Una historia verídica Hace algún tiempo aun no recuerdo la fecha exacta pero recuerdo la persona, Érase la historia de un joven que vagaba libremente en las calles como si fuese un vagabundo libre de expresión sin saber lo que era el amor un día como cualquier otro el paseaba libremente por las calles de aquella ciudad, feliz sin ninguna preocupación el se topo con lo que seria su tormento por el resto de algunos años el no lo miraba así porque aquella figura se tornaba hermosa por fuera pero por dentro esa belleza solía tener maldad, aunque el podía sentir ese mal no le importo creyó por algún tiempo que podría cambiarla, el disfrazo su angustia y su sufrimiento por amor. Es cierto lo conocí y el era una buena persona o lo es, era exactamente lo contrario a aquel ser sin sentimientos, ese ser lo martirizo y lo atormentaba cada noche en sus sueños, y algún día sin saber la fecha exacta de su perdición lo volví a ver, y cual fue mi sorpresa al ver aquel rostro pálido con dolor y con aroma a sufrimiento el era completamente un vagabundo aquel ser lo consumía día a día y sin que el se diera cuenta se desgastaba su vida, al ver tal sufrimiento lo apoye, lo escuche pero el solo hablaba de su lealtad, luego sin dar pista alguna el desapareció, yo lo busque por aquellos lugares que el acostumbraba pero fue inútil mi búsqueda ahora que después de dos años sin que nadie pronuncie su nombre escuche su voz en el silencio de mi habitación con un sonido que solo el teléfono podía aclarármelo, me acerque al teléfono lo levante y el con una sonrisa que se escuchaba alegre libre de ese fantasma que lo atormentaba el empezó a contarme lo que había hecho en su ausencia me contó que había conocido a una persona que le alegro el corazón que lo cambio. Que le enseño de vuelta a vivir solo que había un pequeño problema el no estaba completamente libre por aquella maldición que le habían invocado y me contó que por fin el era feliz porque ahora no escondía su dolor, lo compartía con aquella persona que lo hacia feliz. Y yo le conteste que algunas veces hacemos demasiadas cosas por amor un ejemplo que le di es que a veces no nos gusta hacer algunas cosas pero cuando lo hacemos con aquellas personas que amamos lo disfrutamos aunque no nos guste, la sola presencia de ese ser que nos cambia la vida también puede cambiar nuestro mundo. Solo que a veces el amor nos ciega completamente sin que nosotros podamos ver que esa persona a que amamos no haga nada por nosotros. La moraleja de esta historia es que el amor es una cosa tan pequeña que no es para quien la busca sino para quien la encuentra y solo tenemos que cuidarla muy bien porque es algo tan frágil que las palabras pueden romper. Esta historia fue escrita por su mejor amigo.
Posted on: Sat, 29 Jun 2013 23:25:38 +0000
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