Ahora sí llego!! XDDDD Capítulo 13 Sólo faltaban 3 horas para - TopicsExpress



          

Ahora sí llego!! XDDDD Capítulo 13 Sólo faltaban 3 horas para que el grupo de Morslo pudiera llegar a su destino, el sol parecía no querer mostrar su luz y las inclemencias del clima hacían su parte por retrasar lo más que se podía su llegada, lejos se podía ver por el horizonte su oscura y malvada silueta, a cada paso que daban destruían todo, inclusive los árboles más fuertes caían dando retumbos sordos. En Marsch no había nadie que durmiera, esperando lo peor… o lo mejor. Ernesto Frandres desesperado salía a vigilar una de las torres y el pánico se apoderó de su ser. Los miles de arqueros listos con sus ballestas, arcos y cañones listos para la cruenta batalla que se les aproximaba. Dentro el pelotón enorme de soldados armados con lo que fuera también compartían la misma tensión. Por el enorme agradecimiento hacia sus cautivos héroes no irían a mostrar debilidad, estaban dispuestos a morir por honor. Por suerte las demás Armadas Élficas habían llegado de los demás países para ayudar, aún sabiendo lo imposible que sería su victoria si no se destruía la maldita Orbe. De vuelta en el palacio de Arbrenza el malvado rey se mofaba observando en su pantalla el progreso de su pelotón. Afuera los demás Chrobits se preparaban para invadir nuevamente Slond. No había mucho que Arima podía hacer protegido en un campo de energía creado por Slancer y Dimbo, con impotencia contemplaba las demás cápsulas, sus hijos permanecían con la misma expresión de siempre. --- ¿En verdad no hay nada que ustedes puedan hacer? ¿Para qué rayos han venido entonces? --- Porque aún hay esperanzas. La solución siempre está a la vista, sólo que a veces son incapaces de verla. Con pasos gruesos y lentos Morslo se acercó, su sonrisa de oreja a oreja era realmente impactante y más cuando se acercó a la cápsula de la chica. --- Debo admitirlo, alteza… ¡Es toda una belleza, contémplela! Puedo hacer con ella lo que se me plazca dentro de su mente, ¡¿No es fantástico?! Antes que pudiera siquiera tocarla un trozo de metal dio con su mano, el golpe fue tal que regresó a su forma normal de Chrobit. --- ¡¡Mi hija no puede ser tocada por monstruos como tú!! Con furia agarró el trozo intentando lanzárselo de regreso pero fue esquivado, Arima se atrevió a pelear con un tubo de hierro, el más grueso que encontró logrando darle unos cuantos golpes y cortarle una zarpa. Sin embargo unos cables provenientes de su cuerpo lo inmovilizaron, sus garras se transformaron en sierras metálicas que giraban velozmente, Slancer y Dimbo lograron rescatarlo antes que fuese destajado. --- ¡No debieron rescatarlo, escorias! Están en una situación sin salida. Aquí yo soy el soberano donde manejo las mentes de todos mediante esta máquina invencible, ¡y qué mejor que controlar sus miedos más internos, para hacerlos sufrir! Empecemos con la chica, ¿de acuerdo? --- ¡¡Ni se atreva!! Sacó uno de los cables y los conectó a su cuerpo, pronto la pantalla comenzó a cambiar de imágenes. Los amplios pasillos del castillo, aquel donde ocurrieron todas sus desgracias. Se hallaba vacío y en un silencio profundo, sin poder soportarlo más salió a los jardines donde su hermano la abrazó con dulzura, al rato su padre con la misma alegría se unió a ellos. Todo ese día se pasearon por su reino disfrutando de aquel atardecer. En medio del parque cerca del puente que cruzaba el río principal aquella silueta que conocía muy bien corrió a su encuentro y tomados de la mano se alejaban sin importarle nada más. Se hallaban solos navegando por el amplio río, la noche pronto estaría cerca. Sus labios