Violeta Una vez anduve con una chava que era muy desobediente. A - TopicsExpress



          

Violeta Una vez anduve con una chava que era muy desobediente. A un nivel más allá de la compulsión. O sea, no podía resistir regla alguna. Si veía letreros de no fumar, fumaba sin poder evitarlo. Se estacionaba sólo en doble fila o frente a los anuncios que lo prohibían expresamente. Se pasaba la luz roja y se detenía en la verde. Salíamos a la carretera nada más para ir a tirar piedras sobre el pavimento. Entraba por las salidas y salía por las entradas. Imposible pasar la tarde en algún juego de mesa: mi novia se saltaba su turno, perdía a propósito, hacía todo tipo de trampas. No le importaba ganar o perder, sólo desobedecer las reglas. Destruir al sistema, sistemáticamente. Era un encanto. Robaba, mentía y fornicaba en las iglesias en los probadores de las boutiques en los baños de las gasolinerías. Pura vuelta a la derecha, pasar sin boleto, anunciar cosas inútiles sobre los letreros de no anunciar. Puro jugar con fuego. Pasarse de la raya. Bailar al borde del abismo. Insultar a la autoridad. Era la reina del desacato. Patear el pesebre. Escupir al cielo. Tirar basura. Tomar fotos con flash. Pasar la línea amarilla. No te vayas a caer porque te mueres, le decía yo. Ella, nomás por desobedecer, se caía y no se mataba. Un día le dije: no mames. Las chavas no vuelan. Y sólo por desobedecer salió volando por la ventana, pasándose por la cola hasta la ley de la gravitación universal. Nuestro amor hubiera durado para siempre si alguien le hubiera dicho que el amor nunca es para siempre. En cambio un día nos separó la psicología inversa: alguien le dijo: tú no puedes seguir ninguna regla. ¡Claro que sí! Gritó mi novia y perdió en el acto todos sus poderes.
Posted on: Tue, 23 Jul 2013 19:16:52 +0000

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