Análisis de Entorno Situacional Político Jueves 12 de septiembre - TopicsExpress



          

Análisis de Entorno Situacional Político Jueves 12 de septiembre de 2013 - Excelente cadena nacional - El programa de Allende y los planes de la Revolución Bolivariana - Medidas parecidas, reacciones similares - Nacionalización del cobre y conspiración gringa - La Junta Militar resarce a Rockefeller - La lucha contra los terratenientes - Desabastecimiento, mercado negro, cacerolazos - La premonición de Fidel - Combinación de institucionalidad y conspiración - La acción de la canalla mediática - Control de precios, escasez, colas, acaparamiento y compras nerviosas - El paro de octubre - Elecciones y conspiración - El Cardenal chileno, faltaba más - Violencia y presión sobre las fuerzas armadas - Estudiantado fascista - La gran diferencia y los planes macabros La excelente cadena nacional de ayer con las palabras finales de Salvador Allende el 11 de septiembre de 1973 nos inspira a plantear algunas cosas que aquella experiencia chilena, con relación a la venezolana actual, nos revela. ¿Qué estaba haciendo Allende por la independencia de Chile y la justicia social? El programa planteado por la Unidad Popular tiene grandes coincidencias con los logros y planes del Gobierno Bolivariano. Entre sus principales ítems podemos señalar: estatización de las áreas claves de la economía; nacionalización del cobre (principal producto de exportación); aceleración de la reforma agraria; congelamiento de los precios de las mercancías; aumento de los salarios de todos los trabajadores; modificación de la constitución y creación de una cámara única. La estatización de las empresas, aunque aprobada por la Contraloría General, fue juzgada como ilegal por la oposición. Medidas parecidas a las nuestras, reacciones similares. Las dos mayores empresas cupríferas gringas fueron nacionalizadas, Anaconda y Kennecott, sin que estas, que habían explotado hasta más no poder esa riqueza chilena, recibieran ni un centavo como indemnización. Esto aceleró, por supuesto, la conspiración del Imperio. De hecho, el presidente yanqui Richard Nixon y su secretario de Estado, Henry Kissinger, promovieron un boicot contra el gobierno de Allende mediante la negación de créditos externos y la petición de un embargo al cobre chileno. Aunque entonces hablaban también de “democracia” y “libertad”, los verdaderos objetivos imperiales se develaron dos años después del golpe militar: la Junta Militar de Gobierno pagó una indemnización de 250.000.000 de dólares a la empresa Anaconda Copper Mining Company, propiedad de las familias Rockefeller y Rothschild. A finales de 1971, el Gobierno socialista expropió más de dos millones de hectáreas. Las tomas de tierra generaron enfrentamientos entre terratenientes y campesinos ¿Se parece esto o no a lo que ha venido ocurriendo en Venezuela con la expropiación de los latifundios? En el segundo trimestre de aquel año aparecieron las primeras señales de desabastecimiento de mercancías de consumo masivo y luego apareció un floreciente mercado negro. Pronto se iniciaría la insurrección de las clases medias chilenas y comenzaron a generalizarse los cacerolazos. Como una premonición, cuando en aquel 1971 Fidel Castro se despidió de Chile después de una visita oficial, asomó que “no veníamos a aprender cosas caducas en la historia... ya aprendimos bastante de las libertades burguesas y capitalistas… No estamos completamente seguros de que en este singular proceso el pueblo chileno haya estado aprendiendo más rápidamente que los reaccionarios”. Mientras la derecha usaba el parlamento y otras instancias constitucionales para sabotear el proceso, se agudizaba la violencia y la polarización callejera. La misma combinación de uso de los recursos constitucionales con eternización de la conspiración a la que recurre la contrarrevolución venezolana. Por supuesto, no se hizo esperar la acción de la canalla mediática, con la oposición férrea que plantearon medios como El Mercurio, La Segunda, La Tercera de la Hora, Las Ultimas Noticias, La Prensa, La Tarde y Tribuna, entre otros, Muy significativo fue lo que ocurrió cuando el Gobierno allendista acudió al control de precios. Casi inmediatamente se comenzó a incrementar la conspiración económica, y