ARTE: MÚSICA - EXPERIENCIA EN TRANSMILENIO Reacciones de pasajeros fueron positivas. Un bebé dejó de llorar y los jóvenes apagaron sus iPods. Los integrantes, que son de la Javeriana, se subieron a un bus, cantaron y se bajaron. El panorama en el articulado L 18 era el de siempre: jóvenes con audífonos, señoras de la tercera edad en las sillas azules, bebés llorando y hombres de corbata en plena siesta. El Coro de Cámara de la Pontificia Universidad Javeriana, integrado por 35 personas, y un grupo de colaboradores de la Fundación Despacio irrumpió en el bus ese 15 de abril inolvidable. Primero se hicieron pasar por anónimos pasajeros, pero en la estación de la calle 39 con Caracas (se habían subido en la 45) empezaron a cantar. El joven de los audífonos apagó su iPod, la señora de la tercera edad le preguntó a su vecino de puesto qué pasaba, el bebé dejó de llorar y los hombres de corbata se despertaron. La ruta L 18 con rumbo al portal del 20 de Julio se convirtió entonces en una improvisada sala de conciertos en la que se escuchaba con potencia la obra Despedida del bosque, del compositor alemán Felix Mendelssohn. Las voces de los jóvenes acompañaron a los pasajeros durante cuatro viajes, de la estación de la 45 a la de la Primero de Mayo con carrera 10a. y viceversa. El episodio de ese día no fue fruto del azar. Mónica Pardo, quien estuvo presente, cuenta que se trató de un flash mob, acción organizada en la que un grupo de personas se reúnen de repente en un lugar público, realizan algo inusual y luego se dispersan rápidamente. “Nos demoramos nueve meses en prepararlo porque el primer coro que escogimos se arrepintió días antes y el segundo nos cobró. Llamé a Alejandro Zuleta, director del coro de la Javeriana, y ellos nos ayudaron de una”, recuerda Mónica, actriz y productora de Despacio, organizadora del acto. Para que el flash mob funcionara, Mónica y su equipo calcularon los tiempos de desplazamiento de las rutas de TransMilenio y decidieron que la L 18 y la B 18 eran las mejores para su propósito, pues desde la calle 45 hasta la estación de la Primero de Mayo, ida y regreso, solo paran tres veces. “Eso nos permitía que el bus no se llenara tanto ”, contó Mónica. La experiencia fue registrada en tres cámaras de video HD. Con las imágenes y el sonido ambiente que capturó el equipo de Despacio, se editó un video que recoge los rostros de sorpresa de los pasajeros y de los integrantes del coro, que cantaron desde una silla o de pie como si estuvieran en un importante auditorio. El video –que ya supera las 200.000 visitas en Youtube– empieza con una frase que recuerda que los modos de transporte “generan en los viajeros una angustia permanente”. Para Mónica, lo más difícil fue la reacción de la gente. “Nos daba miedo que se fueran a poner bravos”, dice. Sin embargo, ella fue la primera sorprendida cuando empezó a ver que los ciudadanos lo tomaban positivamente. “Me conmovió mucho un señor que comenzó a llorar”, cuenta y agrega que el video tuvo la dirección de Claudio Olivares y la producción de bicivilizate. Además del buen recibo en Internet, Enrique Peñalosa, cerebro de TransMilenio durante su alcaldía, felicitó la iniciativa en su cuenta de Twitter, al igual que el político David Luna. “Queremos seguir con estas expresiones espontáneas. De pronto ponemos un piano en la mitad de una oficina”, dice Mónica. FABIÁN FORERO BARÓN Redactor de EL TIEMPO youtu.be/VeUiKij5xIg
Posted on: Tue, 15 Oct 2013 14:59:47 +0000
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