se unieron por quinta vez, cada vez más intensamente. De pronto esas manos tocaron su escote y ella se corrió apenada, no deseaba seguir pero su mirada era tan convincente cuando le prometió que no sucedería nada. Y los besos aumentaron hasta que se dejó llevar por la pasión. Un mes pasó y comenzaba sentir cambios en su cuerpo, cuando fue a hablarle a su hermano sobre lo sucedido obtuvo una actitud fría y varias cachetadas, de su boca sólo salían insultos cuando debería comprenderla y ayudarla. Con desesperación acudió a su padre, al verla con esa panza le haló el pelo y la tiró violentamente al suelo, la sangre se hizo notar así como sus lágrimas que aumentaron, ¿porqué su familia la despreciaba tanto? En medio de esa soledad de nuevo esa silueta, con miedo lentamente se reincorporaba y alargó su mano necesitando de su cariño, pero el otro no respondió. Se acercó acariciando su rostro pero su expresión no cambiaba. --- ¿Acaso no lo sabías? Yo puedo hacer lo que quiera, tú no eres nada. --- ¡¡Guell, por favor, no me dejes aquí!! Tal alarido se demostró en su rostro, realmente apesadumbrado, su pecho brillaba verde suave. Arima estalló en furia. --- ¡¡Maldito!! ¡Cómo se atreve a darle una imagen así de mí! No bien hubo terminado cuando el pecho del rubio brilló suavemente, dirigiéndose a ella, parecían recibir aliento por parte de ambos. En ese vacío el rubio contemplaba a esa joven desconocida con la cual se había perdido en un laberinto de pasión, Guell lo observaba con gran satisfacción. Pronto se aparecieron más y más mujeres que lo rodearon, todas demostraban estar deseosas de su cuerpo y se dejaba llevar. Antes que pudiera llegar más lejos un haz de luz cayó cerca de ellos, alarmado se acercó, como si fuera una ventana que guiaba a otra escena podía ver a su hermana estallando en llanto acurrucada en el suelo, sus ropas hechas pedazos. Su gran necesidad de ayudarla se apoderó de su ser, aunque gritara con toda su fuerza su voz no llegaba a ella, ¿qué rayos sucedía? Al rato ella se levantó, para su asombro a un costado podía verlo, su hermano intentaba acceder a sus brazos y permanecieron contemplándose largo rato. Parecía que llevaba horas corriendo sin rumbo y agotado se detuvo, sin obtener respuestas de sus amigos decidió reposar bajo la sombra de un árbol, el calor era insoportable. Un ruidillo lo hizo reaccionar: de la copa el príncipe sonreía y se alejó con su hermana ignorándolo completamente. Sin embargo los siguió hasta un pueblo donde todos celebraban el éxito de haber derrotado por completo a los Chrobits, en un restaurante las copas chocaban unas con otras, las personas cantaban, bailaban y gozaban. Sin embargo algo no andaba bien: por más que intentara acercarse o entablar conversación con sus amigos éstos no le prestaban la mayor atención, ni si quiera su amada parecía estar interesada en él, ¿porqué lo ignoraban de esa manera? Harto ya salió de ese restaurante queriendo darse un paseo para calmar sus emociones, por alguna razón se sentía reamente mal. Una de las casas estaba abandonada sin embargo podía escuchar los llantos profundos de un niño lo cual llamó su atención y se acercó para llenarse de confusión: podía apostar que el que lloraba con tanta intensidad era él mismo, rodeado de esa total oscuridad abrazando aquella pañoleta que siempre lleva puesta en su cabeza. “Estoy solo… ¡estoy solo!” Repetía una y otra vez y su llanto era más tormentoso, tanto que lo tiñó del mismo sentimiento, volteó hacia el otro lado al ver al príncipe que charlaba con Kaitou: --- Muy buen trabajo, príncipe. Con esto ya hemos cumplido nuestra misión. --- Sí, estoy muy satisfecho. --- Habrá que