AHI LES VA ESTO MIS QUERIDOS EMPALMENSES QUE CONVIVEN CONMIGO POR - TopicsExpress



          

AHI LES VA ESTO MIS QUERIDOS EMPALMENSES QUE CONVIVEN CONMIGO POR ESTE MEDIO. TAMBIÉN, POR SUPUESTO, INCLUYO A AQUELLOS QUE, AUNQUE NO SEAN EMPALMENSES, LES GUSTA LA HISTORIA. MEMORIAS En diciembre de 1963 realicé mi examen profesional para obtener el título de maestra de educación elemental. Por aquellos años la escasez de maestros de educación primaria era muy acentuada y por eso mismo para estudiar la normal no se necesitaba cursar preparatoria. Sin embargo, era tal la escasez de maestros, que a toda aquella persona egresada de secundaria, si estaba interesada en dedicarse a la enseñanza, se le concedía nombramiento de maestro. Así fue como a mis escasos 16 años me inicié en la carrera magisterial. Afortunadamente se creó el Instituto Federal de Capacitación del Magisterio, que permitía a los maestros estudiar la normal en cursos de verano, y así fue como logré obtener mi título. Como los que estudiamos en el IFCM ya éramos maestros efectivos, el documento para realizar el examen profesional se llamaba Memoria y en él se daba cuenta de las actividades realizadas durante los tres años que comprendía la carrera. En la memoria se daba cuenta de todos los campos que abarcaba la práctica docente, resumidos en cuatro aspectos que eran: Aspecto administrativo, Aspecto Técnico Docente, Aspecto Material y Aspecto Social. Además de estos aspectos la Memoria debía contener un apéndice en el cual se anexaban todos los documentos, fotografías y gráficas comprobatorias de las actividades realizadas y una monografía del lugar donde se realizó la práctica docente. La monografía era un documento que el mismo municipio nos proporcionó y, como a mi me pareció muy impersonal, se me ocurrió agregarle un apartado histórico narrado por una persona fundadora del lugar en cuestión. El lugar era Empalme, mi pueblo natal, y el narrador era mi padre Don Chabelo Galindo. Anexé la narración tal y cual mi padre me la escribió, sin cambiarle ni un punto o una coma y ¿Qué creen? Ese anexo impactó al jurado que me concedió mi aprobación por unanimidad y con una mención especial por ese punto de mi memoria. El presidente del jurado me preguntó que como había obtenido esa información histórica y yo, llena de orgullo, informé que fue mi propio padre quien me la proporcionó. Los asistentes al evento no pudieron reprimirse y brindaron un entusiasta aplauso al autor de tan digno documento. Hoy, a casi cincuenta años de distancia, me complace transcribir el documento en mención tal y como mi querido y admirado padre lo escribió. RESEÑA HISTÓRICA DE LA CIUDAD DE EMPALME POR DON JOSÉ ISABEL GALINDO SILVA La población de Empalme fue fundada en septiembre de 1905, cuando se establecieron los talleres del hoy Ferrocarril del Pacífico S. A. de C. V. (que anteriormente se encontraban localizados en Guaymas, Sonora) siendo distribuidos por ingenieros norteamericanos. A mediados de 1905, una compañía norteamericana, a la cual el gobierno mexicano le otorgó la concesión para la construcción de un nuevo ferrocarril, comenzó el tendido de la vía que hoy en día llega hasta la ciudad de Guadalajara, Jalisco, partiendo la “punta de fierro” (término ferrocarrilero) del kilómetro #9 de la línea del Ferrocarril de Sonora, que atravesaba el estado desde Guaymas hasta Nogales, Sonora. El proyecto inicial era el de entrar por el Rio Yaqui y seguir hacia el norte por la serranía, pasando por Tónichi hasta llegar a Cananea, por lo que se le denominó Ferrocarril del Yaqui, Cananea y Pacífico, pero como algún tiempo después ésta y la otra concesionaria se fusionaron, surgió una sola. Ésta, que por largos años explotó el negocio, fue conocida con el nombre de Ferrocarril Sud Pacífico de México. Frente al kilómetro #9 se instalaron numerosas carpas que servían de habitación en forma provisional a los trabajadores; pero con el engrandecimiento del negocio, la compañía tuvo la necesidad de construir unos talleres amplios y modernos. Mas no siendo posible hacerlos en el lugar donde ya se encontraban los antiguos talleres (un barrio de Guaymas llamado Punta de Arena) por ser un espacio muy reducido, la compañía compró una gran extensión de terreno precisamente donde hoy se encuentra la ciudad de Empalme. Cabe aclarar aquí que las tierras estaban enmontadas en gran parte, apenas donde actualmente se encuentra la populosa colonia Ortiz Rubio había un terreno sembrado llamado El Guacapori y que era propiedad de una familia indígena que era conocida con el nombre de Los guapos. Todo esto trajo como consecuencia que al sur de la construcción de los talleres comenzaran los trabajadores a instalarse en sus casitas, las más hechas de durmientes o de petates, pero las cuales imprimían al terreno la fisonomía de un pequeño pueblo, con sus barrios bien definidos. Uno de ellos, quizá el más importante, estaba situado frente a la vía principal y le llamaban “La Ponzoña”, a otro le llamaban “Rincón del Burro” y a otro, el más retirado que quedaba para el lado del mar cerca de los paredones colorados, lo