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lanacion | Espectáculos Domingo 22 de septiembre de 2013 | Publicado en edición impresa Música Caetano: canción con todos Por Fernando López | LA NACION Ver perfil Comentá2 inShare Veloso, entre los nuevos y los viejos éxitos. Foto: Leo Carreño / DPA Abraçaço / Concierto: Caetano Veloso con la Bandacê / Músicos: Pedro Sá (guitarra, bajo, voces), Ricardo Dias Gomes (bajo, teclado, voces) y Marcelo Callado (batería y percusión) / Sala: Gran Rex / Funciones: el viernes y anoche. Nuestra opinión: muy bueno La versatilidad de Caetano no es novedad: la expresan tanto su mutante discografía como cada uno de sus shows en vivo, los impredecibles itinerarios y las atrevidas mezclas que aborda en cada uno de sus proyectos como su probada voluntad de enfilar hacia otros rumbos cada vez que percibe que está cediendo a la comodidad de los caminos conocidos. Tales movimientos, que por un lado han contribuido a su prolongada vigencia artística, a la rica variedad de su obra y a la renovación permanente de un público que hace rato no reconoce fronteras, también acusa algún paso en falso y revela contradicciones. Quizá por eso, porque no les teme a los riesgos y se expone, como artista vivo que es, a experimentar la novedad sin peligro de desdibujar una personalidad que está largamente definida y aceptada, es que se lo respeta -y sobre todo- se lo quiere tanto y se lo recibe tan calurosamente como lo hizo el colmado y ruidoso Rex de anteayer, de pie, entre aplausos y aclamaciones, desbordando alegría. Intocable El hombre es intocable en el corazón de sus devotos fans, que le celebrarán sus coqueteos con el lenguaje escénico del rock aunque sepan que él no es un rockero, que no repararán en que muchos casos la poderosa y cruda sonoridad del power trío Bandacê (aun siendo uno de los puntos altos del espectáculo) no es la que mejor se lleva con las delicadezas melódicas del bahiano ni que su decisión de incluir en el programa diez de los once temas del último disco era demasiado arriesgada y podía revelar ciertas monotonías y algún altibajo que en la escucha personal pasan inadvertidos. Pero también es cierto que Caetano hace lo necesario para eludir esos contratiempos. Empieza sobre el clamor de los aplausos y el ritmo arrollador y reclamante de "A bossa nova é foda" (cercano pariente del de otro éxito, "Odeio"), atrapa y conquista de entrada. Es el primero (y uno de los más contagiosos de Abraçaço, cuya interpretación en vivo si bien respeta la forma original de los registros en estudio, gana en vigor e intensidad. La mayor diferencia quizás estriba en que si el disco transmitía un espíritu melancólico, en el show lo que predomina es la jovialidad. "Um abraçaço", que viene poco después y es otro de los títulos destacables del álbum, permite que los cuatro artistas reunidos en el centro de la escena emulen la ingeniosa cubierta, con un Caetano en primer plano contenido por ocho manos. Para superar la monótona parsimonia de "Um comunista", un homenaje de nueve minutos al guerrillero Carlos Marighella, Caetano recurre después a uno de sus discos legendarios, Transa, y magníficamente secundado por el trío recrea "Triste Bahía", una joya de 1972 que por sí misma alcanza para explicar el espíritu tropicalista. En el mismo clima, se engarza la que quizás sea la mejor canción de esta última cosecha: "Estou triste". Se sale de esa sutil melancolía con el vibrante mensaje de "Odeio", con el samba plegaria "Escapulario" y con el "Funk melódico" donde contradice a Vinicius al cantar que "los celos son el estiércol del amor". A partir de allí, se amontonarán los títulos más brillantes, y no por casualidad los más festejados; algunos conocidos en otras voces como "Mãe", que grabó Gal Costa en 1978; como "Reconvexo", que compuso para un disco de Bethânia de 1989, o como "De noite na cama", que popularizó Marisa Monte a comienzos de los 90. Los otros, tan clásicos como "Eclipse oculto", la inesperada "Você não entende nada", desde hace mucho ausente de su repertorio y ahora elegida para cerrar un show, que por supuesto no terminó ahí. En los bises, se mezclaron "A luz de Tieta", "Um índio" y "Desde que o samba é samba" y tras una larga espera y los aplausos que no cedían, lo que cabía esperar: "Sampa", "O leãozinho". Así, volvió a tender un puente entre sus fans, que ahora abarca varias generaciones. Y todos salieron contentos
Posted on: Sun, 22 Sep 2013 23:17:02 +0000

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