Alinearse a Brasil, ¿queda alguna alternativa? por Michele - TopicsExpress



          

Alinearse a Brasil, ¿queda alguna alternativa? por Michele Santo En un almuerzo esta semana con la directiva de la Asociación Rural en la Expo Prado, el presidente José Mujica señaló que estará "alineado" a lo que haga Brasil, señalando por ejemplo que si el país norteño devalúa, Uruguay también lo hará. En la medida de que efectivamente cumpla su palabra, se trata de una definición trascendente, especialmente por los tiempos políticos que se avecinan, y porque es altamente probable que el accionar de la Reserva Federal (FED) de los EEUU en los próximos meses, comenzando un gradual proceso de reducción de los estímulos monetarios, genere efectivamente condiciones para que el real —y en general todas las monedas de los países emergentes— se devalúe. En definitiva, Uruguay no tiene otra alternativa que seguir lo que haga Brasil, dado que el patrón de inserción internacional que se ha elegido implica que dicho mercado es prácticamente el único para las exportaciones manufactureras uruguayas, excluyendo la elaboración de productos primarios. Además, si Brasil devalúa va a afectar directamente de manera negativa también a Argentina, que más allá de todas las restricciones vigentes que impuso y que dificultan el comercio bilateral, sigue siendo un mercado importante para Uruguay tanto en materia del comercio de bienes como en el de servicios y en lo que tiene que ver con la inversión directa en la construcción. No seguir a Brasil en caso de que éste devalúe sería suicida, como la propia experiencia de Uruguay —y de Argentina— mostró a fines de la década de los 90. En enero de 1999, y como consecuencia de los coletazos de la crisis asiática de 1997 primero y de la crisis rusa de 1998, Brasil se vio obligado a devaluar de manera muy significativa, alterando sustancialmente la relación de precios con la región. Argentina decidió continuar con su "Plan de Convertibilidad" hasta que se agotaron las reservas a fines del 2001, y Uruguay también se resistió a modificar su política cambiaria y a ajustar las cuentas fiscales hasta que el colapso argentino volvió el ajuste inevitable en el año 2002, en lo que fue una de las peores crisis de toda la historia económica uruguaya. La declaración del presidente Mujica de esta semana no hace sino reconocer una realidad de hierro, que en parte está determinada por la geografía (ya que como suele decirse, no nos podemos "mudar de barrio" y salir de la región), pero también está definida por el patrón de inserción internacional que desde siempre buscó Uruguay, privilegiando todavía más a la región en lugar de buscar minimizar la dependencia de ésta a través de una apertura global hacia el mundo, al estilo de lo que por ejemplo hizo Chile. No sólo es imposible "mudarnos de barrio", sino que además decidimos afianzar todavía más los lazos con los vecinos a través de una política comercial que profundizó el "desvío de comercio" hacia la región, acentuando todavía más nuestra dependencia respecto a los países vecinos. Es por ello que es absurdo pensar que Uruguay podrá mantener un nivel de competitividad sustancialmente alejado al de la región durante un período de tiempo más o menos prolongado, ya que las consecuencias sobre la economía real (básicamente sobre todos los sectores salvo los exportadores de commodities agropecuarios hacia el resto del mundo mientras se mantengan los altos precios internacionales) serían muy negativas, generando caídas significativas de los niveles de actividad y de empleo. Eso repercutiría a su vez negativamente en la recaudación impositiva y en las cuentas fiscales, así como en el sector externo de la economía con una ampliación mayor del déficit de cuenta corriente. La disponibilidad de reservas internacionales y de crédito externo pueden ser usadas para que el proceso de ajuste de competitividad sea realizado de manera gradual, en lugar de que sea un proceso súbito y caótico con una gran devaluación e inestabilidad financiera. Pero eso de ninguna manera sustituye la necesidad del ajuste de competitividad generado por una alteración significativa de las relaciones de precios con los países vecinos. En la actualidad, es claro que desde el punto de vista financiero Uruguay está en el corto plazo "blindado" ante cualquier alteración súbita de las condiciones externas, sea a nivel de la región como del resto del mundo. Es por ello que las declaraciones del presidente Mujica adquieren más relevancia, dado que la tentación de usar ese blindaje en un año electoral puede ser muy grande, por más que el costo sobre la economía real de no seguir a Brasil en caso de una devaluación más o menos importante en ese país sería enorme.
Posted on: Mon, 16 Sep 2013 14:50:21 +0000

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