felicitar también a Miguell, ¿no le parece? --- ¡Qué tonterías, capitán! Él sólo nos sirvió para lograr completarla, no es nada sin nosotros. --- ¿Qué es lo que realmente siente por él? --- Lo odio. Es mejor que se pudra en su miseria. ¡Me tiene harto, siempre con sus tonteras que gracias a él somos lo que somos ahora! Sin querer escuchar más se alejó lo más veloz que pudo, su corazón latía acelerado, no podía creer lo que acababa de escuchar, ¿sería verdad? A medida que se alejaba más parecía que la oscuridad lo dominaba más y más, pronto terminó acurrucado en un rincón llorando desesperado. Clint despertó conmocionado, de seguro era una horrenda pesadilla. De pronto un hombre abrió la puerta de su habitación de un solo golpe y lo haló con violencia ordenándole preparar el desayuno para todos, una familia de tres niños, la madre y el padre. A modo de gritos y maltratos tuvo que hacer los quehaceres, para él era una rutina de todos los días, sufriendo las agresiones de todos sus familiares, su única recompensa era un plato de arroz al día. Esa tarde se ponía a contemplar el cielo azul que se exhibía alegre para él, ¡cómo deseaba estar en un mundo mejor! Ese hombre gordo y horrible le haló el pelo casi arrancándole los mechones, insultándole e indicándole que su descanso de 5 minutos había terminado, lo empujó a su habitación donde recibió dos fajazos que lo dejaron tumbado, la sangre se hizo notar. --- ¡¿Es cierto que tú rayaste el cuaderno de tu hermano?! --- Yo… ¡Yo no hice nada! --- ¡¡Silencio!! ---Recibió una cachetada que lo dejó acurrucado en la cama mientras el otro se alejaba tumbando la puerta. Un niño jugaba con sus juguetes en la amplia sala, su madre sentada en el sillón lo contemplaba con alegría y lástima a la vez. Preguntaba si podía salir a jugar como los demás niños pero obtenía siempre la negativa por parte de ella indicándole la condición que poseía podría hacer que se burlasen de él. Todos los días se contemplaba al espejo odiando su rostro, como un dálmata con manchas negras y blancas, según los doctores había heredado de sus abuelos una horrenda enfermedad en su piel que lo mantendría en ese aspecto. Aún así quiso hacer lo posible por evitar el aislamiento y un día desobedeciendo a su madre escapó de casa con tal de vivir un día al exterior. Como ella se lo advirtió, la gente ignorante se burlaba y le tenía miedo. Gracias a eso su madre tuvo que obligarlo a recibir clases por tutorías, de esa manera logró salir adelante. El moreno contemplaba su pasado en una pantalla de televisión, tales recuerdos los había mantenido en lo profundo de su ser jurándose jamás volver a acceder a ellos, había pasado por muchas situaciones llenas de sufrimiento hasta llegar a ser lo que siempre soñó: ser capitán de la Armada Élfica de Sharitóh. Tras de sí una puerta se abrió y aquella silueta que antaño conocía se hizo presente: aquella mujer lo miraba con decepción. --- ¿Porqué te hiciste esa operación en tu piel? Sabes lo mucho que aborrezco a los negros. Se mantuvo firme devolviéndole una mirada llena de seriedad. --- Mis padres lo fueron, y aún así los desprecias, por suerte me deshice de ti. --- ¡Sabes que no puedes tener hijos, los contaminarás con tu horrenda enfermedad! Resopló demostrando su aversión al tema, de pronto en esa habitación oscura ese niño volvió a aparecerse llorando mientras que otros a su alrededor danzaban burlándose de él, uno de ellos le lanzó pelotas de barro, las risas crueles aumentaban. De pronto se veía trece añero juntándose en pandillas y terminando de una manera deplorable hasta que un hombre uniformado tras contemplarlo lo rescató y lo llevó a la escuela