Víctor Lvóvich Kibálchich (Ви́ктор Льво́вич - TopicsExpress



          

Víctor Lvóvich Kibálchich (Ви́ктор Льво́вич Киба́льчич) (Bruselas, 1890-México DF , 1947), conocido como Víctor Serge, fue un anarquista, revolucionario, fecundo escritor y activo participante del proceso revolucionario ruso a partir de su llegada a Petrogrado, en febrero de 1919, trabajando en el recién fundado Comintern como periodista, editor y traductor. Crítico abierto del estalinismo, fue obligado a abandonar la Unión Soviética huyendo de la represión y, como tantos otros revolucionarios, falleció en el exilio mexicano. Nació en Bruselas, en el seno de una familia ruso-polaca de naródniks. El padre, Lev Kibálchich, oficial de la Guardia Imperial, fue miembro del grupo Tierra y Libertad y estaba lejanamente emparentado con Nikolái Kibálchich, del grupo Voluntad del Pueblo. Luego del arresto de Nikolái Kibálchich tras el atentado que acabó con la vida de Alejandro II en 1881, el padre de Serge abandonó el país, tomando un empleo como profesor en el Instituto de Anatomía de Bruselas. La familia se desplazó a Francia, donde se involucraron con el colectivo de inmigrantes rusos más politizados. Serge trabajó como aprendiz de fotógrafo en París y después como diseñador. En esa época leyó mucho, siendo especialmente influenciado por las teorías políticas de Peter Lavrov. Su larga trayectoria militante empezó a los quince años en la Joven Guardia Socialista de Ixelles, barrio obrero de la capital belga, y prosiguió en las filas libertarias tras la lectura del folleto de Kropotkin A los jóvenes. Todavía adolescente, viajó a París, donde entró en contacto con ilegalistas radicales que pregonaban la guerra a muerte contra la sociedad. No compartía su estrategia, pero sí su indignación y quedó atrapado en hechos sangrientos. Su primer artículo fue escrito en septiembre de 1908. Bajo el pseudónimo de “Le Rétif” (“El Agitador”) escribió numerosos artículos para Le Révolté y, a inicios de 1909, para L’Anarchie. Ejerció como sustentador teórico del anarquismo individualista y del ilegalismo, chocando con las posiciones del editor de LAnarchie, André Roulot (“Lorulot”), favorable a una retórica menos inflamada. En 1910, tras una escisión en LAnarchie, Lorulot abandonó la publicación y Serge fue nombrado nuevo editor del periódico. Más tarde sería juzgado por su implicación en los actos delictivos de la Banda de Jules Bonnot, en calidad de instigador, bajo el pseudónimo de Valentín. Se niega a declararse inocente y rehúsa denunciar a sus camaradas, siendo condenado a cinco años de prisión en condiciones de aislamiento. Varios de sus camaradas fueron ejecutados. Liberado en 1917, se refugió en la Barcelona libertaria y revolucionaria de la CNT, el poderoso sindicato anarcosindicalista. Allí colaboró con el periódico Tierra y Libertad, firmando sus artículos con el seudónimo que le conocemos, Víctor Serge. Serge se hallaba en prisión cuando comenzó la Primera Guerra Mundial. Preveía que la guerra podría llevar a Rusia por el camino de la revolución: “Los revolucionarios sabían de sobra que el Imperio autocrático, con sus verdugos, sus pogromos, sus galas recargadas, sus hambrunas, sus prisiones siberianas y su iniquidad ancestral, nunca podría sobrevivir a la guerra”. En septiembre de 1914 se encontraba en la prisión de la isla del río Sena, a veinticinco millas de la Primera batalla del Marne. La población local, sospechando una derrota francesa, comienza a huir, y durante algún tiempo Serge y otros habitantes quedan prisioneros de los alemanes. Después de su liberación, en 1915, se fue a vivir a Barcelona, volviendo posteriormente a Francia hasta que, tras la caída de Nicolás II en febrero de 1917 en Rusia, intentó viajar a Rusia para adherirse a la Revolución en marcha. Sin embargo, fue detenido y mantenido preso sin cargos hasta que en 1918 la Cruz Roja Danesa intervino y organizó el cambio de Serge y otros revolucionarios por Bruce Lockhart y otros anti-bolcheviques que habían sido detenidos en Rusia. Así, cuando Serge llegó a Rusia en 1919, se adhirió a los Bolcheviques. Trabajó durante un tiempo con Máximo Gorki, en la editorial de la Literatura Universal. Luego fue empleado por Gregory Zinoviev, que había sido elegido presidente ejecutivo de la Tercera Internacional. El conocimiento de idiomas de Serge lo capacitaba para hacerse cargo de la edición de publicaciones de la nueva organización. A pesar de ser gran admirador de Lenin y de la revolución, Víctor Serge no ahorró críticas a los aspectos que pensaba que debían ser criticados de la actuación del Gobierno soviético. Junto a Emma Goldman y Alexander Berkman, se quejó -aunque justificó la represión- por la forma como el Ejército Rojo trató a los marineros implicados en la rebelión de Kronstadt, dirigiendo sus quejas a Félix Dzerzhinsky como organizador de la Cheka. En 1923, Serge se incorporó a la Oposición de Izquierda, liderada por León Trotsky. Crítico abierto del camino ditatorial marcado por Stalin como nuevo gobernante del país, se le considera el primer autor en describir el Gobierno soviético posterior a Lenin como “totalitario”. En 1925 escribió Lo que todo revolucionario