ALLENDE fue acribillado y rematado Por Francisco - TopicsExpress



          

ALLENDE fue acribillado y rematado Por Francisco Marín- Valparaíso. El presidente Salvador Allende fue rematado con un disparo en la frente. Es lo que concluye el Informe Pericial Químico Nº 261 (del 27 mayo 2011), elaborado por el perito químico Leonel Liberona Tobar. En el ítem Conclusiones afirma textualmente “En la muestra Nº 3 (situada en la frente), se constató la presencia de plomo, bario y antimonio, cuyas concentraciones son compatibles con un orificio de entrada de proyectil balístico generado a corta distancia” Este disparo de entrada de proyectil en la frente se alinea perfectamente con el “orificio de entrada de proyectil balístico generado a corta distancia”. Este disparo de entrada de proyectil en la frente en la frente se alinea perfectamente con el “orificio redondeado de salida de proyectil tallado a bisel externo” con el que quedó el cráneo de Allende tras el asalto a la Moneda, según consta en el informe de la autopsia Nº 2449/73. Esta fue realizada la noche del 11 de septiembre de 1973 en el Hospital Militar por el médico legista Tomás Tobar y el ginecólogo José Luis Vásquez. Esta diligencia –como pudimos constatar en nuestra investigación- fue vigilada por militares armados encabezados por el teniente Manuel Vásquez Nanjarí, quién así lo reconoció en el “caso Allende” (foja 1.101 y siguientes). El informe de la autopsia de 1973 sólo pudo conocerse el año 2000. Venía anexado al libro “La Conjura. Los mil y un días del Golpe”, de la periodista Mónica González. Sobre la base de dicho informe el médico legista Luis Ravanal preparó un metanálisis forense que fue publicado el 8 de septiembre de 2008 en El Periodista. El doctor Ravanal planteó que el disparo von fusil necesariamente tuvo que haberse realizado después del disparo con arma corta “puesto que, de lo contrario, este no habría dejado orificio de salida”. En Enero 2011 se abrió el proceso Rol 77-2011, “Caso Allende”. Esto ocurría tras una querella presentada por la fiscal de la Corte de Apelaciones Beatriz Pedrals. Para discernir si correspondía en este caso correspondía que se hiciera una nueva autopsia, el ministro instructor de la causa Mario Carroza pidió una opinión al Servicio Médico Legal (SML). Estos designaron al tanatólogo Germán Tapia Coppa para que analizase tan importante materia. El 4 de abril de 2011, este legista emanó un informe forense en el que recomendó la exhumación de los restos de Allende. Dio argumentos similares a los planteados por el perito Ravanal en 2008: “si en un cadáver se reconoce estallido de cráneo al mismo tiempo que en uno de los fragmentos de la bóveda se evidencia un orificio de salida de proyectil (…) se debe mencionar que dicho orificio de salida se produce en un momento anterior al estallido de la cavidad. Esto es debido a que se requiere la integridad de la cavidad craneana para que un proyectil pueda generar una lesión característica de orificio de salida”. Tras este informe del SML., Carroza ordenó realizar una nueva exhumación la que se verificó el 23 mayo 2011. En esta necropsia no se encontró el segmento de la parte posterior del cráneo en el que estaba contenido el citado orificio de bala. De hecho casi la mitad de los huesos del cráneo no estaban (Ver recuadro) Como consecuencia de esto, los peritos convocados por el juez Carroza y el SML, no pudieron saber la trayectoria de las balas y ni siquiera establecer la cantidad de éstas que impactaron el cráneo de Allende. El perito balístico David Prior lo reconoce de esta manera en su informe oficial: “Si hubo o no un segundo proyectil, ocurrió durante el mismo disparo, siguió con una diferencia de milisegundos una trayectoria similar pero no es posible confirmar o descartar esta posibilidad mediante un examen morfológico del material óseo conservado u otras tácticas de exploración actualmente disponibles”. Prior tampoco pudo establecer el punto de entrada ni de salida de la bala, ni la trayectoria de la misma. El forense Ravanal afirma a este respecto: “Si uno aplica el sentido común, y considera que los peritos del SML, no encontraron orificio de salida; no contaron con gran parte de los huesos del cráneo, especialmente la base del cráneo por donde penetró la bala, uno no puede dejar de preguntar: ¿Cómo pueden haber determinado si hubo más de un proyectil y cómo pudieron haber excluido la existencia de lesiones asociadas a proyectiles de bajo calibre como ese fragmento redondeado que no hallaron?” A pesar de la carencia de pruebas, el 13 de septiembre de 2013 el ministro Carroza