Ante la mala uno tiende a atacar con bronca a la impotencia. A preguntarle a Dios esos porqués que nunca se encuentran. Inclusive, algunos osados utilizan vocablos de ofensa para la fuerza divina en la que creen. Lo cierto es que en esto del azar, esta vez nos toca tener la última ficha para salvar más que la hipoteca y dependemos de otros. Es como una ruleta rusa en la que es nuestro turno y el gatillo ya se accionó seis veces y el tambor es de ocho. Sí, es increíble, fue inimaginable y ahora es la realidad. Independiente con un pie en la B. Mi querido Rojo en terapia intensiva y en coma farmacológico para tratar de que sea una muerte más digna, si es que las hay. Y en este panorama quiero agradecerles a ciertos actores. Primero a aquellos dirigentes ladrones que fundieron al club. Después a esos dirigentes inertes que lo hundieron. También a los delincuentes que nos hicieron esto. A todos ellos gracias y les deseo una vida longeva, sarcasmo de por medio. ¡Ojo! No me quiero olvidar de jugadores inescrupulosos, sin compromiso ni reacción y mucho menos amor propio, tales como Farías, Leguizamón, Battión, Zapata, Defederico, sólo por nombrar a algunos de los últimos y no hacer de esto una de esas guías telefónicas que Internet, por lo menos en mi caso, sepultó. Con sinceridad le quiero agradecer a todos aquellos que nos hicieron y nos hacen gigantes. Santoro sufriendo al lado del banco de suplentes con tantas batallas ganadas, títulos conseguidos y toda esa retribución de siempre. A Milito, por su grandeza infinita y su amor incondicional. Al Bocha, al Pato, al Chivo, a Mandinga, a Bernao y a tantos otros que hicieron de nuestrahistoria un club del que me siento orgulloso. El escudo que defiendo está lleno de estrellas por ellos. Más acá, por los Usuriaga, Islas, Rotchen, Perico y hasta Silvera. Tampoco me quiero olvidar de vos. El que realmente siente esto. El que es socio, el que no, el que vive lejos y el que está a tres cuadras. Vos, hincha de Independiente, vos vecino de tablón. ¿Por qué te tengo que agradecer? Por mucho y todo. Te bancás el sol, la lluvia, los empujones, que te traten como un ladrón para entrar y un preso para salir de tú casa, de tú estadio. Dejás tu garganta en la cancha. Hacés viajes inéditos. Te ponés la casaca siempre y la defendés con honor y alegría. Orgullo. Y pese a todo tenés tatuado el escudo en el alma. Gracias por también hacernos grande, gigante diría. Y por último a vos viejo. Representás a cualquier padre que hereda en su hijo esta pasión por el Rojo. Que si lees y llorás está bien, porque mientras escribo tengo una lágrima en mi rostro. Es el sentimiento que me diste, el mayor legado. Todos los valores que pregonaste tanto, hoy toman vida en Independiente. Ese, nuestro Rojo, nuestra mayor unión hoy está mal, pero como ya reforzamos: “¡En las malas te juro que nunca te voy a abandonar!”. Ahora es mi turno de sembrar lo mismo en mi pibe. Así, esta grandeza que hoy nos duele sigue creciendo aún cuando la quieran matar. Por todo esto hincha del Rojo, levantate, mirá para adelante con orgullo y agradecele a la vida ser fanático de Independiente, el Orgullo Nacional.
Posted on: Tue, 11 Jun 2013 00:58:05 +0000
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