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desde cuando estados unidos te alluda desinteresadamente?nunca,por eso todas esas ong y programs hay que hecharlos de patadas en el ojete Retórica sobre la ayuda militar estadounidense a Egipto Por Roberto García Hernández* La Habana (PL) La eventual suspensión de unos mil 300 millones de dólares anuales en ayuda de seguridad a Egipto por parte de Estados Unidos se convirtió en un asunto de intenso debate en medios políticos y de prensa norteamericanos. Después que los militares egipcios derrocaron al presidente Mohamed Morsi el 3 de julio pasado, se desataron enfrentamientos que fueron particularmente graves a mediados de agosto en El Cairo, con un saldo de unos 800 muertos, cuando las fuerzas represivas desalojaron dos acampadas de seguidores del mandatario constitucional. Desde que el presidente Barack Obama anunciara la suspensión de los ejercicios conjuntos Bright Star con las fuerzas armadas egipcias, previstos para septiembre venidero, la atención de la opinión pública se centró en la posibilidad de eliminar la asistencia financiera a El Cairo. Estados Unidos suministra actualmente mil 230 millones de dólares a los militares egipcios, de cuyo total se le han entregado unos 650 millones este año, pero aún están pendientes de enviar los restantes 580 millones. El sitio digital estadounidense The Daily Beast afirmó el 19 de agosto que la administración Obama tratará de no denominar el cambio de Gobierno en Egipto como un golpe de estado, pero al mismo tiempo pondrá trabas a la entrega sucesiva de la asistencia financiera. Sin embargo, la información fue negada de inmediato por la vocera del Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Caitlin Hayden, quien enfatizó que hasta el momento Obama no ha tomado ninguna decisión al respecto. En medio de esa incertidumbre, un editorial del diario The New York Times, pidió el pasado 20 de agosto la suspensión de la ayuda al país árabe hasta que los militares encuentren una solución pacífica al conflicto interno, y calificó de débil la reprimenda del mandatario a los jefes castrenses. Por su parte, un artículo de la revista Time de igual fecha señaló que la Casa Blanca no debe calificar a Egipto como un actor esencial en los asuntos del mundo árabe y por tanto tiene que cortarle la ayuda multimillonaria e invertir ese dinero en otros países donde la democracia tiene más posibilidades de triunfar. Un sondeo reciente del centro de investigaciones Pew mostró que 51 por ciento de los estadounidenses consideran que la Casa Blanca debe eliminar la ayuda militar a Egipto, mientras solo 26 por ciento son partidarios de continuarla con el fin de influir en ese país. Entre estos últimos está el congresista republicano Peter King, presidente del Comité de Inteligencia de la Cámara de Representantes, quien considera que Washington no debe eliminar del todo dicho beneficio, por la importancia de esa nación, la más populosa de Medio Oriente, para la seguridad nacional estadounidense. Uno de los argumentos principales es que las fuerzas armadas norteamericanas dependen de Egipto para trasladar su personal y equipos a Afganistán, y áreas de conflicto en Medio Oriente, lo que complica los esfuerzos de Washington para presionar a los servicios castrenses egipcios a fin de que cesen la represión violenta. Durante 2012, más de dos mil aviones militares estadounidenses volaron a través del espacio aéreo de Egipto, en apoyo a misiones en territorio afgano y en toda la región del Levante, mientras alrededor de 45 buques de la Armada norteamericana atraviesan el Canal de Suez anualmente, incluyendo grupos de ataque de portaaviones. Las autoridades de El Cairo habitualmente otorgan prioridad a dichas embarcaciones para que crucen de forma expedita la vía acuática que conecta el mar Mediterráneo con el Rojo, sin necesidad de esperar su turno. En ese sentido, la cooperación egipcia resulta vital actualmente, en momentos el que el Pentágono enfrenta fuertes recortes presupuestarios. Si los militares egipcios prohíben a Estados Unidos el uso del espacio aéreo y el acceso al Canal de Suez, las fuerzas armadas norteamericanas enfrentarían mayores costos y tiempos de espera demasiado largos para transportar sus fuerzas y medios a otros teatros de operaciones. Los buques del Pentágono generalmente tendrían que hacer una travesía de dos semanas y más de seis mil millas náuticas alrededor de África para llegar al golfo Pérsico. Para algunos especialistas, la protección de las instalaciones y el personal diplomático estadounidense en territorio egipcio constituye otro elemento dentro de las consideraciones del Gobierno norteamericano en torno a esta crisis. La administración Obama teme que si el mando militar egipcio se siente abandonado por Washington al suspenderle la ayuda, pudiera hacer caso omiso a las amenazas que se ciernen sobre la representación diplomática norteamericana en El Cairo. Un ataque de ese tipo contra instalaciones en ultramar sería un desastre político para Obama y el Partido Demócrata y una repetición del escándalo provocado tras el atentado en Bengasi, Libia, en septiembre de 2012, donde murieron el embajador en Trípoli, Christopher Stevens y otros tres funcionarios. La acción motivó varias investigaciones congresionales que continúan casi un año después del incidente, y un hecho similar sabotearía los esfuerzos de Obama para lograr acuerdos sensibles con el legislativo en torno a temas claves como la reforma migratoria, la reducción de la deuda y la implementación de la ley de salud. De todas formas, cualquiera sea la decisión final que tome la Casa Blanca al respecto tendrá que tener en cuenta todos estos factores además del hecho de que una buena parte del dinero destinado a los militares egipcios se revierte en ganancias para las grandes compañías norteamericanas que venden al país árabe armamentos y técnica de combate. Al mismo tiempo que las fuerzas de seguridad egipcias mataban a centenares de seguidores de Morsi, la Fuerza Aérea estadounidense concedía un contrato por 14 millones de dólares a la compañía General Electric para mejorar más de una decena de aviones F-16 y otras aeronaves de El Cairo. Los trabajos para concretar este negocio culminarán el 31 de octubre próximo en unas instalaciones ubicadas en las afueras de Cincinnati, estado de Ohio, donde radica la rama de aviación de dicha empresa. Además, la Boeing entregará en septiembre próximo un lote de helicópteros de ataque AH-64 Apache, medida que también está pendiente de una consideración final de parte de la Casa Blanca. Estos y otros negocios, como la venta de tanques de guerra M-1 Abrams, continúan adelante a pesar de la retórica oficial sobre el tema, y según señala el sitio digital Politico, todo parece indicar que las relaciones militares entre Washington y El Cairo gozarán de buena salud en los próximos años, a pesar de sus altibajos. *Periodista de la redacción Norteamérica de Prensa Latina.
Posted on: Sat, 24 Aug 2013 16:12:26 +0000

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