COMPARTIMOS, ALGUNOS DATOS, SOBRE LA CONMEMORACION DE LAS LLAGAS - TopicsExpress



          

COMPARTIMOS, ALGUNOS DATOS, SOBRE LA CONMEMORACION DE LAS LLAGAS DE SAN FRANCISCO DE ASIS, MISA TRANSMITIDA,DESDE SAN JUAN NONUALCO, POR CANAL 7, HOY 17 DE SEPTIEMBRE, La quinta y última consideración trata de ciertas apariciones, revelaciones y milagros obrados por Dios después de la muerte de San Francisco en confirmación de sus sagradas santas llagas y para conocimiento del día y hora en que Cristo se las imprimió. Por lo que a esto toca, es de saber que el año del Señor 1282, el día 3 de octubre (2), el hermano Felipe, ministro de Toscana, por orden del hermano Bonagracia, ministro general (3), requirió, por santa obediencia, al hermano Mateo de Castiglione Aretino, hombre de gran devoción y santidad, que declarase lo que supiese acerca del día y la hora en que Cristo imprimió las sagradas llagas en el cuerpo de San Francisco, por tener entendido que acerca de esto había recibido una revelación. Obligado éste por santa obediencia, dijo: «Perteneciendo yo a la comunidad del monte Alverna, el año pasado, el mes de mayo, me puse un día en oración en la celda en que se cree tuvo lugar la aparición seráfica, y pedía devotísimamente al Señor que se dignase revelar a alguna persona el día, hora y lugar en que las sagradas santas llagas fueron impresas en el cuerpo de San Francisco. Y, continuando en estas súplicas más de lo que dura el primer sueño, se me apareció San Francisco con grandísimo resplandor y me dijo: -- Hijo, ¿qué es lo que pides a Dios? Le dije: -- Padre, te pido tal cosa. Él me respondió: -- Soy tu padre Francisco. ¿Me conoces bien? -- Sí, Padre -contesté. Y entonces me mostró las llagas de las manos, pies y costado, diciendo: -- Ha llegado el tiempo en que Dios quiere que se manifieste, para gloria suya, lo que los hermanos no se cuidaron de saber en el pasado. Sábete, pues, que el que se me apareció no fue un ángel, sino el mismo Jesucristo en forma de serafín y que con sus propias manos imprimió en mi cuerpo estas cinco llagas, como él las había recibido en el suyo en la cruz. Sucedió de esta manera: la víspera de la Exaltación de la Santa Cruz vino a decirme un ángel, de parte de Dios, que me preparase para soportar con paciencia y recibir lo que Dios quisiere mandarme. Contesté que me hallaba dispuesto a recibir cuanto fuese de su agrado. La mañana siguiente, o sea, la de la Santa Cruz, que aquel año era viernes, salí de la celda de madrugada con grandísimo fervor de espíritu y fui a ponerme en oración en ese lugar que ocupas, donde muchas veces yo solía orar. Mientras oraba, bajó por el aire desde el cielo, con gran ímpetu, un joven crucificado en forma de serafín con seis alas; ante su maravilloso aspecto, caí de rodillas humildemente y comencé a contemplar devotamente el amor sin medida de Cristo crucificado y el desmesurado dolor de su pasión. Aquella visión engendró en mí tanta compasión, que me parecía sentir en mi propio cuerpo la pasión; y, a su presencia, todo este monte resplandecía como un sol. Así, descendiendo, se acercó, y, estando ante mí, me dijo ciertas palabras secretas que aún no he revelado a nadie; pero ya se acerca el tiempo en que se revelarán (4). Después de algún tiempo, Cristo partió y retornó al cielo, y yo me hallé marcado con estas llagas. Vete, pues -dijo San Francisco-, y manifiesta estas cosas al ministro con toda seguridad, porque ésta fue obra de Dios y no de los hombres. Y dichas que fueron estas palabras, San Francisco me bendijo y retornó al cielo con multitud de jóvenes esplendidísimos». El dicho hermano Mateo dijo que todas estas cosas las había visto y oído estando en vela y no dormido. Y así lo juró al mencionado ministro en su celda de Florencia cuando se lo requirió en virtud de santa obediencia. En alabanza de Cristo Jesús y del poverello Francisco. Amén.
Posted on: Tue, 17 Sep 2013 20:36:35 +0000

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