aparecieron la escasez y el mercado negro, donde se vendían los productos a precios multiplicados. Desaparecieron productos básicos de consumo en almacenes y supermercados, provocando largas colas de gente para obtener sus mercancías. Para enfrentar el desabastecimiento, el Gobierno creó las JAP, Juntas de Abastecimiento y Precios (remember Mercal y PDVAL), que repartiría canastas de mercaderías de acuerdo con las necesidades reales de las familias. Junto con ello se creó, a fines de 1972, la Secretaría Nacional de Distribución, que centralizaría el comercio mayorista. Sin embargo, surgieron señales de acaparamiento familiar de productos, ya que las campañas mediáticas impulsaron compras nerviosas, que contribuyeron al desabastecimiento. En 1972 la derecha lanza el llamado “Paro de Octubre”, un paro nacional encabezado por la Agrupación de Dueños de Camiones con el apoyo de la oposición derechista y de gremios de ingenieros, abogados, odontólogos, médicos, profesores, estudiantes fascistas. Protagonistas muy parecidos a los del 11 de abril de 2002 en Venezuela, donde las clases medias constituyeron el principal factor de la movilización callejera impulsada por la burguesía con el apoyo absoluto del Imperio. En marzo de 1973 la oposición trató de copar el parlamento por vía electoral, a fin de acelerar la caída de Allende, lo cual no logró. Ocurrió más bien una victoria de la Unidad Popular, con un incremento de su representación parlamentaria, gracias sobre todo al respaldo de los trabajadores pobres. Sírvanos esto para recordar la importancia de cada elección en Venezuela, eventos donde siempre está en juego el destino del Gobierno revolucionario. Al no poder tomar la mayoría absoluta parlamentaria, la derecha incrementó su plan alterno, la conspiración hacia el golpe de Estado. La similitud con los planes actuales de la derecha del patio no es mera coincidencia. Por ese entonces el cardenal chileno Raúl Silva Henríquez, quien había propiciado un “diálogo” entre Allende y el presidente de la DC, Patricio Aylwin, que no prosperó. Según el Cardenal, faltaba más, el fracaso del diálogo se debió a la a “intransigencia” del gobierno allendista. Quien no los conozca que los compre. A todas estas, se incrementaba a presión a las fuerzas armadas para que dieran el zarpazo final. Civiles opositores, en especial mujeres, se manifestaron frente a los cuarteles arrojando trigo y maíz, insinuándoles que eran gallinas. La violencia callejera también se incrementaba, con importante participación del estudiantado fascista. Un proyecto de transformación socialista en la educación, la Escuela Nacional Unificada (ENU), produjo una violenta reacción de sectores estudiantiles liderados por fuerzas de la derecha. La FEUC (Federación de Estudiantes de la Universidad Católica) llamó a defender la libertad educacional contra el “instrumento de concientización política del marxismo”, por lo que se enfrentaron en luchas callejeras con agrupaciones de las Juventudes Socialista y Comunista. En fin, la conspiración no hizo sino incrementarse cada vez más. Uno de sus hitos fue el inicio, el 17 de abril de 1972, de la huelga en las minas de El Teniente, que alcanzó a durar 74 días. El 29 de junio hubo el primer intento militar de tomar La Moneda, que fue controlado. De allí en adelante todo se movió hacia el fatal desenlace. Pero hay una diferencia fundamental entre aquella experiencia y la nuestra: el carácter de la Fuerza Armada. Una de las ganancias del golpe de Estado de 2002 fue la aceleración del proceso de depuración y cambio en la Fuerza Armada, uno de los grandes bastiones de la Revolución Bolivariana hoy por hoy, junto a otros como la clase obrera petrolera, que la dotan de una fortaleza que dificultan grandemente la conspiración contrarrevolucionaria permanente del fascismo, tan parecida en tantas cosas a la de Chile para la caída de Allende. Por eso los planes de la derecha venezolana apuntan más bien a la creación del escenario para una intervención foránea en el país, objetivo que se les hará prioritario si no logran derrocar la Revolución por la vía electoral, dentro de esta combinación de planes macabros que están en avance
Posted on: Thu, 12 Sep 2013 13:41:01 +0000

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