especial que palpita detrás de sus ojos y de su comportamiento, que atrae respeto y reconocimiento tanto de los seres humanos como de Dios. Al respaldar la oración sincera del publicano pecador y menospreciar la oración egoísta del fariseo, Jesús no daba a entender con ello que el indigno publicano superase en virtud al fariseo respetuoso de la ley. Jesús deseaba simplemente destacar lo valiosa que es la humildad para atraer la misericordia divina. Si el devoto respeta la ley y practica también la humildad, estará cultivando la naturaleza ideal de su alma. P-Y . S-V-C.
Posted on: Fri, 29 Nov 2013 12:29:46 +0000
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