CABEN AHÍ (en sus funciones) LA SUGERENCIA Y LA RECOMENDACIÓN, PERO POCO MÁS Pues, Cristina, lo que yo le pido es eso mismo, pero elevado de tono. Para expresarlo podría servir -también como derivado del poder de moderación- la palabra influencia si no tuviera una imagen deteriorada por sus actuales usos espurios. Algo así como la que tradicionalmente ha ejercido el papado más allá de su esfera de poder jerárquico. Si es verdad que eso así fue, podemos acordarnos de la relación entre Juan Pablo II y el fin de la URSS. También valdría como ejemplo la de Juan Carlos I y el 23-F (antes, en él y después; cualquiera que fuera el sentido en el que se ejerció). El quid estaría en qué debe ser aplicada esa influencia. Pues, para mí, en la salvaguarda y preservación de la Constitución que esté vigente (cuando in illo tempore me explicaban las funciones de la Comisión europea, yo escuchaba ser el guardián de los Tratados). Y muy especialmente en la de aquello en lo que él es sólo el símbolo (nada menos): la Nación española (nada menos). No le faltaría, por tanto, objeto de ejercicio en estos momentos. Según me parece, hoy por hoy, hay suficientes pueblo e instituciones dispuestas a aceptar su influencia y a considerar sus reflexiones. Y el futuro está en el futuro. Y los designios de Dios son inescrutables. Para que una y otras estén en la dirección adecuada se prepara a los reyes y se les dota de Casa. Hágase, pues, hincapié, en ambas. Si sólo va a ser, tal como se abunda, una especie de mascarón de proa o de jarrón chino, más fácil será que nos siga yendo mal a todos, incluidos él mismo y los que desean que eso sólo le ocurra a los otros. Con afecto.
Posted on: Thu, 19 Jun 2014 08:42:44 +0000
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