discurso de mi grado, en mi entrega de titulo espero les guste,para aquellos que me lo pidieron....la grita 22 de junio 2013 Hoy, sin duda alguna es día muy especial, día, en que el sol al levantarse nos ha traído con su luz el esplendor de la gracia de hacernos profesionales, de palpar con nuestras manos el fruto de la carrera técnica que hemos forjado; hoy nos revestimos de intelecto los integrantes de la XLIV promoción de técnicos superiores universitarios, y con investidura académica recibimos el título de la XXXI en administración de empresas mención industrial. He asumido con inmensa alegría, la responsabilidad de pronunciar estas palabras, en un discurso que debe recoger los sentimientos, expectativas y emociones de todos y cada uno de nosotros. Aunque cada compañero tiene una realidad diferente, al final la gran mayoría de estos elementos se pueden agrupar en lista única de esfuerzos, constancia, desánimos, manos extendidas, obstáculos, lágrimas y sonrisas. Hemos de volver la vista atrás, y ver cómo aparecen una serie de imágenes que se tatuaron en nuestras mentes y corazones, haciendo una película de importancia relevante en la vida de nosotros; el negativo se despliega al final de la meta, y con claridad plena podemos observar todo lo que tuvimos que ofrecer de nuestra parte para estar hoy ocupando este sitial, y en medio de nuestros seres más cercanos. Acercarnos al presidio a recibir el título que nos acredita como técnicos superiores universitarios en todo el territorio de la República Bolivariana de Venezuela, bajo el majestuoso epónimo del: “BICENTENARIO DE LA CAMPAÑA ADMIRABLE”, es un honor. Es propicio recordar la imponente lucha de los hombres que dejándolo todo y arriesgando todo, incluso su propia vida, levantaron la espada sostenida por el sentimiento y las fuerzas que abrirían el camino definitivo de la patria. Patria que no es para nosotros un concepto abstracto, si no concreto, es tierra y es cielo, es aire y es sol, es potro que salta en la llanura y es lanza que conquista independencia, brazo que lucha, inteligencia que trabaja, ceniza de mártir en urna funeraria y grito de victoria en la bandera nacional. Figuras dignas de recordar y venerar, que pusieron en nuestras manos el tesoro de una nación para conservarla y acrecentarla a golpe de heroísmo. Bolívar, como estandarte de la libertad es palabra y ejemplo vigente de la lucha y la moral. Ante el caos en el que entra Venezuela dado al fracaso de la primera república y el perverso plan de Monteverde este hermano nuestro hace uso de su inteligencia, dotada por Dios y de las agallas que vertían de lo profundo de su ser, conquistando victorias por todos los sitios en donde se observa su actuación. Y esa misma actuación, de luchadores y emprendedores germinó el deseo de construir futuro en nosotros, de escalar peldaños y de crecer como personas, nos acercamos hace algunos años a las instalaciones del IUFRONT, para hacer formal nuestra inscripción, sabiendo que en adelante nos esperaba un camino de exigencias que abarcaría mucho, nuestras situaciones familiares, laborales, emotivas, económicas y vivenciales en sí. Comenzamos clases, y cada tarde el semáforo se colocaba en rojo cuando el reloj avisaba que llegaría la hora; tomábamos nuestras herramientas y con todas las ganas, al armarnos con nuestros libros y lápices nos dirigíamos a las aulas, en donde el conocimiento se imponía con la llegada de cada uno de nuestros profesores. Necesario es, por tanto, reconocer la profesionalidad, la ética y la entrega de cada uno de ellos y de ellas, de esas personas que nos facilitaron la construcción cognitiva del saber, y colocaron en nuestros corazones el amor a lo bien hecho y el desprecio a lo corrupto. Pasaban los días, las semanas, los meses, y los mismos períodos académicos, avanzábamos sin darnos cuenta, porque nos parecía que la recta era interminable. Junto a nuestros profesores, aprendimos y compartimos el buen trato con gente capaz y sencilla. Queridos profesores y padrinos: las lecciones por sencillas que fuesen, quedaron grabadas en nosotros, y por el tiempo que tengamos vida, sus palabras serán el eco de nuestras conciencias en el ejercicio de nuestras profesiones; para ustedes nuestro agradecimiento y nuestras amistad que ofrecemos para siempre como lo hicimos ayer y lo hacemos hoy. En esta dinámica del proceso formativo, se encendieron además otras luces, que ardieron con luz propia; el apoyo de nuestros familiares, en quienes descansaron nuestras preocupaciones, quejas y desalientos, y que ellos lograron cambiar por esperanza, ánimo y trabajo. Nuestros padres, madres, hermanos, de muchos esposas y esposos, hijos; y esas personas que aparecen en la vida como ángeles, para cuidar y ayudar de una manera desinteresada y oportuna, colaborando a construir nuestros destinos. Méritos