Vida y muerte: humanas y dignas Suele contemplarse a la muerte - TopicsExpress



          

Vida y muerte: humanas y dignas Suele contemplarse a la muerte como un fracaso médico y no como algo consustancial al fenómeno de la vida. En este sentido, en el Hospital de Urgencias de la ciudad de Córdoba se elaboró una “Guía para la adecuación del esfuerzo terapéutico”. Hace menos de un mes se presentó ante la sociedad el libro “Muerte digna. Guía para la adecuación del esfuerzo terapéutico”. La obra es el resultado del trabajo de casi todo un año realizado por una comisión transdisciplinaria reunida ad hoc en el Hospital de Urgencias de Córdoba. ¿Cómo surgió la idea? Los que trabajábamos con pacientes moribundos y/o terminales veíamos con preocupación que no había literatura adecuada para estos casos. Nada que nos permitiera afinar el oído ético ante las decisiones que había que tomar en los momentos finales de la vida. A menudo nos encontrábamos con preguntas difíciles de responder: ¿Quién determina la dignidad de una persona? ¿El mismo ser humano, queriendo ayudar, puede realizar actos que humillen a otros? ¿Cuándo muere un ser humano? ¿Cuándo es lícito dejar de intentar mantener vivo a un ser humano? A esta lista le podríamos agregar otras: ¿Contra qué tipos de muerte debe luchar la medicina? ¿Es lo mismo un paciente crítico que un paciente terminal sin expectativas de vida, y que está sufriendo una muerte indigna? Diversos estudios muestran que, ante estas situaciones dilemáticas, el personal de salud en particular y los familiares en general no siempre tienen las respuestas. El estudio Support, realizado en 1995 en Estados Unidos, en 5 grandes hospitales y con casi 10.000 pacientes, mostró conclusiones preocupantes. Entre ellas, arrojó el dato de que la mitad de los pacientes, en los últimos tres días de su vida, habían sufrido dolor de moderado a grave. Esto tiene múltiples causas que no desarrollaremos en este artículo, pero el dato en sí era alarmante. El desafío de elaborar una guía Decidimos abordar la tarea con la mayor seriedad, rigor científico y humanidad posibles. Éramos conscientes de que tratar cualquier tema que colindara con la muerte nos embarcaría en una labor más que polémica. Trabajamos por más de un año. Todos teníamos acabada experiencia en tratar con pacientes en situaciones límites. Esa experiencia indicaba que, en muchos casos, tanto el personal de salud como los familiares no habíamos contado con los conocimientos necesarios para una reflexión ética sólida, prudente y tolerante. Muy por el contrario, las decisiones tenían que ver más con la formación, ideología e historia personal de cada uno. Las llamadas “Decisiones Médicas en el Final de la Vida” no debieran ser sólo patrimonio de los médicos ni de los familiares únicamente. Nuestra experiencia había demostrado que, en los momentos límites, hacía falta un lenguaje común que nos permitiera la serenidad necesaria para no equivocar el bien buscado en tamañas decisiones. Nuestra guía pretende ser una senda sugerida por quienes, durante años, hemos estado al lado de estos pacientes y sus familias. El libro no es un algoritmo, ni un protocolo, ni una receta para actuar frente a tales dilemas éticos. Tiene la intención de actuar a modo de “guía reflexiva”, con sugerencias para ayudar a tomar decisiones correctas y con el solo afán de lograr una muerte más humana. Vaya por ello nuestro más profundo agradecimiento hacia todos los integrantes de la comisión que con tanto esmero trabajó durante todo este tiempo. Esperamos que esta guía logre la finalidad buscada. Finalmente, creo que los legisladores deberían promover un debate social serio sobre estos temas. Siempre es prudente conocer la moralidad de una sociedad antes de que la regla advenga. Esto es una parte como de opinión que tenía el artículo, puede ir a recuadro con este título que le puse (el recuadro te permite jugar con el diseño y que no sea aburrida la gráfica de la página, me parece) Ética e información La indignidad en la muerte no precisa de la mala intención del personal de salud. Se puede atropellar la dignidad de un ser humano con la mejor de las intenciones. Quien no conoce lo que tiene, no puede actuar autónomamente. La buena y correcta información es todo un proceso dinámico, evolutivo y progresivo. La información es el punto de arranque de la medicina. Desde el comienzo del diagnóstico, hasta la muerte eventual, la información es uno de los ejes de la ética. Lamentablemente, frecuentemente vemos con dolor que muchos de nuestros pacientes no tienen un correcto proceso de consentimiento informado y que la relación médico-paciente está deshumanizada. El miedo a la muerte se basa, entre otras cosas, en el desconocimiento y en la mala experiencia que hemos tenido con nuestros seres queridos. Asimismo, el encarnizamiento terapéutico es mucho más frecuente de lo que se lee en cualquier bibliografía. A menudo se contempla a la muerte como un fracaso médico, más que como algo consustancial a la condición humana. Cuando la muerte es inevitable, es preferible una muerte “acompañada” (por nuestros seres queridos) a una muerte “intervenida” (con alta tecnología y aislado). Pero una cosa es hablar de estos temas detrás de un escritorio, o legislando sin conocer la realidad in situ, y otra muy distinta tener la vivencia cotidiana de estos problemas. Desde nuestras vivencias estudiamos, meditamos, y escribimos. Hay un proverbio Napolitano que reza: “Una cosa es hablar de la muerte, y otra cosa es morirse.” Pecas Soriano Médico especialista en Medicina de Emergencias
Posted on: Fri, 20 Sep 2013 14:45:59 +0000

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