militar de Sharitóh. “Eso fue lo que sucedió… luego que mi madre muriera asaltada.” Su ser se mantenía indiferente ante todas esas escenas, sin embargo su corazón deseaba soltar esas lágrimas que encerró desde aquel trágico día. No supo porqué se acurrucó en el suelo con gran rabia. En la cápsula el joven y el moreno demostraron su angustia causando que Morslo no parara de reír. Arima hastiado ya agarró una zarpa de un Chrobit que acabó de derrotar y le dio un golpe certero, con gran desesperación atacó con la mayor velocidad que podía, obteniendo la ayuda de Dimbo. --- ¡Deténgase, alteza, no va a llegar a ninguna parte! --- ¡Silencio, Slancer! Quiero que me hagas un favor: busca las armas de todos y tráelas aquí, ¡hazlo ya! --- ¿Qué crees que harás? ¡Eres un simple humano, una maldita escoria! Lo único que te queda es quedarte a observar cómo tus amigos caen en agonía. Al estar alto el sol no habrá vuelta atrás: podré insertarles al fin el chip a esos malditos, ¡y serán parte inigualable de mí armada! Slancer logró colarse por todas las habitaciones, tumbando con sus poderes a cuanto Chrobit se le cruzara. Pronto llegó al trono donde en una caja en una mesa estaban las armas, le fue sencillo recuperarlas y regresar con Arima, quien luego de demolerlo con un tubo de hierro agarró la Cora-Rosa sin dudar en darle varios sablazos cuando se acercaba. Como él lo suponía sólo sus hijos y el joven Clint eran capaces de liberar sus poderes. --- ¿Qué fue eso? ¡Como lo había dicho, no haces nada blandiendo esa espada oxidada y vieja que no te sirve de nada! Ni puedes usar el colmillo eléctrico, ¡pobre de ti, debe ser duro sentirse completamente inútil! La garra chocó contra la espada, ambos se mantenían sin retroceder. --- ¡¡Cállate, no te escucharé!! Que te quede claro que seguiré luchando por mi cuenta y escúchame bien: mis amigos no te servirán de alimento, ¡eso no lo voy a permitir! El reloj de la pared indicaba que faltaban sólo tres horas hasta que el pelotón de robots llegasen a Marsch, Morslo comenzó a notar la impotencia de su enemigo y lo inmovilizó con sus cables gozando en darle dos golpes a su abdomen que lo dejaron arrodillado en el suelo. Cuando las hadas intentaron intervenir fue el mismo Arima quien les ordenó mantener su distancia, su orgullo como padre lo dominaba y con más velocidad a pesar de sus heridas peleaba con ahínco, la sangre goteaba de sus heridas de una manera alarmante. Cuando logró noquearlo se acercó de nuevo a las susodichas cápsulas sintiendo la angustia mientras el otro se acercaba jurando matarlo en aquel mismo instante, a pesar que las hadas lo defendieran nada podían hacer. De pronto contempló la bombilla que los iluminaba, ¿podría ser que el mismo palacio se haya convertido en el Orbe de Arbrenza? Sabía que si destruía dicha bombilla los Chrobits morirían al instante; con lo mejor de su energía se impulsó agitando la espada sin embargo aunque logró tocarla nada pudo lograr, tras aterrizar escupió sangre. Entre tanto en Marsch el rey veía a la tropa acercarse, aunque los arqueros se sentían ansiosos aún no ordenó el ataque, de pronto dos haces de luces atravesaron los muros llegando hasta él quien no cabía en su asombro, Slancer y Dimbo se aparecieron reverenciando, sus suaves voces se oían por todo el reino, dejando a toda la gente en suspenso. --- Venimos de Arbrenza para decirles que aún hay esperanzas, somos los cuidadores por excelencia de los Portadores. Saben bien que se hallan cautivos en el palacio de Morslo, pero no teman, pronto estarán con ustedes. Los salvadores de la humanidad pronto llegarán en su ayuda, siempre lo hacen, siempre derrotarán a sus