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espero que te guste dedicado a FERNANDA ARANCIBIA #pocitohoran Liam caminó lentamente por la playa de Strathy Point sintiéndose un poco surrealista. No podía creer que se le hubiera cruzado la idea de salir corriendo a las montañas con la esperanza de ver a la novelista americana, mucho menos de concretarla. Pero ahora estaba aquí, se dijo resuelto, así que debía sacarle el mayor provecho. Era una playa nudista, se percató. Se sintió un poco incómodo al haberse dejado puesto el traje de baño cuando todos a su alrededor estaban totalmente despojados de ropa. Ésta no era una playa de topless como había dicho la vendedora, pero una playa de topless y de la parte de abajo también. Se sintió como un idi.ota. Liam agitó sus pestañas rápidamente varias veces, y los lentes de contacto que se compró ayer a la tarde hicieron que sus ojos se humedezcan un poco. Se estaba acostumbrando a las malditas cosas, casi del todo, pero aceptó que le llevó varias dolorosas horas incluso para llegar hasta aquí. Bueno, pensó con un poco de satisfacción, si tuviera la suerte de encontrarse a _____ Jason-Elliot, al menos no lo haría con sus sensatos y aburridos anteojos. Liam buscó por la costa de la playa para encontrar a la mujer en cuestión, sus entrañas anudándose, anticipándose a la idea de volver a verla. Su mirada oscura se movió de un lado al otro, hasta que finalmente se posó sobre la forma de una escritora durmiente y muy desnuda a una cierta distancia sobre el terreno arenoso. Respiró hondo para afirmarse, rogándole al cielo que encontrara el coraje para acercársele y despertarla. Sólo podía esperar que su cuerpo cooperara y no sustentara una erección notablemente grande y dolorosa con tan solo verla. Pero cuando se acercó y vio que sus grandes pezones rosados sobresalían en el aire, su deseo de tirarse al lado de ella y chuparlos tiró por la borda todas las intenciones de mantener el control. Suspiró, notando con triste resignación que su pene estaba tan duro como una llave de hierro. Se arrodilló a su lado, sin poder creer que él, Liam Payne, se había vuelto tan osado como para acercarse a ella, sin mencionar ser tan descarado como para caer sobre sus rodillas y mirar libidinosamente su cuerpo de tan cerca. Miró rápidamente a su alrededor, sintiendo pánico por un momento de que lo avergüence frente a los demás gritándole que se vaya. Respiró con alivio al darse cuenta de que estaban bastante solos en ese pedazo de la playa, y que sus gritos sólo servirían para humillarlo a él frente a ella. No es que ese panorama fuera mucho mejor. Los ojos de Liam cayeron hasta su cara, notando en seguida que estaba profundamente dormida. Desenfadada, ¿no? Tuvo la necesidad de retarla por eso, luego frunció el ceño ante esos pensamientos. Suspiró. No podía ser más tonto si lo intentara, pensó deprimido. Aquí estaba, sentado frente al objeto de su obsesión, con su cuerpo totalmente desnudo a su disposición, ¿y había pensado en retarla?. Aun así, no pudo evitar pensar que si hubiera sido cualquier otro hombre se hubiera aprovechado de la situación y se le hubiera echado encima por la fuerza. Ella debería tener más cuidado. Sus ojos cafes encontraron sus senos, y todos los pensamientos sobre retar a una cierta novelista se fueron volando por una ventana imaginaria. Su pene se endureció al mirarla, el deseo lo abarcaba dura y rápidamente. Sus aureolas, notó, eran de color rosa claro y un poco acolchaditas. Sus largos pezones colorados sobresalían como dos cohetes con forma de botella que despegaban de una suave y aterciopelada base. Liam respiró hondo, con una erección salvaje, mientras su mirada se paseaba más abajo y se posaba sobre su acolchonada vulva. Una de sus rodillas estaba levemente doblada, lo cual no ponía ningún impedimento a que él viera cómo se veía su carne por dentro. Tenía el Monte de Venus afeitado, notó mientras su quijada se endurecía, pensando cuánto le gustaría pasar su lengua por todos los suaves pliegues debajo de él. Liam miró su concha, queriendo chuparla, queriendo montarla, queriéndola y punto. Como si la durmiente mujer pudiera leer sus pensamientos y quisiera alentarlos, la carne entre sus piernas se humedeció un poco delante de sus ojos, una gota alargada de flujo dejándose ver en su abertura. Sus ojos se dispararon a sus senos. Estaban más duros que antes. Tan duros que le parecía doloroso a él. Tan duros que se imaginó llevándoselos a la boca y… Ella se dio cuenta. Avergonzado al haber sido pescado mirando sin reparos su cuerpo desnudo, Liam alzó la mirada y chocó con la de una mujer bien despierta. Tosió cubriéndose con la mano mientras ella le sonreía, y como ese muchacho tonto que fue a los trece años, tuvo una urgente necesidad de acabarse. Sus cejas se juntaban lentamente mientras lo miraba con curiosidad. “¿No nos conocemos?”, preguntó ella con una sonrisa.
Posted on: Thu, 03 Oct 2013 19:03:03 +0000

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