VASOS DE BARRO Jeremías 18:1-9 Jeremías observa al alfarero. - TopicsExpress



          

VASOS DE BARRO Jeremías 18:1-9 Jeremías observa al alfarero. Este trabaja el barro blando y hace de él una joya de arte o un utensilio humilde y útil. Cuando la vasija se daña, por defecto en el barro, el alfarero la modela de nuevo. Hay tres lecciones en este pasaje: 1- Dios tiene un plan para cada vida. a) El plan del alfarero. 1- No fabrica lo que salga. 2- Cada vaso es hecho de acuerdo con un diseño especial. 3- Fabrica muchos vasos diferentes en tamaño, forma y color; pero todos son útiles. b) El plan de Dios. 1- Dios obra de igual forma con nosotros. (Salmo 139:16) Ninguna vasija se produce al azar. Todas tienen su origen en la mente del alfarero. Cada una es la respuesta a una decisión inequívoca que toma el alfarero antes de poner en movimiento la rueda. (David, el rey de Israel, reconoció que Dios era como el alfarero). Ver Salmo 139:1-3,5,13,15. En nuestro glorioso deber aceptar la vasija que se nos ha dado, y usarla por todo lo que vale. La palabra clave aquí es: aceptación. 2- Dios, tiene un propósito, una vocación especial para cada vida. (Salmo 139:14) Anécdota: Un niño miraba a su papá en el sótano de su casa mientras picaba un bloque de mármol, que había comprado en Italia. Las semanas pasaron, y el padre trabajaba hasta tarde de la noche, mientras el niño no lo observaba. Por fin una mañana el escultor tomó a su hijo de la mano y lo llevó hasta el objeto cubierto, sobre el que había estado trabajando. Levantó el lienzo y allí estaba una sólida estatua blanca de Abraham Lincoln. El hijo del escultor puso sus manos sobre la boca y exclamó con asombro: ¨ Papá! ¨ ¿Cómo sabías que él estaba allí? ¨. La mayor parte de las técnicas artísticas requieren uno de tres tipos de acción: agregar, quitar o preparar un molde o negativo. Sin embargo la alfarería no es una reforma sino una transformación. 3- Como Dios tiene un propósito, él tiene que pasarnos por un proceso: 1) Con lentitud. La arcilla es producto de la descomposición y desintegración de rocas de Feldespato y Granito que constituye tres cuartas partes de la superficie terrestre. La arcilla se forma como resultado del curtido por la intemperie, tanto físico como químico, y por la descomposición de piedra feldespatica de origen volcánico. Los cambios físicos provocados por la intemperie, tienen lugar cuando el agua que se filtra por las grietas en la superficie de las piedras, se congela y se expande forzando a las escamas y trozos de la roca madre a desprenderse. (Agua = Espíritu Santo) . 2) Dos clases de arcillas . Arcillas Primarias (cerca de la roca madre, bastante puras pero difíciles de trabajar, ya que no son muy plásticas). Ejemplos Bíblicos: Moisés en Madián bajo el efecto del tiempo, antes de que pudiere ser utilizado. Jacob veinte años soporta los abusos de Lában. José también fue desgastado desde los diecisiete años hasta los treinta. Arcillas Secundarias (transportadas lejos de la roca madre), contienen más impurezas por el proceso, son más dúctiles y adecuadas para el uso. Estas arcillas dóciles y plásticas producen las mejores vasijas. Tienen también el porcentaje más alto de contracción durante la cocción. 3) La preparación de la arcilla. (I Samuel 16:7) El alfarero es un artista; ve más allá de la masa amorfa de arcilla hasta distinguir una vasija acabada y refinada desde el momento en que el alfarero busca en los cerros y elige su arcilla, el ve objetos terminados: el tiesto, el vaso, la taza de té, la tinaja o el tazón. (Ver Efesios 1:4) La preparación requiere paciencia. La preparación de la arcilla para su servicio es un proceso largo y lento mediante el cual adquiere su extraordinaria solidez y resistencia. La arcilla es triturada en finas partículas, extendidas para secar, llevados a cisternas cavadas en la tierra donde se les mezcla de tierra donde se les mezcla con