enemigos. Luchen con lo mejor que tengan, lograrán salir con vida, se los prometemos. Sin más desaparecieron, dejando a todos asombrados, Ernesto sabía que podía sentirse más tranquilo. En el palacio Arima estaba lejos de sentirse así, recibió varias cortadas de parte de varios Chrobits que lo rodearon pero aún así continuaba peleando sin soltar la espada Cora-Rosa. “Mi hijo jamás la soltaría, continuaría peleando hasta que estos bicharracos mueran, yo también lucharé, ¡jamás me daré por vencido!” Uno de ellos lo alzó por los aires y lo lanzó contra la pared, volvió a escupir sangre. “¡Sin embargo necesito ayuda!” Logró acercarse nuevamente a las cápsulas, Morslo ordenó a sus súbditos detenerse. --- Le daré la oportunidad de decir sus últimas oraciones, ya que me harté de su presencia. Con un brazo desangrado, la cintura raspada y una pierna adolorida se pegó a las cápsulas queriendo abrazarlas temblando y llorando, podía ver cómo todos comenzaban a tomar forma monstruosa y robótica, de a pocos perdían su condición humana, se alejó unos pasos con gran dolor, causando una risotada por parte del malvado. --- ¡¿Lo ve?! Tal parece que mi plan al fin está dando frutos: sus tristezas y dolores son tan fuertes que se están dejando dominar por ellos. ¡Lo conseguí: los Portadores del Corazón Rosa han sido derrotados! --- No es así… ¡¿Qué les pasa, esa es toda su fuerza?! ¡¿Son acaso de esas personas que dejan que sus fortalezas sean devoradas por los demás?! Golpeteó la computadora con su espada, el otro le recordó lo inútil que sería librarlos de su prisión por la fuerza, a menos que ellos puedan darse cuenta que lo que viven es irreal el shock causado por la asimilación de las dos realidades causaría que murieran de un paro cardíaco. Haciéndole caso omiso continuaba destruyéndola. --- ¡¡Despierten, no permitan que estos monstruos les devoren sus corazones!! Recibió un shock eléctrico que lo lanzó por la pared, sin rendirse regresaba, el otro se divertía de verlo en su sufrimiento; la siguiente embestida terminó por paralizarlo, apenas se podía poner en pie. El reloj marcó las 4 de la mañana, Marsch estaba en plena batalla contra esas máquinas, arqueros disparaban con lo mejor que tenían, la pérdida por ambos bandos era pareja debido a que los soldados ayudados por las Armadas Élficas que llegaron de los otros reinos eran una gran ayuda, se oían explosiones y gritos de muerte, a la vez que estallaban piezas de Chrobits por doquier, todas esas imágenes se mostraban en la pantalla de Morslo quien no paraba de reír a carcajadas. Y también las tormentas aumentaron, de modo que muchas partes estaban completamente inundadas. --- Hijos míos… muchachos… los conozco, no son personas débiles… por favor… ¡¡LOS AMO A TODOS!! La transformación estaba casi completa, en las cuatro cápsulas las formas humanas estaban recibiendo completamente la transformación. Guell permanecía acurrucado con ese horrendo sentimiento, hasta que una luz cerca de él materializó a una forma humana, Arima lo observaba con ternura. “Nunca estás solo… Siempre nos tienes a nosotros, somos tus amigos, ¿de dónde sacaste esas conclusiones?” Con asombro veía cómo las siluetas de todos se materializaban, el rubio se acercó dándole la mano, pronto todos tendieron la suya. Una voz desesperada se oía a lo lejos: “¡¡Despierten, no permitan que estos monstruos les devoren sus corazones!!” --- Es verdad… nunca estuve solo, siempre ellos contaban conmigo y yo con ellos. Entonces todo esto fue… “Guell, cierra los ojos y te darás cuenta de la verdad.” Tras cerrarlos se vio en una cápsula repleta de un líquido viscoso, su primer impulso era el de buscar aire y