Ya han pasado casi 4 meses desde esa preciosa tarde de Julio en la que me declaraste tu amor, aún recuerdo que pensaba que era un juego al principio ya que normalmente hacías esa clase de bromas a tus amigos; Aún recuerdo ese día y juro que más de una lágrima cae por mi mejilla hasta llegar al piso y es que de tan sólo pensar en lo que pudimos haber sido, es normal ponerme triste. Hoy desperté y miré el cielo, es un bonito día soleado como lo que te gustan; por la mañana me arreglé un poco más que de costumbre, era normal que lo hiciera ya que iría a una fiesta por la tarde y quería lucir bien, cada cosa que hago inevitablemente me recuerda a ti, a tus palabras y ese último consejo que me diste antes de nuestra despedida; cuando quieres ser novio de alguien, debes estar seguro completamente de amar a esa persona y creer que la necesitas para estar bien; de no ser así, sólo estás jugando. Llegaron mis amigas, me puse esos zapatos que a ti tanto te gustaban y subí al auto, en el camino saqué mi teléfono y me puse los auriculares, llegamos a la fiesta y buscamos una mesa, recuerdo que en ese momento tuve un mal presentimiento aunque no sabría el porqué de el mismo hasta dentro de unas horas. Se escuchó un trueno y seguido de este comenzaron a caer pequeñas gotas del cielo, —no importa, no nada me arruinará la fiesta— pensé, hasta ese dramático momento en el que giré la mirada y te vi en la puerta, parado saludando a nuestros amigos en común; en ese momento tomé la mano de la chica que estaba junto a mi y le dije está en la puerta, al voltear y percatarse que estaba en lo correcto apretó mi mano y me dijo que estaría conmigo toda la noche, para no toparme contigo en ningún momento. En ese momento la vi, llegó y te besó en los labios, tu la tomaste de la mano y por suerte se sentaron en la mesa más lejana a la mía, yo te vi con esa cara que tanto detestabas, una cara de decepción y tristeza, tu sólo agachaste la cabeza y soltaste su mano. La fiesta transcurrió con normalidad y llegó el momento de bailar, yo en verdad no tenía animo de nada pero mis amigas me obligaron a bailar con ellas, pude notar que ella te tomó de la mano, jalándote a la pista de baile; — El odia bailar, deberías saberlo ya que eres su novia — Pensé, después de un rato de baile, decidí sentarme a tomar un poco de agua, por accidente pasé a tu lado y vi que aún llevabas puesta esa pulsera que te di cuando salimos a caminar hacía ya unos meces, fue gracioso ver que ambos aún la conservábamos y que la teníamos puesta ese día. Tu chica se sentó contigo y yo regresé con mis amigas, muy pocas de ellas sabían sobre nuestra historia, por lo que comenzaron a decirme que me veían sin ánimos y un poco triste, yo usé la típica excusa de —me duele un poco la cabeza, es todo— y les sonreí para hacer más creíble mi mentira, las que sabían la verdadera razón de mi estado de humor sólo me vieron y agacharon la mirada. Casi antes del final de la fiesta, escuché una melodía que se me hacía conocida y como no reconocerla, era esa preciosa canción e inglés que una vez me dedicaste, sonreí y giré la cabeza hacia donde estabas, para mi sorpresa tu estabas viéndome y al igual que yo, estabas cantando la canción; pude notar que tu novia se molestó y salió del salón, detrás de ella saliste tu y tuvieron una pequeña discusión y seguida de ello la pista de baile se llenó de gente, por lo que no pude ver que pasaba afuera. Al finalizar la fiesta me llegó la nostalgia y ese horrible sentimiento de culpa, —¿y si pelearon por mi culpa o el está mal?, ¿qué hubiese pasado si te hubiera hablado?— después de un rato me decidí por hacerlo, te busqué en vano por todos lados y pregunté por ti, tu te habías ido hace unos minutos de la fiesta, pensé que lo mejor sería dejar de molestarte, verte feliz con esa chica que al parecer, lo es todo para ti y fue ahí cuando me decidí salir del lugar también. -Noten el aburrimiento xd.
Posted on: Thu, 17 Oct 2013 20:59:52 +0000
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