A escasos días de mi cumpleaños más que festejar deseo reflexionar. Y decidí que no debo reflexionar en lo que ha sido mi vida, sino en lo que he hecho, y cómo he reaccionado ante cada situación. Una vez leí que no podemos controlar lo que nos sucede, pero si podemos controlar cómo nos sentimos, la forma en que enfrentamos ciertas situaciones. De mi cumpleaños pasado a este han pasado tantas cosas que no sé explicar cómo es que he sobrevivido a eso con la cabeza en alto y a la vez con tanto optimismo.. Antes deseaba controlar las circunstancias, ¡Error!, al día de hoy estoy aprendiendo a controlar mis reacciones, a ver la vida desde otra perspectiva. Este último año aprendí que el amor más grande, debe ser a la vida. Cuando logré amar realmente la vida, así como es, con todas sus cosas buenas y malas; cuando realmente aprendí a disfrutar cada segundo, como en algún día de niño lo hice; cuando aprendí que podemos cometer errores, pero no por eso nos vamos a culpar toda la vida; cuando aprendí a ver las cosas que me suceden con otra perspectiva; entonces… entonces aprendí a madurar, y en vez de ser duro, aprendía a ser fuerte. Concretamente el último día del 2012, tomé la decisión de cambiar mi forma de vivir y ha sido tal el resultado, que de pronto, como por arte de magia, al cambiar mi actitud cambiaron las circunstancias ¿o así lo percibo?, los buenos pensamientos atraen cosas buenas. Me volví más bondadoso, más alegre, ya dedico más tiempo a mi familia, a mis amigos, a mí mismo. He sido capaz de descubrir que muchas veces buscamos el amor cuando realmente lo tenemos frente a nuestros ojos y también aprendí que no se debe buscar el amor donde realmente no lo hay, no confundir, no idealizar, no cegarnos ante lo evidente, estar más alertas, de mente y corazón más abiertos. No puedo quejarme, este último año Dios me ha bendecido al grado de sentirme abrumado por tanto amor a mi persona. No quiero defraudarlo, como quizás antes lo hice. Pienso que a pesar de los errores cometidos, a pesar de las malas decisiones, de los desaciertos, de las omisiones; no he hecho las cosas tan mal. He tenido logros en mi vida, he tenido éxitos así como fracasos, he tenido caídas y me he levantado, he procurado ser cada día una mejor persona, a veces me he equivocado, otras lo he logrado. Todo se trata de evolucionar. Cuando pienso en cómo era yo hace 5 años, hace 10 años, hace 20, no soy el mismo; y con el simple hecho de no ser el mismo, ya es un gran avance. Pero también es importante ser mejor de lo que era antes, en eso he trabajado; a veces es difícil, a veces podría culpar a las circunstancias por mis logros no alcanzados, por mis fallas. Pero definitivamente las circunstancias siempre estarán ahí, los sucesos, los eventos buenos y malos. Soy yo quien debo sacar provecho, sacar una lección, un aprendizaje, el aprendizaje siempre estará ahí y la mejor forma de aprender es experimentando. Es importante arriesgar, intentar cosas, es importante creer que puedo lograr muchas cosas. Si yo mismo no creo en mi capacidad nadie lo hará, por eso es tan importante la confianza en uno mismo, por eso es tan importante la autoestima, la autovaloración, no es narcisismo, es quererme un poquito más y un poco menos a los demás, a veces debemos darnos también a nosotros mismos al 100% y no sólo darnos a los demás. Sigo trabajando en eso, cuidarme más, darme más tiempo. Es importante tener trabajo, pero también es importante la manera en la que lo desempeño, uno de mis mejores amigos una vez me preguntó ¿trabajas para vivir, o vives para trabajar? Ya no quiero vivir para trabajar, quiero vivir para mi familia, vivir para mí, quiero que mi trabajo sea simplemente una actividad más de mi vida y no toda mi vida. No quiero que al final del camino, me vaya con el corazón vacío y las manos llenas de nada, porque todo lo material se queda aquí, sólo perdura lo espiritual. No quiero llevarme el alma vacía, sin vida. Al final de mi vida, quiero que mi recuerdo perdure en el corazón de las personas que amo, quiero que mi recuerdo arranque sonrisas y no caras amargas de disgusto, quiero construir un mejor presente para quizá tener un mejor futuro, para eso tengo que empezar a vivir como jamás lo he hecho, y espero y confío en que no es demasiado tarde, para que mis próximos 46 años o los que Dios me dé, los viva realmente, los disfrute con todo lo bueno y lo malo, los viva como si cada día fuera el último día de mi vida. Sé que me seguiré equivocando, pero también seguiré aprendiendo de los errores, ya no quiero arrepentirme por lo no realizado, ni por lo realizado, simplemente vivir, sin arrepentimientos, pensar las cosas, pero no demasiado, vivir la vida, pero no a lo tonto. Crear, imaginar, actuar, hacer. Aprender a hablar cuando es necesario y aprender a callar cuando es pertinente. He comprobado, que no podemos esperar a que cambien las circunstancias, si seguimos haciendo las mismas cosas. Es necesario un cambio interior, no bastan los cambios superficiales o temporales. Pero ante todo, ese cambio se tiene que dar con pleno convencimiento. Yo cambié desde hace poco menos de un año, cambiaron las circunstancias o tomé de las que había lo mejor, quiero seguir mejorando, quiero seguir sintiéndome feliz por lo que tengo, no sufriendo por lo que no tengo, sin embargo seguir creciendo y superándome para alcanzar lo que esté en mis manos alcanzar… ni más, ni menos, todo acorde a mis posibilidades, aunque siempre dando mi mayor esfuerzo. No hay recompensa sin trabajo, eso me queda claro, no hay premio sin esfuerzo y no hay mejor ayuda, que la que podemos darnos a nosotros mismos, amándonos, procurándonos lo bueno para nuestro cuerpo, para nuestra mente, para nuestras emociones y para nuestro espíritu. Y finalmente, concluyo con esa idea que alguna vez escuché ya hace tiempo… “cerrar ciclos”, creo yo en este último año cerré varios ciclos, faltan otros tantos, leí que es importante, antes de tu cumpleaños, cerrar ciclos, también leí que poco antes de nuestro cumpleaños y poco después, suceden cosas extremas, raras, difíciles, todo es con la finalidad de acomodar las cosas, para un nuevo ciclo. No sé si estoy listo para los cambios que se avecinan, quiero pensar que todo lo vivido hasta ahora me ha preparado para esos cambios, tengo que aceptar que habrá cambios, todo es una evolución. De lo que sí estoy seguro, es que estoy con un mejor ánimo y entusiasmo, con una mejor visión de las cosas, para afrontar de forma más madura y con mayor fortaleza, aquellos cambios. Que si son malos, sepa superarlos y enfrentarlos como es debido, y si son buenos, no me roben la paz, la calma, ni la sencillez de espíritu, no me deshumanicen, más por el contrario, sirvan de apoyo en mi crecimiento espiritual, emocional, mental y físico. Gracias Dios por este año que me permites concluir y gracias por permitirme iniciar un nuevo año de vida. Rafael Avendaño Gonzales
Posted on: Tue, 24 Sep 2013 16:54:59 +0000