el turista. Al finalizar una reunión de copas con unos amigos, caminaba por las lóbregas calles de una ciudad ruidosa, y entre la semi oscuridad pude ver una calle angosta que decía atajo a la calle xxx. Aunque la luz de luna era cegado por las nubes de algún tipo de tormenta, se podía oír el silbido del viento con la agitación de las hojas, producían tenebrosas melodías. Ya dentro del camino guiado por la luz de mi móvil(celular) era muy tenue, para cuando me di cuenta estaba rodeado de un silencio paralizante, donde oía mi propia respiración y hasta el palpitar de mi tenso corazón, pero todo regreso a la normalidad puedo de oír los feroces ladridos de perros, y otra vez el pánico regreso, de forma intuitiva mi cuerpo empezó a correr sin prestar atención al camino y el poco apoyo del móvil, hizo que caiga en la oscuridad total donde sólo podía sentir los golpes de piedras, ramas desgarrando mi ropa. Desperté sobre la dóciles hojas del pasto salvaje, que era iluminado por la luz de la luna llena, un intenso dolor se empeña a tomar todo mi cuerpo, pero tuvo que irse casi inmediatamente luego de oír los gritos desgarradores, pidiendo auxilio y la luz de luna cambio a una luz carmesí y ahora donde debería ir donde están saliendo los gritos o en sentido contrario... La brisa golpea duramente mi cuerpo, mis heridas aún sangran y toda mi ropa está rasgada, la parálisis del miedo que me pedía que corriera se va desapareciendo, aunque mi corazón late fuertemente y el me deja moverme para avanzar cada vez más rápido donde se originan los gritos, el bosque cada vez era más y más despejado, el viento seguía con sus melodías tétricas pero ahora acompañada de unos grito de piedad, lo cual hizo que avance sea más rápido hasta que llegué aún despejado donde había una cabaña con unas fogatas alrededor. Mis ojos estaban, estaban totalmente abiertos y mi corazón casi paralizado, el que me trajo hasta aquí ahora quería huir, las fogatas estaban rodeadas de carmesí, algunos cuerpos mutilados alrededor de círculos y perros mordiendo los cuerpo, el viento sigue con su siniestro canto pero está vez sin ayuda de las hojas del bosque ahora lo acompaña los gritos que salen de la cabaña, una extraña mesclas de risas y gritos de piedad. Mis pasos trataron de ser lo más sigiloso posible, hasta llegar a una ventana pude observar unas cuatro personas semi desnudas siendo golpeadas sin ninguna piedad cada patada era acompañada por una carcajada, junto a un grito de clemencia mis puños estaban cerrados de irá, impotencia, cuando de la nada, uno de los que está arriba alzo la mano y avanza lentamente hablado cosas sin sentido se acerca a unos de los que está siendo golpeado lo coge del cabellos, saca un cuchillo mientras recita versos y poemas aún sin que pueda entender, usa el cuchillo cortando lentamente la cabeza del rehén ante la risa de los de negro y la mirada atónita de los demás rehenes. De un salto del susto, golpe algunas madera los cuales son escuchada adentro, no voltee va ver sí me seguían sabía que lo hacían, en el camino encontré un machete para poder pasar el bosque y no voltee, corrí como alma que lleva el diablo, escuchaba la melodía del bosque pero esta vez con los gritos de atrápenlo y mátenlo, los gritos era cada vez más lejanos pero los ladridos de los perro se acercaba rápidamente, al punto que uno de ellos me alcanzó y dormía ferozmente mi brazo izquierdo, con ayuda del machete pude librarme de el, fue algo más difícil líbrame del otro, ya cansado mi cuerpo seguía corriendo aunque sentía que cada pasó mi cuerpo se desgarraba. Maldita luna, aquella que alguna vez que imaginé como diosa o el origen de bellos poemas y inspiración, hoy era mi peor enemiga, pues su luz era tan radiante que en un momento llegué ha pensar que era un día gris, y mi cuerpos llegó, llegó al borde de un abismo... Y escribo está historia rápidamente para que sepan que no fue un accidente fui forzado, se que ya están cerca puedo oírlos hablar puedo escuchar a los nuevos perros que trajeron sólo espero que esas personas dentro de la cabaña aigan logrado escapar, adiós a todos mi única salida es lanzarme o dejar que me usen como comida de perro... Escribo esto y espero que sea leído alguna vez. Tomo tanto aire como puedo, aun el dolor me consume, y mi brazo no para de sangra ellos se acercan lentamente, no tengo otra opción que morir peleado, mi mano derecha aun puedo molerla libremente, el viento fuerte y frio golpeaba sin clemencia mi rostro, los perros están ya muy cerca, solo un poco más, un poco y así matare a otro perro del demonio, cojo todo el valor que me queda me lanzo hacia el animal y su dueño, pero este es mas rápido me ataca, otra mordida pero ya no siento dolor con la poca fuerza que me queda logro acabar con el animal, al alzar la mirada pude ver sus ojos desorbitados llenos de ira de ese ser, de ese asesino, y el deseo de destrozarme lo consume, el pánico se apodera de mi, veo como se acerca a velocidad y el pánico me consumía cogí lo último de fuerza que tenía para alzar el arma de mi mano derecha, la alce con toda la fuerza pero termino resbalándose de mi mano por las heridas, el dudo por un segundo, pero yo no, me lance con el temor y sabiendo que moriría, pero al menos no sería alimento de esos perros. Siento el viento en mi cuerpo, siento que puedo volar siento la libertad, pero no tengo el valor de abrir los ojos, y de un momento a otro siento el golpe del agua en mi rostro, siento como me quedo sin aire siento, siento que la corriente del rio me arrastra, siento un golpe… No se cuánto tiempo paso, mi cuerpo esta atrapado entre las ramas de un árbol caído no puedo crees la suerte que tuve pude escapar de esa casería y sobrevivir, escapo como puedo de esas ramas ya puedo mover mis brazos, y como puedo a corro sin destino, corro por mi vida aun siento que me sigues hasta que llego a las afueras de esa ciudad hay casa y la tranquilidad, se apodera de mi pido ayuda aviso a las autoridades y creo que termino la pesadilla. La tranquilidad me absorbía y preparado para abandonar todo estos atrás, preparado para dejar esta pequeña ciudad , ya era una nueva noche el auto aquillado a las afueras de la cuidad sentí que el peligro me seguía los nigromantes de la noche, supe que no me dejarían salir puse el auto a mayor velocidad rompí parámetros hasta el nuevo pueblo que seguía ya era de día, estacione el auto en el primer correo que vi, los otros autos me rodearon, entre al correo y sentado escribo estas últimas líneas, estoy rodeado y ya no tengo familia a quien mandar este correo pero quien reciba esta carta, le pido nunca valla solo, porque no sabrás donde terminaras, adiós lector no vayas solo a lugares que aún no conoces.
Posted on: Tue, 03 Sep 2013 02:24:20 +0000
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