agua, la arena se va al fondo, el agua sube y las impurezas son removidas, revuelven esta mezcla de arcilla pura con un largo remo de madera; sacan con cucharones y vuelven a tamizar una y otra vez por varios días antes de volcarlo en canaletas de arcilla dura y de poca profundidad para que se asiente. No se puede apurar a la arcilla. Después de varios días de evaporación de la humedad, el alfarero vacía la lechada de arcilla de estas canaletas en vasijas sin barnizar para su posterior secado y obtención de un estado plástico, apto para trabajo duro; exigentes, es proceso tedioso y persistente llevar la arcilla desde la ladera de la montaña o del campo rocoso hasta este estado suave y utilizable. Aunque todavía requiere de su química original. La arcilla ha perdido en este punto su identidad propia (nosotros al igual somos preparados con paciencia para ser usados, clasificados, triturados, examinados y mezclados, preparados para ser útiles. Algunas veces resistimos esa preparación, queriendo evitar el dolor que tememos nos ha de producir el proceso. Otras veces nos impacientamos por el tiempo que el alfarero emplea en prepararnos. Sin embargo si él apresura el proceso serían desastrosos los resultados). La importancia del añejamiento de la arcilla (períodos de espera antes de usar), ejemplos Abraham tenía setenta y cinco años cuando Dios le anunció por primera vez que lo haría padre de muchas naciones. Sin embargo esperaron veinticinco años más antes de tener a Isaac. El apóstol Pablo, su preparación incluyó un largo período de espera después de su conversión. Aunque tenía muchas ansias de comenzar a predicar, lo envió al desierto de Arabia donde estuvo tres años. Solo después de estos años de quieta instrucción, Pablo estuvo preparado para comenzar su activo y a veces difícil ministerio. Antes que la arcilla este lista para ser usada en la rueda, el alfarero le añade con frecuencia algunas sustancias, aplastando o amasando para incorporar los aditivos (ayudan a una mejor plasticidad y porosidad, que ayuda al secar sin contarse ni agrietarse) . Textos: Juan 12:24; II Pedro 1:5-8; I Corintios 4:5; Hebreos 12:5-12. 4) La arcilla en reposo. (Salmo 23:2) El reposo es muy importante para la arcilla. Durante el periodo de reposo, el aire deja la arcilla y se forma una textura más uniforme. El descanso aumenta la plasticidad de la arcilla de modo que no se agriete durante la formación de la vasija. Para la mayoría de las personas el descanso es resultado del cansancio; es algo que sigue a la extenuación al terminar algo importante. Por el contrario el descanso debe ser el requisito previo de los hechos que vendrán. No es el fin; es el comienzo. No es la consecuencia, es lo preliminar. Dios conoce la importancia del descanso para su creación. Exodo 23:12; 34:21; 35:2; Levítico 25:3-7; 25:21; Salmo 46:10; Mateo 11:28; Efesios 4:26; Job 5:2. 4- Hay diferencia de dones, de facilidad para hacer las cosas pero hay una hermosura por igual, la de ser útiles y buenos la de hacer nuestra parte en el Reino de Dios.I Corintios 24:4; I Pedro 4:10; Romanos 9:21,23; II Timoteo 2:20. 2- La vida puede dañarse mientras se fabrica. a) En el caso del alfarero. 1- Por defectos en la masa. 2- Por haber tomado poco barro. 3- por haber cambiado de designio. b) En nuestra vida. 1- Hay una gran diferencia. El barro es pasivo en las manos del alfarero. No tiene voluntad propia; no puede elegir la clase de vasija que habrá de ser. No tiene oportunidad para hacer su parte durante el proceso de manufactura. Nosotros por el contrario, tenemos voluntad propia. Podemos resistir al divino alfarero. Podemos echar a perder sus designios. Nuestra es la culpa cuando pecamos y nos rebelamos; Dios sólo quiere que seamos buenos, hermosos y útiles. (Ver Jeremías 18:4) 3- Es posible que una vida dañada sea restaurada. a) En el caso del alfarero. 1- Si fracasa la primera vez, prueba de nuevo, quizás entonces con más cuidado. 