forcejeó sus cables, con velocidad Slancer y Dimbo embistieron la cápsula que se rompió en pedazos, el pelirrojo cayó al suelo escupiendo agua, antes que los Chrobits pudieran atacarlo agarró su colmillo creando su potente escudo, Morslo rugió lleno de furia. --- ¡¡Cómo has podido liberarte también!! Pero no importa, aún los Portadores siguen ahí. --- Así que tú eres Morslo… ¿Qué rayos ha pasado aquí? --- No hay mucho tiempo, mi señor: vístase y defienda al rey, no falta mucho para que los demás logren despertar también. --- ¿Vestirme…? ¡¡Ay, no puede ser!! ---Con gran vergüenza recibió las ropas que sus hadas salvaguardaron y en un lugar oculto se puso su armadura. “¡¡Despierten, no permitan que estos monstruos les devoren sus corazones!!” --- ¿Escuchaste eso, hermana? --- ¡Es papá! ¿Qué significa esto? Quiere decir… --- Esto es muy bueno para ser… ¡¡real!! Dichas estas palabras las demás cápsulas explotaron por dentro, ¡los príncipes han despertado! Tal evento llenó de furia al malvado, todos los Chrobits contraatacaron con gran desesperación, sin embargo, la luz de la joven los paralizó. --- ¡¡Chicos!! --- ¡¡Guell, estás bien!!--- Ambos novios se abrazaron con gran emoción, el príncipe recuperó su espada, su padre permanecía inconsciente. “Papá, peleaste tan duro por nosotros…” --- ¡Escucha, Morslo, has llegado demasiado lejos, tu reinado termina aquí! ---- Oye, amigo… Sin más se lanzó sobre la bombilla mientras su espada volvía a brillar como siempre, su ataque fue certero: todos los Chrobits sufrieron cortocircuitos que los dejaron sin vida, al mismo tiempo en Marsch cuando se creía que no habría otra solución también sufrieron la parálisis y caían al suelo como si fueran de papel, la gente no podía estar más extasiada y lanzaron su grito de triunfo: ¡¡los Portadores lo lograron, habían liberado Arbrenza!! Ernesto no podía estar más aliviado y se unió al festejo. Sin embargo aún no era tiempo de festejar, en el palacio Morslo se recuperaba del poderoso ataque que recibió por parte del príncipe y sus crujidos parecían risas metálicas. --- ¡¿Qué pasa, porqué no murió si destruí su Orbe?! --- Ustedes nunca me matarán… ¡¿Acaso no dije ser el Líder de todos los Chrobits?! Puede que arruinaron mis planes aquí, sin embargo volveré, ¡se los aseguro! --- ¡¡No te dejaré huir, imbécil!! No importaba las veces que lo atacara, inclusive con el poder de su hermana aún seguía en pie, una columna cayó en medio de ellos causando una gran explosión, al despejarse el humo desapareció. --- Puede que su Orbe no sea ésta, mis señores, por razones obvias jamás revelará su ubicación, será un enemigo potencial para todos. --- ¿Cómo está papá? --- Se encuentra estable, he podido cicatrizar sus heridas, hermano, con un largo período de descanso se recuperará. Con dificultad abrió sus ojos, al ver sus rostros soltó sus más dulces lágrimas recibiendo sus cariños, sabía que lo lograrían. --- Papá, no es necesario que pelees más… No quiero que vuelvas a lastimarte de esa manera, esta misión es nuestra. --- ¡¡Oigan, esto es inaceptable!!--- Guell los observaba ruborizado y temblando --- ¿Qué pasa, Guell? --- ¡¿No te das cuenta en la sí-situación en la que te encuentras…?! ¿O es que te has vuelto un exhibicionista? --- ¡¡Ay qué horror, hermano!! --- ¿Ahora qué…? ¡¡No puede ser!! ¡¿Dónde están mis ropas?! Se las arrebató de las manos de Slancer, indicándole que estuvo todo el tiempo en traje de Adán. Con gran vergüenza corrió al lugar más oculto que encontró mientras escuchaba las risas de los demás. Continuará... ---Shirogasaki---
Posted on: Wed, 07 Aug 2013 19:28:12 +0000

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