denominaban Colima porque la mayor parte de sus residentes eran del estado de este nombre, a quienes la compañía trajo en enganche debido a la escasez de trabajadores en la región. Siendo ya algunos centenares de trabajadores con su escuelita y también con su cárcel, toda una construcción de durmientes a la que nombraban “la panocha”, a esta población aún la seguían llamando en la documentación de la empresa (y toda la gente) “el kilómetro #9, por haberse iniciado la construcción desde ese kilómetro y por ser la distancia en kilómetros que hay de ella a Guaymas. Hubo una persona que sugirió que se le pusiera por nombre Empalme de Guaymas, se dice que esa persona fue el señor Jesús Oros, más bien conocido como Chacho Oros, quien fuera pagador del ferrocarril por muchos años y actualmente, ya jubilado, vive en Guaymas. En realidad la población era toda una dependencia de Guaymas, pues todos los asuntos concernientes a Empalme, hablando en sentido político, eran tratados y resueltos por el Ayuntamiento de Guaymas, comenzando por el nombramiento de las autoridades, cuya máxima representación era un comisario. El primer comisario que fue nombrado fue el señor Jesús Valencia, quien a la vez fungía como maestro acompañado de su esposa doña Rebeca de Valencia. Una vez terminados los talleres generales de la empresa y las casas para sus trabajadores en número suficiente, el pueblo tomó un hermoso aspecto pues las casas eran bastante presentables, todas ellas de madera y de tipo americano, las calles bien trazadas, amplias y bordeadas por frondosos árboles llamados comúnmente yucatecos, por haber sido aclimatados en el estado de Yucatán, pero cuyo verdadero nombre es laurel de la India. En la actualidad la ciudad es admirada por todas las personas que la visitan, por las características que anteriormente menciono. Al ser trasladados los talleres generales a Empalme, los antiguos talleres existentes en Punta de Arena de Guaymas fueron desmantelados y los trabajadores se constituyeron en residentes del primitivo Empalme. Como un dato curioso, diré que fueron estos últimos quienes dieron en llamarlo “Pueblo Nuevo” a lo que ahora puede llamarse el antiguo Empalme, que en aquel entonces fue un pueblo netamente obrero ya que sus habitantes eran trabajadores del ferrocarril en su totalidad, ya que esta era la única industria que existía y lógicamente el sostén del pueblo. Es de justicia reconocer que Empalme fue fundado por una compañía ferrocarrilera norteamericana. Como datos complementarios podemos agregar que después de más de cincuenta años que esta ciudad tiene de vida, el progreso en todos los aspectos ha sido muy notable si lo comparamos con otras ciudades del estado a las cuales ha sobrepasado, no obstante ser más antiguas. Una de las causas principales de este progreso es que los ciudadanos empalmenses lucharon tesoneramente por obtener la independencia política de acuerdo con las leyes de nuestra entidad actualmente en vigor. El primer punto a favor de Empalme fue en 1918, año en que se logró que por primera vez hubiera elecciones para comisario de policía, resultando triunfador el señor José María Valdez, trabajador de talleres. No obstante este hecho, Empalme siguió siendo una comisaría de Guaymas, pero se siguió luchando para que esta pequeña ciudad fuera elevada a la categoría de municipio, ya que sobrepasaba el número de habitantes que para el caso se requiere. Otra vez fue oída la justa demanda y Empalme se convirtió en municipio siendo el primer presidente municipal el trabajador ferrocarrilero C. Enrique Romero de la rama de oficinistas, quien desde su puesto, en acción conjunta con el H. Ayuntamiento, siguió pugnando ante las autoridades superiores para que Empalme fuera dotado del tan necesario fundo legal, ya que todo el terreno que ocupaba la ciudad era propiedad de la empresa ferrocarrilera. Dicho fundo legal fue concedido después de que el gobierno nacionalizó los ferrocarriles, pues esto trajo implícito que el presidente de la república, Lic. Adolfo López Mateos, se lo concediera mediante decreto fechado en junio de 1962. Le tocó en suerte al Sr. Rogelio Rodríguez Torres, actual presidente municipal de Empalme, recibirlo en una sencilla ceremonia. Con la culminación de este gran acontecimiento, la ciudad de Empalme está llamada a ser con el tiempo una de las principales del estado ya que tiene suficiente espacio para extenderse y ser ocupado por grandes fábricas. Con este objeto ya están señaladas zonas: industrial, comercial y turística. Para que se tenga una idea del rápido crecimiento de la población empálmense, diré que al principio era de 800 a 900 habitantes; en el año de 1940 en la ciudad 5 200 y en el municipio 6 450. En 1950, en la población había 14 800 y en el municipio 15 350. En el último censo levantado, que fue en 1960, en el cual tomé parte activa, los datos arrojaron un total de 18 782 en la ciudad y 2 120 en el municipio. Esto sin contar la población flotante que son los aspirantes a braceros.
Posted on: Thu, 04 Jul 2013 16:04:19 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015