A mis amigas y amigos les obsequio un cuarto y último adelanto de - TopicsExpress



          

A mis amigas y amigos les obsequio un cuarto y último adelanto de mi libro "LA POLEO: VIDA, CORAZÓN Y FE EN TEMUCO", con otra de las primeras LEYENDAS DEL COPIHUE que dice: Leyenda D: Cuenta que en medio de la selva y al occidente del río Cautín, en lo que hoy se conoce como el barrio Pedro de Valdivia de Temuco, vivía una hermosa doncella mapuche que siempre se le veía solitaria y triste. Su padre la colmaba de regalos y cuidados especiales, pero aún así no conseguía verla feliz. Valientes y valerosos guerreros mapuches llegaban donde el más poderoso de los caciques del sur, a solicitar la mano de su hija; pero ella, después de irradiarles con sus ojos de volcán, daba a entender que sinceramente no había espacio en su corazón para ninguno de los tantos que anhelaban desposarla. Y una noche de luna, la doncella salió a caminar. Su tristeza se hacia notar por los suspiros que salían de su alma como una confesión al viento de los valles. Tras uno de ellos, quizás el más profundo y doliente, oyó una voz que le dijo como desde el fondo de una quebrada: -¡Qué hermosa eres, princesa de las montañas!- La joven se inclinó para ver quién le hablaba y descubrió que muy cerca de ella, entre unos matorrales, había un joven más o menos de su edad. -¿Quién eres?- inquirió la doncella -¡Soy uno de tu pueblo que te ama!- le respondió el joven -¿Uno de mi pueblo?- -¿Y cómo te atreves a declararme tu amor a escondidas de mi padre?- -¡Calla y vete de aquí en este mismo instante, si no quieres que te denuncie a mi padre, el cacique más poderoso de todas las tierras!- La doncella estaba tan contrariada que, en su enérgica gesticulación de rechazo al joven, se le desprendieron sus aros y éstos se perdieron entre la hierba y la noche. El joven mapuche, que todo lo había visto y oído, avergonzado por lo que recibió como enérgica respuesta de la doncella, esperó que ella continuara su paseo y luego, cogió sus hermosos aretes y los enterró bajo un frondoso canelo. Unos días después volvió a ese mismo lugar y vio, sobre la hierba donde había enterrado los pendientes, unas hojas en forma de corazón que caían de una enredadera. En sus tallos, dos pequeñas florcitas, una blanca y otra roja. Eran dos hermosos copihues. Mientras contemplaba ese prodigio de la tierra, el agua y el sol, oyó una voz muy suave que le dijo: -¿Me perdonas las crueles palabras que te dije aquella noche de luna?- Ay, la mismísima doncella estaba frente a él y le había hablado. Pero además le agregó: -¡Desde entonces, no he tenido un instante de paz y aquí he llorado por ti. Perdóname!- El joven mapuche, ya conmovido por el milagro de encontrar dos bellísimas flores sobre la hierba donde había enterrado los pendientes de la doncella y ahora encontrarse frente a ella, no pudo contenerse y simplemente se postró a sus pies y la besó tiernamente. La doncella reaccionó, como la princesa que era y lo llevó ante su padre, a quien le dijo: -¡Padre, ahora soy feliz. He encontrado un esposo digno de mí y un hijo digno para ti!- -¡Bendícenos padre, te lo ruego!- La boda se hizo. La novia estuvo delicadamente adornada y por corona nupcial, llevó dos hermosos copihues, símbolos de nobleza de la milenaria raza del hombre de la tierra.
Posted on: Sun, 04 Aug 2013 19:42:40 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015