evidente que las tres dimensiones son indesglosables. El intenso consumo de hidrocarburos, genera volúmenes dióxido de carbono, que naturalmente no se pueden absorber. Ello genera alteraciones en el clima que no sólo ponen en riesgo esquemas productivos, sino la posibilidad misma de vida en el planeta. Así, sin anestesia. Esto no es una novedad, porque hubo muchas voces pioneras. Algunas tomadas a la chacota como las del movimiento "hippie" en la California de los años 60, tal vez neutralizadas por el curso de la "guerra Fría" en desarrollo. Luego vinieron otras como el informe Meadows, la hipótesis Gaia o el Mensaje a los pueblos de Perón, todos de 1972. Las Naciones unidas se han hecho cargo del problema como lo demuestran la Convención de Cambio Climático Global de 1992 y su consecuente Protocolo de Kyoto de 1997. Algunos científicos sostienen que hay que poner límites a las emisiones de dióxido de carbono, considerado una de las fuentes más peligrosas de contaminación, aunque no la única. Otros sostienen con fundamento que directamente hay que eliminar dichas emisiones, para que la vida en el planeta continúe. Y por aquello de la indesglosabilidad arriba apuntado, se plantea la cuestión que los sustitutos de los hidrocarburos, como serían los biocombustibles, podrían poner en riesgo la seguridad alimentaria de los sectores más carecientes de la población planetaria. El abanico de soluciones-que es dable comprobar gracias a las posibilidades de Internet, y que su conocimiento esta en gran parte limitado a mundos como el hispanolusoparlante, porque los contenidos que circulan están todavía mayoritariamente en idioma ingles- oscila entre lo que estiman que toda esta compleja problemática tiene soluciones tecnológicas y los que creen que solo un "cambio cultural", puede permitir abordar esta crucial problemática. Aunque personalmente somos más propensos a esta posición, somos de los que creemos que una incorporación critica de las tecnologías existentes o a generarse, es compatible con un cambio cultural. Hemos sostenido que podemos armonizar pautas como las de la "economía doméstica" con las denominadas" tecnologías disruptivas", si hacemos una apropiación crítica de las mismas. Circunscribiéndonos al caso argentino (y sin perjuicio que ello sea transportable a otros contextos geográficos), estimamos que podemos minimizar nuestras "huellas de carbono", o sea minimizar o directamente eliminar las emisiones de dióxido de carbono que cada uno genera en sus quehaceres cotidianos, retornando a las practicas de la "economía doméstica" o casera, con las incorporaciones tecnológicas compatibles con el objetivo de no contaminar y depredar. Dichas practicas- que como lo hemos sostenido reiteradamente pueden ser columbradas en los "almanaques del Ministerio de Agricultura Ganadería" que se editaron en Argentina entre 1925 y 1954- fueron paulatina o traumáticamente sustituidas por los artefactos y las practicas que formaban parte del "american way o life".
Posted on: Sat, 21 Sep 2013 22:17:32 +0000

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