2- Y si el vaso no sale como lo esperas, al menos no estas perdido por completo. 3- Tendrá menos valor, pero algo se habrá salvado. b) En el caso del divino alfarero. 1- Si nuestro vaso se daña, ¿Qué?. El alfarero siempre busca la perfección de la vasija que moldea. Para esto es importante que tengamos encuentra lo siguiente: 1) Restauración de la vasija. II Corintios 5:17 Antes de sacar la vasija de la rueda el alfarero la examina para ver si tiene grietas. Observa su equilibrio: ¿Es un costado de la vasija más delgado que el otro?. Estudia su forma: ¿Está el cuello sentado o inclinado?, Analiza las muescas y rebordes dejados por su herramienta de madera utilizada en el modelado. Unas veces el alfarero deja que permanezca una grieta y la utiliza para realzar la individualidad de la vasija. Otras veces vuelve a darle forma o remodela un cuello torcido. Con frecuencia somos como las vasijas del alfarero: inclinados, sin equilibrio, deformados y con cicatrices. (Ver I Samuel 16:17; Isaías 55:8-9) Podemos decir que el alfarero es soberano. Cuando descubre que una de las vasijas sobre la rueda necesita ser remodelada o reformada, puede usar una variedad de métodos para restaurarla. Cualquier cambio que el alfarero hace en la forma de la vasija, lo realiza mientras la vasija esta en movimiento. La arcilla mala. (Ver Jeremías 18:1-4; Hechos 9:15; Juan 11:44) 2) Cocción de la vasija. II Corintios 4:7-9 El fuego es la prueba de las pruebas. Produce madures. El horno es el lugar donde el alfarero hace madurar sus vasijas. La vasija que no pasa por ésta fase del plan del alfarero es demasiado blanda para ser útil. La vasija que no pasa tiempo en el horno puede tener forma, pero no valor ni función permanentes. La arcilla sufre cambios químicos y físicos en sus varias etapas, pero el fuego produce el cambio más duradero de todos. La construcción química en la arcilla se endurece, para convertirse en una vasija dura como piedra, y si el fuego es bastante elevado, el fino barniz de baño por el que ha pasado es cambiado en una superficie esmaltada, suave y agradable al tacto. En cualquier etapa anterior a la cocción, la arcilla puede ser empapada en agua y hecha blanda y flexible para un nuevo modelado. Aún la vasija que ha sido secada y cocida al sol puede ser remodelada hasta lograr blandura original. Pero ninguna vasija que ha resistido el fuego puede ser nuevamente diluida por el agua. El fuego cambia la arcilla en cerámica. (Ver Isaías 48:10; Santiago 1:2-4; I Corintios 10:13; II Corintios 4:17; Salmo 66:10) Este proceso de horneado se realiza en dos ocasiones en la vasija. Primero recibe un horneado a baja temperatura. Para este proceso la vasija es introducida en el horno cuando este está frío. Esto por el porcentaje de agua. Si la vasija es introducida estando el horno caliente el agua de la vasija se extiende y se expande, y se reventará la vasija. Esta primera cocción es preparatoria para recibir el barniz o vidriado. Después de enfriarse la vasija debe ser barnizada. Luego viene la cocción a una mayor temperatura, se necesita calor intenso para que la vasija este terminada. (Ver Job 23:10; 42:12-13; 42:16-17; I Pedro 1:6-7; Isaías 43:1-5; Santiago 1:12) 3) Celebración por la vasija. Sofonías 3:17 El día de la apertura del horno es de gran alegría. La Biblia de manera semejante muestra a Dios, regocijándose sobre nosotros. Es un día de fiesta. Conclusión: Dejemos que Dios el alfarero celestial quien tiene cuidado de nosotros modele nuestra vida, a su voluntad, para que la convierta en un vaso útil y hermoso. Y si por algún motivo hemos estorbado a la labor celestial por primera ves, rindámonos voluntariamente y suavemente en las manos de nuestro alfarero para que él con todo su conocimiento, poder y gloria restaure nuestra vida.
Posted on: Thu, 05 Sep 2013 21:39:53 +0000

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