ya no puedo mirar, si viajo en colectivo a Buenos Aires, me resulta imposible mirar esos campos cancerígenos, vacíos, feos de toda fealdad. No digo desierto, porque el desierto es otra cosa, tiene belleza y metafísica. Si camino por las peatonales de Córdoba ya es imposible mirar: lo han podado todo. Benditos sean los ciegos y los de corazón encallecido, ellos todavía pueden soportar este mundo
Posted on: Fri, 02 Aug 2013 01:26:31 +0000
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