determinó el cierre de la causa: “los hechos que significaron la muerte del presidente Salvador Allende Gossens provienen de un acto deliberado en el que, voluntariamente éste se quita la vida y no hay intervención de terceros, ya sea para su cometido como para su auxilio. De esta manera se ratificaba la veracidad de la historia oficial construída por los militares golpistas desde el mismo 11 de septiembre de 1973 en La Moneda. El 24 junio de 2013 la segunda sala de la Corte de Apelaciones de Santiago ratificó lo obrado por Carroza. Ahora resta como último recurso para evitar el cierre definitivo de esta causa, que la Corte Suprema se pronuncie respecto de un recurso de casación presentado en julio por los abogados de la parte querellante, Matías Coll y Roberto Celedón, que representan a la Asociación Nacional de Ex Prisioneros Políticos. OCULTAMIENTO DE PRUEBA En la autopsia de 2011, los miembros de una comisión internacional de expertos convocados por el SML para determinar las causas de la muerte de Allende, no se pronunciaron respecto de la evidencia que daba cuenta de la existencia de un disparo hecho con arma corta. El doctor Ravanal señala a este respecto en el libro “Yo no me rendiré” que la comisión especial de expertos designada para este caso “se limitó exclusivamente a realizar análisis segmentarios de los aspectos que en sus respectivas áreas les competía: Acta de Exhumación, Informe Odontológico, Informe Antropológico, Informe de Evidencia Asociada (prendas de vestir), Informe Balístico, Informe Entomológico e Informe Genético”, pero que “absolutamente en ninguno de ellos se menciona o aborda el análisis causal relativo al ‘segmento de orificio redondeado tallado a bisel externo de aproximadamente 2 a 3 cm (descrito en la autopsia de 1973)” La muestra Nº 3 solo se menciona como una nota a pie de página como si se tratase de un aspecto sin importancia en la investigación. Menos transparente aún fue lo realizado por el SML luego que el perito Liberona Tobar diera cuenta de la existencia de residuos de pólvora que se explicarían por un disparo hecho a corta distancia con arma de bajo calibre. Después de conocer dicho informe químico, el SML –que es dirigido por el médico sin especialidad forense Patricio Bustos- citó a una reunión al perito Liberona Tobar que se concretó el 11 de julio 2011 y que contó con la participación del juez Carroza. Este encuentro fue reseñado por Liberona en el Informe Pericial Químico Nº 380/2011, del 26 de julio. En el punto 1 se sostiene “Considerando los antecedentes obtenidos en la reunión el día 15 Julio 2011 en dependencias del SML, de Santiago, donde se aclaró que la muestra Nº 3, fue levantada de la cara interna, zona inferior del sector izquierdo del hueso frontal orbital del occiso. Los resultados de las concentraciones de antimonio, bario y plomo señalados en el Informe Pericial Químico de fecha 27 mayo 2011, son atribuibles a trayectori o impacto fr proyectil balístico”. En relación con esto, el forense Luis Ravanal expresó que se “puede apreciar claramente que tras la reunión de aclaración llevada a cabo en el SML, el perito químico modificó su conclusión original, sustituyéndola por otra del todo inespecífica y ambigua. Claramente en este segundo informe, ya no se trataba de un ‘orificio de entrada de proyectil balístico generado de corta distancia’ modificación que evidentemente satisfizo a más de alguien”. El doctor Ravanal cuestiona que se le haya tenido qué aclarar a Liberona el lugar específico de dónde provenía la muestra Nº 3 en circunstancias que fue el mismo quien la recolectó como detalló en su primer informe (Nº 261 2011) De todos modos, esta modificación no logra ocultar que en la frente de Allende se encontraron residuos en cantidades que sugieren –o establecen- la existencia de un disparo hecho a corta distancia. PALACIOS LO REMATO La descripción del disparo de bala presente en la frente es concordante con el testimonio brindado a este corresponsal –el 16 de agosto de 2013 vía videoconferencia- por el chileno residente en Milán Julio Araya Toro y que aparece contenido en la investigación histórica y forense que forman parte del libro “Allende. Yo no me rendiré”. Supimos de él revisando el expediente de la causa. A fojas 644, aparece una misiva enviada por él –en febrero de 2011- al ministro Carroza. Allí propuso transmitirle una confesión que el general Palacios le habría hecho a su padre y que dice relación con la forma en que realmente murió Allende. Carroza no le contestó. Nosotros sí nos contactamos. Araya Toro (46 años) cuenta que su progenitor fue amigo