- Vivimos en una generación que tiene una gran sed espiritual. Las generaciones de las décadas anteriores buscaban respuestas en el Marxismo y el Materialismo. Los marxistas negaban la existencia de Dios. Para ellos el mundo espiritual no existía, y lo importante era lo concreto, lo visible. Los materialistas estaban demasiado ocupados con sus negocios, sus apuestas, ganar más dinero, escalar posiciones. No se detuvieron a pensar mucho en lo espiritual. Esta generación se ha dado cuenta de que hay algo en el ser humano que las cosas materiales no satisfacen. El ser humano es espiritual y tiene necesidades espirituales. La gente sabe que la respuesta para sus necesidades y anhelos más profundos están en el mundo de lo espiritual y lo sobrenatural. La consecuencia de esto es que la gente es empujada a buscar respuestas en una filosofía. - Vivimos en una generación que tiene sed de experiencias El mensaje predominante de los medios publicitarios hoy en día es “Haz lo que te haga sentir bien”. Lo que importa es sentir, experimentar. La gente busca experiencias y sensaciones fuertes para sentir que están vivos. Esto es lo que los lleva a recurrir a técnicas y ejercicios espirituales que les prometen el éxtasis, como el yoga, las experiencias parapsicológicas, contactos con extraterrestres, viajes astrales, contacto con los muertos, etc. - Vivimos en una generación egocéntrica Se nos ha comunicado a través de la televisión, el cine y los medios impresos que el mundo gira a nuestro alrededor. Lo más importante es sentirnos bien, lograr la satisfacción personal a toda costa. Primero yo, después yo. La satisfacción personal tiene prioridad sobre la pareja, la familia, el trabajo, la ética, la moral. Ante cualquier responsabilidad, la primera pregunta es: “¿En qué me beneficia esto a mí? ¿Qué es lo que recibiré yo?” PERO: • La vida espiritual genuina es intimidad con Dios. Solamente estando en comunión con Dios puede haber una vivencia plena, una verdadera espiritualidad. • La vida espiritual es la verdadera vida del hombre. Pero ésta tiene que estar orientada hacia Dios. Cuando vivimos una vida espiritual según lo establecido por Dios, aprendemos a conocerle a Él, quién es Él en realidad, cuales son Sus propósitos y cuál es nuestro lugar dentro de Sus planes. Allí es donde encontraremos el verdadero sentido y significado para nuestras vidas.
Posted on: Fri, 18 Oct 2013 01:01:51 +0000
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