Una cosa es desde fuera y otra cosa es desde adentro. Los últimos días fueron agitados en las calles, y aunque mi solidaridad y mi energía estaba con los que marchaban, tuve que estar dentro del lugar causante de las protestas: el Congreso. La experiencia del Parlamento Joven fue gratificante en muchos aspectos, angustiante y estresante en otros. Y aunque me faltó coraje para desafiar el statu quo, el formato, me mantuve coherente con mi postura ideológica. Defendí en la comisión de trabajo los derechos de los trabajadores que la ley SERVIR margina u omite, y aunque logré que se modifiquen algunos textos, al mantenerse un espíritu antilaboral sin consenso con los trabajadores, voté en contra en el Pleno. También rechacé los capítulos aprobados de la nueva ley universitaria, que el pleno del Parlamento Joven rechazó. Las marchas en las calles son clara expresión de que el Estado, y en particular, el Congreso no entienden la necesidad de arribar a consensos con los directos afectados de las normas que aprueban o que pretenden aprobar. Es cierto que hay desconocimiento en las calles, que hay radicalismos bobos incentivados por sectores infantiles que aprovechan la situación con fines totalmente diferentes a las reivindicaciones de los protestantes; pero también es cierto, que si el Estado no cambia las formas de como hacer política, como ser más representativo, como conseguir más participación y más consensos, en pocas palabras: superar el estatu quo de la democracia formal burguesa, cada vez más restringida, y lograr una sociedad con mayor democracia, más entendimiento y menos imposiciones (sobre todo de los grandes poderes económicos fácticos). Mientras tanto, no le vendría mal al Perú, incentivar más la cultura y la educación. Aprovecho, la oportunidad para felicitar a todos mis colegas por su día, aunque un poco retrasadito, pero igual, que lo hayan pasado bien queridos maestros.
Posted on: Sun, 07 Jul 2013 13:28:44 +0000