“Y entonces me dieron ganas de llorar de felicidad, muy quedito sin que te dieras cuenta. Gire mi cuerpo y estabas ahí, inundando toda la habitación con tu respiración, por momentos contenía la mía, sólo quería oírte a ti. Estaba más completa de nuevo, sin ansiedad, sin vacío entre mis brazos, estabas ahí amor y de nuevo un “Sueño” se cumplía. Hombre con olor a hierbas y tabaco. Toda una galaxia durmiendo a mi lado y lo mejor era que sólo yo te veía. Y no dormí amor y no quería hacerlo, abrí los ojos grandes, grandes como platos y te vi brillar, como anémona de color fosforescente y vi brillar la sangre que hacía laberintos color neón en tus venas. Esta vez elegí no dormir porque el sueño lo tenía a mi lado, estabas durmiendo conmigo, soñando no sé qué cosas, pero estabas a mi lado haciéndome entender que los sueños se hacen realidad… Y lo que es mejor, que todo esta en su preciso lugar, en su preciso momento. Te vi brillar y ahora te tengo muy dentro, junto con las ganas inmensas de volver a brillar a tu lado.” — Mirándola con otros ojos… Mercedes Reyes Arteaga.
Posted on: Sun, 08 Sep 2013 06:20:45 +0000
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