APÉNDICE Idea del santo temor de Dios que debe de procurar el alma devota Yo te suplico, querida hija, por el honor de Dios, que no temas a Dios, porque a nadie quiere hacer mal alguno; ámale, ámale mucho porque quiere hacer mucho bien". Así San Francisco de Sales a un alma devota (cartas espirituales P.2). Si estas palabras no fuesen de un santo, a muchísimos podrían escandalizar y en particular a las almas devotas. ¿Con que San Francisco de Sales, dirían, desaprueba el temor de Dios, aquel temor que es el principio de la sabiduría, que es un don del Espíritu Santo? ¿Y puede ser santo quien a un alma devota suplica y ruega que no tema a Dios? Pues sin embargo, estas palabras son dignas de un santo, y de un santo tan célebre en la ciencia espiritual como lo es San Francisco de Sales, y me habéis de permitir que os las recomiende encarecidamente. Pero no creáis que San Francisco de Sales desapruebe el temor de Dios, aquel temor de Dios, que es el principio de la sabiduría, que es un don del Espíritu Santo; lo que desaprueba es aquel temor que nace de desconfianza, que produce inquietud y en vez de honrar a Dios le deshonra, por tanto le ruega que no tema a Dios por el honor de Dios. Y este temor que nace de desconfianza y produce inquietud y no honra al Señor, es el que yo quisiera alejar de vos, oh alma devota, porque ningún bien os haría y podría haceros mucho mal. El santo temor de Dios es el fundamento y la base de la perfección cristiana, por lo cual es sumamente necesario aun a las almas más devotas y más santas, condenándose con sobrada justicia a aquellos falsos místicos que enseñan que el temor de Dios se opone a la perfección de la caridad, esto es, del amor de Dios; y por tanto yo deseo que el temor de Dios os acompañe siempre, para que por su medio os preservéis siempre del pecado. Pero por otra parte es preciso que tengáis una exacta idea de este santo temor; si la tenéis cual debe ser, contribuirá mucho a vuestro adelantamiento en la perfección cristiana; si os lo pintáis caprichosamente, en vez de aprovecharos, os hará pusilánime, desconfiada, temblorosa, y os quitará la paz del corazón. Observad, pues, cómo os lo pinto, que de él me proponga daros una verdadera idea. Del libro EL ALIENTO DEL ALMA DEVOTA del Venerable Padre José Frassinetti
Posted on: Tue, 09 Jul 2013 10:26:23 +0000
Trending Topics
Recently Viewed Topics
© 2015