tienen y de más, para ser homenajeados en este acto, porque nos han demostrado que la cercanía y el amor impulsan como no puede hacerlo ningún otro estímulo, nos enseñaron, que el querer y ocuparse en lo que se quiere transforma las barreras en caminos y que al transitarlos en sus compañías la carga se hace llevadera. Este logro nuestro, es de ustedes también, porque aunque no lleven sus nombres, allí están impresas de forma invisible las lágrimas que derramaron a nuestro lado, y el sudor que de sus frentes vertió cada vez que nos ayudaron. Gracias, una y mil veces gracias queridos familiares y amigos, por creer en nosotros y apostar por nuestra superación, hoy somos lo que ustedes soñaron que fuésemos, y alcanzamos el título por el que ustedes lucharon con nosotros. Queridos compañeros: es propicia la ocasión para mirar al cielo y agradecer a Dios las bendiciones que derrama en nuestras vidas, porque si bien es cierto que hemos contado con el apoyo de tanta gente buena, también es cierto que su providencia divina es la que los ha puesto a nuestro lado. Ha infundido en todos y cada uno de nosotros la fuerzas para seguir y ha mostrado un horizonte de posibilidades cuando el paisaje parecía oscurecer. Nos ha dado la salud y la constancia, el entendimiento y la oportunidad que tal vez muchas personas no han tenido. Ha estado a nuestro lado en todo momento, incluso cuando nos preocupamos porque ya teníamos encima la fecha de pago en la universidad y no contábamos con el dinero para cancelar, pero ahí permanecía, y de alguna manera todo se resolvía. Esas muestras de su presencia, son alentadoras y nos garantizan que todo es posible cuando luchamos a su lado y en su nombre. A donde vayamos después de salir de aquí, llevémosle con nosotros y permitamos que su poder siga actuando para que su gracia nos continúe bendiciendo y permitiendo que la cosecha se siga recogiendo. En cada lugar donde nos encontremos, tengamos presente que somos profesionales, que nos preparamos para crecer y permitir crecimiento a nuestros hermanos; que al desempeñarnos en nuestras carreras técnicas, los valores humanos y cristianos dicten nuestro proceder para que nunca pisoteemos a nadie al abrirnos paso. Que seamos la imagen de esta universidad que nos formó y podamos ver al mundo con la frente en alto, sin que nadie pueda señalarnos ni acusarnos por el mal proceder; por el contrario, que siempre la admiración y el respeto para con nosotros estén presente en las personas que nos rodean, de tal manera que, al ir avanzando en el camino del éxito podamos llevar el estandarte del bien. Es muy importante también señalar que: éste no es el final, por el contrario es el comienzo de un camino que debe seguir permanentemente, la oportunidad maravillosa de proseguir estudios; aprovecho la presencia de nuestro distinguido Director: el Dr. Dandry Omaña, para solicitar la Extensión Universitaria, por la vía de la Unidad de Formación Continua del Iufront, a este hermoso rincón de la geografía tachirense, ya que somos muchos los egresados en estos 25 años y hay sed de conocimiento y deseos de progreso. Los errores que antes pudimos cometer, deben quedar en las páginas que no han de volverse a leerse, a partir de ahora, somos profesionales y estamos comprometidos en mayor grado con el desarrollo potencial de nuestra nación. Desde las diferencias que puedan existir por las diversas maneras de pensar y ver la política de la Patria, nuestra postura ha de ser integral e intachable, dando siempre lo mejor para el beneficio nuestro y de la sociedad, tomando de la mano a quien no aprueba nuestra postura pero que reconoce en nosotros y en quienes reconocemos el rostro humano de Venezuela. La escuela nos enseñó normas ciudadanas, el liceo las ratificó, en la universidad las perfeccionamos, y ahora como profesionales, hemos de cuidarlas con un verdadero espíritu celoso, testificando que somos personas formadas y educadas; y ello, solo se verá logrado por el buen trato a los demás. Las herramientas están puestas en nuestras manos, correr es prudente en la búsqueda del terreno en donde sembraremos nuestro conocimiento, demos frutos, que sean abundantes y de calidad, y que con el paso del tiempo, cuando nos encontremos en algún rincón del mundo, podamos alegrarnos unos y otros por lo que cada quien ha alcanzado. Queridos compañeros: Que la amistad incondicional que nos brindamos, sea lo que alimente el recuerdo, para que podamos en las próximas oportunidades levantar la copa y brindar, como hoy lo haremos, por la vida y todas las cosas buenas que ella nos dispone. Llevemos siempre en nuestras mentes, como garantía del crecimiento estas bien aprendidas palabras: “…la diferencia es la excelencia” Muchas gracias.
Posted on: Thu, 27 Jun 2013 03:38:53 +0000
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