debe saber sobre la represión, verdadero tratado sobre el funcionamiento de la Okhrana, policía política zarista, después de haber buceado en la documentación y estudiado los métodos de la política contra-insurgente del Gobierno autocrático. El libro es considerado un clásico en la historia de la teoría de Redes Sociales. En 1928, Serge fue expulsado del Partido Comunista e inhabilitado para trabajar para el Gobierno. En los años siguientes, escribió El Año I de la Revolución rusa (1930), Hombres en prisión (1930) y El nacimiento de nuestro poder (1931), además de traducir al francés las Memorias de Vera Figner. Todas esas obras fueron prohibidas en la Unión Soviética y publicadas en Francia y España. Fue detenido y llevado a prisión en 1933. La mayor parte de la Oposición de Izquierda terminó siendo eliminada, pero Serge consiguió abandonar el país gracias a las protestas de sectores políticos en Francia, Bélgica y España. La policía secreta estalinista (GPU) obtuvo una confesión de su cuñada, Anita Russakova, declarando que ella y Serge habían estado involucrados en una conspiración bajo la dirección de Trotsky. Se organizaron protestas contra su encarcelamiento en diversas Conferencias Internacionales. Las presiones llevaron a que en 1936 Stalin declarara estar considerando la puesta en libertad de Serge. Finalmente Emile Vandervelde, veterano socialista belga integrado en el Gobierno de ese país, consiguió que Serge obtuviera un visado para vivir en Bélgica. Sus parientes no fueron tan afortunados: la hermana, la suegra, la cuñada y dos de sus cuñados, morirían en prisión. La idea de que el comunismo pueda ser considerado como intrínsecamente criminógeno y virtualmente exterminacionista continúa prestándose a las más vivas resistencias. Lo mismo ocurre con el postulado de comparabilidad entre comunismo y nazismo. Por haber abordado ambos puntos, Courtois se ha «visto atacado con inusitada violencia por autores que no han dudado en calificar su libro como «una impostura intelectual», una «operación de propaganda» (Gilles Perrault), una «amalgama» (Jean-Marie Colombani), un «regalo al Frente Nacional en el momento del proceso Papon» (Lilly Marcou), una «macabra contabilidad de mayorista» (Daniel Bensaïd), un «panfleto ideológico» (Jean-Jacques Marie), una «estafa» (Maurice Nadeau), una «negación de la historia» (Alain Blum) e incluso como «negacionismo» (Adam Rayski). A su llegada a Francia en 1936, Serge publicó dos libros sobre la Revolución rusa y su degeneración: De Lenin a Stalin (1937), y Destino de una Revolución (1937). Publicó varias novelas y una obra poética, Resistencia (1938) sobre sus experiencias en Rusia. Cuando Francia fue invadida por Alemania en 1940, Serge, junto a su hijo Vlady Kibálchich, consiguió huir a México. Su autobiografia, Memorias de un revolucionario, fue publicada en los Estados Unidos en 1945. Muy revelador es el hecho de que se haya podido reprochar a Stéphane Courtois el haber escrito que «la muerte por inanición del hijo de un kulak ucraniano deliberadamente condenado al hambre por el régimen estalinista “vale” lo mismo que la muerte por inanición del hijo de un judío del gueto de Varsovia condenado al hambre por el régimen nazi». Lo verdaderamente escandaloso no es esta frase, sino el propio hecho de que alguien pueda discutirla. Philippe Petit ha llegado incluso a escribir que «todos los muertos no valen lo mismo» (Marianne, 10 de noviembre de 1997), aunque no ha precisado los criterios de apreciación que permitirían distinguir entre víctimas de primer y de segundo rango. Que hoy en día sea preciso argumentar para considerar que un crimen es un crimen, o para demostrar que todas las víctimas valen lo mismo, es algo que dice mucho sobre el espíritu de nuestro tiempo. En 1947, poco antes de morir, escribió Treinta años después de la Revolución rusa, considerada como su testamento político. En él mantiene sus convicciones revolucionarias y socialistas, al tiempo que reconoce errores cometidos por el Partido Bolchevique que, junto a las duras condiciones enfrentadas debido al asedio capitalista, la derrota de las expectativas revolucionarias en Europa y los precedentes de revoluciones masacradas, pretenden explicar la deriva totalitaria estalinista. Serge exculpa explícitamente a Lenin y no duda en apoyar sus ideas y experiencias, así como al propio partido bolchevique, aunque afirmaba que en el futuro las luchas anticapitalistas deberían asumir nuevas formas. La idea de que se pueda comparar a los regímenes comunista y nazi ha sido siempre rechazada con indignación por los comunistas. Generalmente se olvida que los nazis la habrían rechazado con igual indignación. Sin embargo, tal comparación ha sido establecida desde hace mucho tiempo por autores tan diferentes como Waldemar Gurian, Elle Halévy, George Orwell, Victor Serge, André Gide, Simone Weil, Marcel Mauss o Bernard Shaw. La salud de Serge se fue deteriorando a consecuencia de sus períodos en prisión en Francia y en Rusia. Continúó escribiendo hasta su muerte en la ciudad de México el 17 de noviembre de 1947, por un ataque cardíaco.
Posted on: Wed, 23 Oct 2013 13:52:42 +0000

Recently Viewed Topics




© 2015