desde la niñez con el general Palacios. Ambos vivían en el mismo sector residencial del antiguo centro de Santiago donde residían las familias aristocráticas de principios del siglo XX. Ambos estudiaron en los Padres Franceses, asistían a la misma iglesia y jugaban en el mismo lugar: el Parque Cousiño. “Ya mayores tomaron diferentes caminos. Mi padre siguió la vida civil y el general Palacios ingresó a la Escuela militar en 1941, pero continuaron frecuentándose a través de toda la vida”. Luego de esta contextualización, Araya Toro entró en el quid del asunto: “Esta historia me la contó mi padre muchos años después del golpe, cuando nos encontramos con el general Palacios en febrero de 1992- en el centro de Viña del Mar. En ese momento mi padre, al verlo caminando hacia él, le grita -¡Javier!- A su vez, Palacios le contragrita -¡Jorge!- Pero, antes de abrazarse, mi padre se dirige a mí y me dice: “Te presento al general que asesinó al presidente Salvador Allende”. Palacios se desfiguró y le respondió: “no digas esas cosas porque la gente puede creer cualquier cosa”. Se saludaron, se abrazaron, conversaron diez minutos y después se despidieron. Entonces, mi padre me dijo: “te voy a contar la historia de lo que pasó el 11 de septiembre y cómo Palacios asesinó al presidente Allende y se tomó La Moneda”. Palacios se lo confesó durante una visita que hizo a la casa de Araya Gómez en la santiaguina comuna de Maipú, en marzo de 1974. “Llegó acompañado de una patrulla militar y vestido en tenida de guerra. Yo tenía siete años pero lo recuerdo perfectamente. Hablaron de sus familias y cosas triviales. Posteriormente, mi padre le hace notar su consternación por lo ocurrido durante los meses anteriores, a lo que Palacios respondió: “te tienes que sentir orgulloso de que un amigo tuyo pasará a la historia”. “Mi padre le pregunta del por que de esta aseveración. El General comenzó a hablar: su misión era rodear con tanques y tomarse La Moneda por tierra, ya que comandaba el regimiento Blindado Nº 2 (el mismo del tanquetazo de Junio 1973). Ingresó por la puerta de Morandé 80 con soldados de infantería en el mismo instante en que bajaban las escalas las personas que estaban con Allende y a las cuales éste les había pedido que salieran. Los militares comenzaron a tirar a la gente hacia abajo por las escalas mientras ellos subían. El ambiente era un infierno ya que La Moneda ardía por el bombardeo y no se podía respirar por los gases lacrimógenos. En el segundo piso, Palacios fue recibido con ráfagas de metralletas de Allende y algunos de sus hombres que estaban en el salón Rojo. En ese momento, Palacios grita a los miembros del GAP (escolta de Allende) que se rindieran y fue Allende que respondió gritando: “soy el presidente de Chile y si te crees muy valiente ven a buscarme conchetumaire!” Inmediatamente los GAP y Allende comienzan a disparar y una bala de Allende hiere en la mano derecha a Palacios. “Los hombres de Palacios, al ver a su general herido, avanzan disparando contra los miembros del GAP y éstos van cayendo por las balas de los militares, mientras Palacios es asistido por Armando Fernández Larios, que le pasó su pañuelo para detener la sangre de la mano herida. Entretanto, seguía la balacera más adentro ya que los GAP iban replegándose. Dos militares que iban disparando hirieron en el estómago o el pecho a un civil que portaba una metralleta, un casco y una máscara antigases; el civil se plegó y cayó al suelo. A Palacios (…) le llamó la atención este civil. Se fijó que portaba un reloj fino. Al sacarle la máscara antigases y el casco reconoce al presidente Allende. En ese momento saca su pistola de ordenanza y dispara a quemarropa en su cabeza. “Eran las 14.00 hrs. Palacios con sus hombres trasladan el cuerpo del presidente Allende al salón Independencia. Comienzan entonces a preparar el montaje para decir que el presidente Allende dr había suicidado” TESTIMONIO CONCORDANTE Aunque no es posible garantizar la veracidad de este testimonio, es preciso subrayar qué es coherente con la evidencia histórica y forense existente. Según el perito Ravanal “en este relato pudimos encontrar numerosos elementos que son concordantes con los resultados autópsicos: mayores concentraciones de residuos de pólvora en la zona frontal y órbita izquierda. Un orificio redondeado de salida de proyectil tallado a bisel externo en la parte posterior de la bóveda craneana, que se alinea perfectamente con una lesión en la zona frontal”. Esta historia continuará…
Posted on: Tue, 22 Oct 2013 00:06:06 +0000

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