Ayer leía cómo un grupo proteccionista de la zona se "atrevía" - TopicsExpress



          

Ayer leía cómo un grupo proteccionista de la zona se "atrevía" a dar un consejo herético: "UN PEDIDO A LA GENTE QUE ENCUENTRA ANIMALES: MIENTRAS ESPERAN QUE APAREZCAN SUS DUEÑOS POR FAVOR LLEVENLO A CASTRAR SOBRE TODO SI ES DE RAZA." No pudiendo ser de otro modo (en lo que parece ser una tendencia en auge), algunos de sus propios contactos saltaron con algo de orgullo herido. El consejo de castrar a cualquier animal rescatado (inclusive -o especialmente- si es de raza), refleja una práctica que -con discreción, claro- los proteccionistas realizamos siempre. Solo que es la primera vez que alguien lo dice explícitamente. Y ERA NECESARIO que alguien lo dijera, porque las nuevas generaciones de proteccionistas vacilan (por varias razones) antes de llevarlo a cabo. Las páginas de "perdidos / encontrados" están repletas de animalitos de raza. Los "encontrados" terminan invariablemente en manos de proteccionistas, quienes por supuesto son los que se toman el trabajo de rescatarlos y buscar a sus dueños. Si hasta hace diez años solo los callejeritos mestizos eran un asunto del proteccionismo, hoy ya no es así: las consecuencias de las actividades irresponsables del circuito "cría / compra-venta" también son, lo querramos o no, un asunto del proteccionismo. Habría que ser muy lento para no entender cuales son los motivos de que cada vez sean más -exponencialmente hablando- los perros de raza en adopción(o 50% de raza, o 25%), quitándole invariablemente el lugar a los más criollitos en las virtuales listas de espera... Por otro lado, los dueños de animalitos de raza "perdidos" parecen convencidos de que los proteccionistas -que no precisamente carecemos de casos a atender- estamos a su servicio a la hora de recuperar su inversión..., perdón, de encontrar a sus mascotas. Pero nosotros estamos en todo caso al servicio del bienestar de la fauna urbana en general, y de esa pobre mascota perdida en particular, y castrarla es parte de ese servicio (cualquier veterinario honesto conoce y difunde los innumerables beneficios de la esterilización -con su ausencia de efectos indeseables-): un proteccionista que actuara de otro modo estaría negándose a liberarla para siempre de su condición de mercancía, de máquina productiva. Respetar el derecho de un dueño a recuperar su inversión (o a multiplicarla) no forma parte de ningún programa animalista. También sería parte de ese servicio reflexionar de una vez por todas acerca de las condiciones en las que los animalitos "se pierden" (¿Quien sabe? Quizás el temor a que la "preciada" mascota caiga en las sádicas manos proteccionistas vuelva a sus "propietarios" un poco más cuidadosos...) Las nuevas generaciones de proteccionistas deben saber que está poniéndose de moda la expresión "esterilización indiscriminada" (?), y que tal parece ser el caballito de batalla tanto de criadores como de los peores exponentes de la corporación veterinaria, a los que no les queda otro remedio que iniciar una torpe contraofensiva ante los evidentes avances de los activistas por los derechos animales, ya que cada vez más gente va comprendiendo que la cría para la venta es, en el mejor de los casos, un capricho humano que en nada beneficia a los animales y, en el peor, un negocio innoble y perjudicial cuyo único fin es el lucro. Lenta pero eficazmente (es decir, no como una moda pasajera), la cultura de la adopción gana terreno en todo el mundo (de hecho, municipios zonales han empezado a ilegalizar la cría). Y sin embargo, está claro que los proteccionistas aun no estamos EXPLÍCITAMENTE UNIDOS en esta lucha, y seguimos sin enfrentarnos orgánicamente al citado circuito "cría / compra-venta", aun cuando vemos cómo en las redes sociales muchos de nuestros propios contactos promueven (con más ímpetu, acaso) tanto la cría como la venta, legal o ilegal, clandestina o habilitada. ¿Por qué? Confiemos en que se trate de torpeza amateur (quizá el ingenuo e impráctico afan de no perder ninguna amistad), y no de algún conflicto de intereses. En tanto la difusión de los derechos animales afecte intereses económicos, es esperable que la contraofensiva de los criadores se incremente: recordemos siempre que a una primera etapa de argumentación disfrazada de amable diálogo seguirá una segunda etapa de ataque directo (como en el caso de los galgueros). No perdamos tiempo discutiendo con esta gente, solo la divulgación permanente del maltrato implícito en la cría y de sus nefastas consecuencias para la población animal urbana cambiará el modo de pensar de la gente. Para terminar, recordemos que aquellos que recorren las villas reclamando la esterilización de los cuzquitos del pobrerío siendo a la vez dueños de mascotas de raza sin esterilizar se parecen más a damas de beneficencia que a proteccionistas.
Posted on: Sun, 22 Sep 2013 23:57:37 +0000

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